El club lo ha hecho público a través de un comunicado en sus redes sociales, este miércoles, en el que revela que el alemán amplía su vínculo una temporada
El Real Madrid ha hecho público, este miércoles, el acuerdo de renovación de Toni Kroos. El centrocampista, que terminaba contrato este 30 de junio, seguirá vinculado al club blanco hasta el 30 de junio de 2024.
El futbolista llegó al Real Madrid en 2014 y, es el jugador alemán que más veces ha defendido la camiseta del conjunto madrileño, con 417 partidos.
En sus nueve temporadas como madridista, ha conseguido 20 títulos: 4 Champions League, 5 Mundiales de Clubes, 4 Supercopas de Europa, 3 Ligas, 1 Copa del Rey y 3 Supercopas de España.
Eva Santidrián contesta al whatsapp a los pocos minutos. Las otras tres ni lo ven, entre el jet lag y el frenesí de su llegada a España desde Guangzhou, del insospechado boom mediático de su hazaña. Pero Blanca Hervás, Paula Sevilla y Daniela Fra responden después a la llamada del periodista a la primera. Es la normalidad dentro de lo extraordinario, cuatro jóvenes de oro, el estadillo del 4x400 español, no sólo por ganar el pasado fin de semana en el Estadio Tianhe el Campeonato del Mundo, por delante de Estados Unidos, principalmente por cómo lo hacen y también por la frescura, la espontaneidad y la alegría de su celebración.
Dos madrileñas, una manchega y una burgalesa, de entre 22 y 27 años. Cada una con una historia propia, pero también con tanto en común. Todas universitarias. Todas ambiciosas. Las Golden Bubbles las bautizaron hace tres años, en el Europeo de Múnich, donde se quedaron ya tan cerca del récord de España que ahora pulverizan una y otra vez. «Estábamos empezando a calentar para pasar a esa final y empezó a llover. El chubasquero de la Federación es dorado. Y una compañera dijo: 'Parecemos las burbujas Freixenet'. De ahí viene. Es un nombre que a la gente le gusta mucho y a nosotras también», explica Santidrián, la cuatrocentista más pura quizá del cuartero, cuatro veces campeona de España, la encargada de la segunda posta, la que debe conquistar la calle libre.
Ella recibió el relevo de Paula Sevilla, la más veterana y la última en llegar al grupo. Una auténtica revelación desde la velocidad, especialista en 200 metros. Que regresa de China con dos medallas al cuello. Pues ella también formó parte de otro póquer para la historia, el del 4x100, plata por delante de la Jamaica de Shelly-Ann Fraser-Pryce y Shericka Jackson junto a Esperança Cladera, Jaël Bestué y Maribel Pérez (con récord nacional de 42,18).
Sevilla, Santidrián, Fra y Hervás, durante la sesión de fotos.JOSE AYMAMUNDO
La manchega de La Solana no esconde su timidez. «Soy muy vergonzosa. Me cuesta mucho abrirme. Pero es una parte importante también y yo la tenía pendiente de mejorar. Esto me está sirviendo», dice la mujer que igualó el récord de España de Sandra Myers (50,99) en pista cubierta, bronce en el último Europeo indoor de Apeldoorn. Una revolución. «Es la bondad en persona. Sólo suma, todo el rato pendiente de las demás», la define Blanca Hervás. «Es muy humilde. Es un amor, muy grande, gigante», sigue Daniela, la tercera en discordia, la que protagonizó uno de los momentos clave de la final.
Fra es especialista en vallas y con su entrega con Eva hicieron frotarse los ojos al resto. Nada al azar. «Llevamos mucho tiempo haciendo concentraciones para practicar los cambios», explica sobre el Plan Nacional de Relevos, donde tres técnicos en la sombra que merecen mención (Antonio Puig, Esther Lahoz y Berni Domínguez), elaboran como orfebres desde hace años el salto enorme del relevo español. «Ha sido clave en este campeonato. En mi posta, el cambio que hacemos Eva y yo es tan bueno que conseguimos meternos en segunda posición», reivindica. «Se colocan por delante de Sudáfrica. Y Daniela tiene la fuerza para adelantar a la americana. Y Blanca igual. Hacen unos movimientos muy inteligentes y eso lo ensayan muchísimo en estas concentraciones. Yo llegué la última y estoy aprendiendo. Pero ellas son verdaderas expertas», añade Sevilla. «Los otros países se fijan en cómo lo hacemos, nos estudian y aprenden», se sincera Santidrián.
Blanca Hervás, tras cruzar la línea de meta en Guangzhou.ALEX PLAVEVSKIEFE
Para siempre quedarán también la última vuelta a la pista, los brazos en cruz entrando a meta, la sonrisa magnética y viral de Blanca Hervás. Su adelantamiento a la americana, tan segura de sí misma, tan feroz. «Mis compañeras hicieron un papel perfecto, cada una lo clavó. Cuando Daniela me entrega el testigo, veo la velocidad a la que viene, la fuerza. Me la iba a entregar primera y yo iba a defender esa posición a muerte ante la americana o ante quien sea. No podía tirar por tierra el trabajo de mis compañeras», cuenta la de Aravaca, universitaria en Florida, currante ahora a media jornada como Product Manager en una empresa de Diseño de Estrategia, la gran promesa. «Mantuve la calma cuando me pasó. La que tenía más fuerza al final era yo, porque la americana tuvo el desgaste de los 200 primeros metros», recuerda.
