Venció al búlgaro por un doble 6-4 y se medirá con Sebastian Korda. Si gana el título, llegará a Wimbledon número 1
Después del balbuceante comienzo contra Arthur Rinderknech, Carlos Alcaraz no ha cesado de dar pasos al frente en Queen’s. Ganó de modo convincente a Jiri Lehecka y empezó a creer en sus posibilidades de hacerse con el título. Es sólo su tercera competición sobre hierba, tras disputar las dos últimas ediciones de Wimbledon. En cuartos se impuso a Grigor Dimitrov, 26º del mundo, procedente de la fase previa por demorarse en su inscripción, por 6-4 y 6-4 y este sábado (alrededor de las 16.00 h., Movistar) buscará ante Sebastian Korda la final del torneo. Holger Rune y Alex de Miñaur se medirán en la otra semifinal.
Dimitrov, campeón del torneo en 2014, ya sabía de primera mano cómo se las gasta su rival, que le había derrotado en sus dos enfrentamientos, el más reciente en el pasado Masters de Madrid. Se suponía que la hierba iba a igualar un poco las fuerzas, pero Alcaraz quebró en el juego inicial, aprovechando dos dobles faltas y otros dos errores no forzados del búlgaro.
Las condiciones naturales de Dimitrov le facilitan desenvolverse con soltura en esta superficie. Buen sacador, con impactos planos, finura para los golpes cortados y habilidad en la red, el que fuera semifinalista de Wimbledon, también en 2014, mantiene, a sus 32 años, al menos las maneras que le llevaron a pasar por el número tres del mundo y ganar las ATP Finals.
Aprendizaje veloz
Alcaraz observa y aprende con la velocidad que le caracteriza. Sabe de la revalorización de cada punto, de cada detalle, en un terreno que penaliza más que cualquier otro. De ahí la importancia de cerrar la puerta a su oponente en el séptimo juego, cuando intentó equilibrar el marcador con tres opciones de rotura. Muy acertado con el servicio y sensato en todo su proceder, hizo bueno el único break para llevarse el primer parcial.
A diferencia del murciano, Dimitrov no fue capaz de administrar la ventaja adquirida en el segundo set. Se escapó 3-0, pero le tembló el brazo y vio suturada la brecha que había abierto gracias a uno de esos derroches incontenibles de agresividad y talento. Hizo la goma e insinuó la posibilidad de renovar su amenaza. No importaba que Alcaraz cediera su servicio; él concedía hasta el hartazgo a continuación.
A poco más de una semana del inicio de Wimbledon, el español se presenta en su primera semifinal sobre hierba y queda a dos victorias de recuperar el número 1 perdido en Roland Garros tras caer en semifinales contra Novak Djokovic. Ha derrotado a Korda en dos de sus tres cruces, ninguno de los cuales tuvo lugar en hierba. “Dimitrov es un gran jugado en cualquier superficie, pero aún más sobre hierba, donde siente muy bien la pelota. Jugué bien desde la primera a la última bola. Me han ayudado los dos partidos anteriores”, comentó el español a pie de pista.
