El vestuario más difícil del mundo y la condena del Bayern

El vestuario más difícil del mundo y la condena del Bayern

M. City-Bayern (M/21.00 h.)

Actualizado

El cambio de Nagelsmann por Tuchel cronifica el viejo poder del camerino bávaro tras ganar las últimas diez Bundesligas

Thomas Tuchel, técnico del Bayern.RONALD WITTEKEFE

Ha conquistado el Bayern las diez últimas Bundesligas, por lo que no hay manera de entender al club bávaro sin una invariable rutina de éxitos. Entidad orgullosa y aborrecida por sus competidores en Alemania debido a la ferocidad con la que se hace con los mejores futbolistas del país, anuda su condena a la propia necesidad del triunfo. El pasado 23 de marzo, el campeón germano se deshizo de uno de los entrenadores más preciados, Julian Nagelsmann, por quien había pagado 20 millones de euros. Éste, que se encontró con la decisión de sus capataces mientras esquiaba en Austria, ni mucho menos se esperaba ser despedido y sustituido por Thomas Tuchel. Fue entonces cuando Nagelsmann quizá reparó en que ser entrenador del Bayern va mucho más allá de ganar, sobre todo en una caseta donde todo enfrentamiento tiene consecuencias.

Mira este martes el Bayern al pasado en la ida de los cuartos de final de la Champions, donde aguarda Pep Guardiola al frente del Manchester City, al que siempre le afearon no haber logrado pasar de semifinales en sus tres años en la Säbener Strasse (2013-2016). Han pasado por el banquillo bávaro seis entrenadores en los últimos siete años (Ancelotti, Heynckes, Kovac, Flick, Nagelsmann y el recién incorporado Tuchel), reforzándose así la sensación de constante interinidad por mucho que el director deportivo, Hasan Salihamidzic, insista en abrir la caja de caudales para solucionar todo problema (145 millones esta temporada con las llegadas, entre otros, de De Ligt, Mané, el adolescente Mathys Tel, Gravenberch, Mazraoui o el veterano portero Yan Sommer, sustituto del lesionado Manuel Neuer, una de las piezas capitales en la tormenta perfecta que acabó con Nagelsmann).

Porque si bien Tuchel era una vieja aspiración de los capitostes del Bayern desde que el PSG logró incorporarlo en mayo de 2018, Nagelsmann fue despedido con su equipo a un punto del liderato en la Bundesliga (posición ya recuperada al Borussia Dortmund por Tuchel), aún vivo en la Copa de Alemania (eliminado ya con el ex técnico del Dortmund y el Chelsea a manos del Friburgo en cuartos), y con un pleno de ocho triunfos en la Liga de Campeones, incluidas dobles victorias contra el Barcelona, el Inter o el PSG. Más allá de una presunta inestabilidad o el escaso preciosismo del juego, las tramas de alcoba pesaron demasiado.

“Es lo más grosero que he vivido”

Neuer, en la camilla para toda la temporada después de partirse la pierna esquiando el pasado diciembre, no perdonó a Nagelsmann el despido del preparador de porteros, Toni Tapalovic. «Tuve la sensación de que me arrancaban el corazón. Es lo más grosero que he vivido en mi carrera», se despachó el capitán en una entrevista concedida al diario Süddeutsche Zeitung sin permiso del club. Neuer, de 37 años, y que lleva 12 temporadas en el Bayern, siempre procuró que nadie accediera a su coto privado de entrenamientos, limitando así también todo tipo de competencia (de ahí que su relevo de urgencia esta temporada fuera el veterano Sommer, de 34 años).

Aunque el diario Bild extendió la bruma de la sospecha sobre las piezas principales del frente ofensivo del equipo (Mané, Sané, Gnabry y Musiala), quienes entendían que Nagelsmann no potenciaba sus virtudes ante los constantes vaivenes posicionales del joven técnico. Esos cuatro futbolistas, por cierto, fueron titulares al unísono junto a otro de los miembros de la vieja guardia, Thomas Müller (33 años), en el último triunfo bávaro frente al Friburgo en la Bundesliga (0-1). Partido en el que el goleador, por cierto, fue el central De Ligt. Poco importa. Tuchel, que aprovecha cada entrenamiento para crear vínculos emocionales estables con sus futbolistas, sabe que, sin el camerino de su parte, nada importa.

kpd