Ella es licenciada en Dirección de Medios de Comunicación. Paula es profesora de Educación Física, aunque ha pospuesto las oposiciones. Eva tiene la carrera de Nutrición Humana y Dietética y está con un Máster. Como Daniela, licenciada en INEF. «Hay que tener un Plan B, porque todas sabemos que esto se acaba», resume Sevilla.
El otro gran secreto del éxito es su complicidad. «Somos como hermanas, amigas de verdad», cuentan las cuatro por separado, como un mantra. El grupo de whatshapp en el que intercambian confidencias y bromas. «Nos contamos los problemas, nuestras inseguridades y nos apoyamos», confiesa Sevilla. Los viajes, las concentraciones, los paseos por las ciudades, las tardes «haciendo el tonto» y las partidas a un juego de mesa que sirve también como pegamento colectivo. «El The Mind es un entretenimiento en equipo. Consiste en ponerse de acuerdo para ordenar números por conexión mental, sólo mirándonos, sin gestos. Es el juego del relevo. Nos enseñaron las de 4x100, pero las hemos superados. Nos reímos y hacemos equipo», explica Hervás, que olvidó su desliz en el Europeo de Apeldoorn (fueron cuartas) con un empeño: «Cruzar la meta sonriendo».
Sevilla, Santidrián, Fra y Hervás posan con sus medallas de oro.JOSE AYMAMUNDO
Complicidad y rivalidad. Crecen juntas en su propia batalla. «Hay muy buen rollo, pero si no aprietas, no estás. La rivalidad nos hace mejores. Si a ti te va bien, a mí también. Es un círculo vicioso bastante chulo», admite Paula, que habla de la «parte emocional», de «correr por tu compañera». En la misma línea Blanca: «O mejoras o te quedas fuera. Esa lucha nos hace mejores». Todas recuerdan a las que no salieron en la foto, las suplentes, Carmen Avilés, Berta Segura, Herminia Parra y Bárbara Camblor.
Antes de Guangzhou, España nunca había subido al podio en unos World Athletics Relays. Solo tiene una medalla en relevos en la historia de los Mundiales, en pista cubierta (la plata en los 4x400 masculinos de 2022) y ninguna en pista ni en Mundiales ni en Juegos. El oro no significa que España, 12ª en los Juegos de París, sea la mejor del mundo (no estaban en China las mejores), pero el éxito conviene ponerlo en su justo valor. Dispara las expectativas. «Podemos soñar con estar en la final del Mundial de Tokio y competirla», cierra Santidrián de lo que sería casi más grande aún el próximo septiembre.
No carbura el nuevo Real Madrid. No se encuentra a sí mismo; sin la fluidez y la concentración suficiente para competir. El comienzo de temporada está siendo un camino de obstáculos para Chus Mateo, las mismas derrotas (4) que victorias y sin saber lo que es imponerse a un rival a domicilio. Si el jueves en el Wizink ante el Partizan hubo algún brote verde, en Miribilla, vuelta a las andadas.
Perdió el Real Madrid, como en la jornada inaugural en Coruña ante el recién ascendido Leyma. Como en Múnich en Euroliga. Lastrado por su espantosa primera mitad, 12 abajo al descanso ante un Surne Bilbao crecido. Reaccionó en la segunda parte y por momentos pareció que iba a lograr evitar el tropiezo. "Ha habido momentos en que nos sacaban del campo", confesó Jaume Ponsarnau de un vendaval liderado por Gaby Deck, 23 puntos tras el descanso.
Pero el Madrid no logró culminar la remontada y el acto final fue una pesadilla. Los hombres de negro se vinieron arriba con un juego coral y entusiasta en el que destacó Kristian Kullamae (18 puntos), pero también Marvin Jones en la pintura (ante un otra vez flojísimo Tavares) y el ímpetu de Thijs de Ridder, un joven belga más que interesante.
A falta de 3:30 vencían los de Ponsarnau por siete y aunque Campazzo y Deck intentaron el imposible, no hubo manera. "Hay que aprender", protestó Chus Mateo, que no pudo contar ni con Andrés Feliz ni con Usman Garuba, dos de los nuevos.
Empieza a notarse el nerviosismo en un equipo que ha visto cómo por primera vez en siete años se le escapaba la Supercopa y que, con tres jornadas de Liga Endesa disputadas, tiene más derrotas que victorias. En el descanso, el siempre sincero Mario Hezonja pronunció una crítica contra su entrenador en los micrófonos de Movistar. "En defensa hemos empezado bien, pero luego... jugamos muchos, se nos cambia el ritmo y es muy difícil para la gente nueva, para que aprendan y cojamos química", dijo. "Vamos a tener que sudar muchísimo esta temporada para ganar algo si no lo hacemos bien ahora", se sinceró el croata.
En rueda de prensa, Mateo, calmado y analítico, quitó hierro al asunto, aunque con un mensaje para su alero. "Lo que tratamos siempre es de estar juntos y entiendo que es en un momento determinado de frustración. Las cosas que tengamos que hablar, las hablamos nosotros. No nos gusta airear si es una critica a nadie", admitió.
A los blancos les aguarda una semana complicada, con doble cita en Euroliga. El martes visita el Buesa Arena ante un Baskonia de Pablo Laso también con muchas dudas en este inicio de curso. Y el jueves recibe nada menos que al campeón de Europa, el Panathinaikos, en la reedición de la última final de Berlín. Cierra el domingo recibiendo al Basquet Girona en el WiZink.