Barçaleaks
Era una condición para renovar, por lo que pretendía ingresar el 20% de todas las operaciones del Barcelona en América Latina
Neymar exigió al Barcelona la creación de una oficina comercial en Brasil mediante la que percibiría una comisión del 20% de cada operación que materializaran. El futbolista brasileño presionó al club azulgrana para que diera luz verde a este proyecto y llegó a enviar un borrador de contrato en febrero de 2017, al que ha tenido acceso EL MUNDO, y que fue objeto de innumerables reproches por parte de los órganos de control del club, que advirtieron que podría repetirse otro caso Neymar 2. Esto es, una causa judicial similar a la que sentará próximamente en el banquillo al jugador del Paris Saint Germain (PSG) por haber cobrado del club en la época de Sandro Rosell mediante contratos que la Agencia Tributaria consideraba simulados.
El internacional brasileño, a través de su padre y agente, Neymar da Silva Santos, abordaron con la entidad que presidía Josep Maria Bartomeu los posibles términos del acuerdo. Al igual que ocurrió con otros negocios planteados por jugadores relevantes, los responsables de visar el contrato en el club, con los departamentos jurídico y de Compliance a la cabeza, pusieron severas objeciones. «Debo llamar la atención sobre el hecho de que fue precisamente un contrato similar uno de los que resultó criminalizado -de momento- en el caso denominado Neymar 2», subrayó el letrado jefe del Barça.
Neymar planteó cerrar el acuerdo a través de una de sus sociedades, Neymar Sport & Marketing, Ltda, domiciliada por su padre en el estado brasileño de Sao Paulo.
Todos los negocios del Barça en América Latina, a través de Neymar
El objeto del mismo radicaba en la «presentación e intermediación de propuestas comerciales por parte de NR Sports a favor del FC Barcelona». Concretamente, de «negocios, patrocinadores y empresas licenciadoras de productos para perpetuar las marcas y productos en el mercado de América Latina». Asimismo, de manera formal la sociedad NR_Sports se comprometía a la «creación, desarrollo e instalación de una oficina de negocios con el objetivo principal de difundir la marca y nombre del FC Barcelona en América Latina». En resumidas cuentas, el Barça se reservaba el 80% de los ingresos y el futbolista, el 20%.
A las primeras de cambio, los juristas del club ya rechazaron de plano que, como pretendía Neymar, el Barça sólo pudiera trabajar en régimen de exclusividad en Brasil a través de su empresa. Como también que el desarrollo de la oficina y su estrategia corriera a cargo de la familia del jugador en lugar de ocuparse el club. Es decir, que el club «no puede estar prisionero de este tipo de compromisos con una sociedad que es sólo una intermediaria».
Una vez más pusieron además sobre la mesa el «posible conflicto de interés» que generaría esta iniciativa y el director financiero, Pancho Schroder, añadió otro riesgo: «La Agencia Tributaria (en su afán recaudatorio infinito) podría llegar a considerar las comisiones como rendimientos del trabajo del jugador. No lo veo imposible». La salida de Neymar pocos meses después se llevó consigo el proyecto.