Gustavo sube las escaleras de su casa, a ladrillo visto las paredes, y nos ofrece un agua «y lo que queráis» mientras cuenta su historia. Detrás, su tío, en silla de ruedas por una parálisis, escucha emocionado. «Mi tío ha hecho de padre». Gustavo tiene 23 años, vive en Itaim Paulista, un distrito pobre de la zona este de Sao Paulo, creció con la droga a su alrededor, la esquivó como pudo y ha ganado el último premio de la Fenómenos Academy, la fundación de Ronaldo Nazario. Con el dinero recibido quiere impulsar el proyecto del Instituto Peraltas, un club de baloncesto de barrio que trata de alejar a los adolescentes de las drogas a través del deporte. Su historia.
«Yo vivía en las favelas, tenía la droga en mi casa, nadie daba nada por mí y siempre luché contra eso. El baloncesto salvó mi vida y ahora creo que aquí estamos salvando vidas», admite a este periódico. «Mucha gente de la periferia tiene un complejo de inferioridad, pero esto es una salida para nosotros. El deporte y este tipo de oportunidades que nos dan. Si yo no hubiera nacido en esta zona de Sao Paulo, no hubiera tenido esta oportunidad. Lo veo así, de verdad», reflexiona con sinceridad.
Gustavo trabaja en una empresa de telemarketing para ayudar en casa mientras trata de sacar adelante al equipo de Peraltas, que acaba de ganar uno de los torneos estatales en categoría juvenil. Uno de los entrenadores del equipo es Jonathan, que trabaja, estudia y entrena, todo a la vez.
«De adolescente estaba en el medio de toda esa violencia. Los traficantes querían mandar en todo y mi familia siempre estuvo en una situación vulnerable. El baloncesto es lo único que me motivaba, pero una lesión me fastidió la carrera. Estaba en un sitio de droga, pero el baloncesto me salvó y ahora quiero devolverles esa oportunidad», explica.
“Ha bajado la delincuencia y el tráfico de drogas”
La Fundación Fenómenos ha recaudado dos millones de euros en su última gala benéfica y ha conseguido impactar ya en todos los estados de Brasil: «Queremos identificar a esos fenómenos que marcan la diferencia en los barrios y apoyarles. Que crezcan donde están y que tengan más recursos dentro de sus comunidades. Y los números responden. En las zonas que hemos apoyado proyectos, la violencia, la delincuencia y el tráfico de drogas han bajado muchísimo. Es un poco como la historia de Ronaldo, que es un ave fénix. El renacer de lo difícil», admite Celina Locks, presidenta de la fundación y mujer de Ronaldo, a EL MUNDO.
La llegada de Locks a la fundación ha sido, según Ronaldo, «un impulso» para la misma. «Tanto Ronaldo como yo venimos de una realidad que aunque no es la peor, tampoco es la más bonita. Cuando empecé como presidenta me dijo ‘la única pauta que quiero que se trabaje sí o sí y que es muy importante para mí es la del racismo’. Empezamos a trabajar y ahora tenemos empresas importantes que nos apoyan, 800 personas en la gala, y hemos recaudado dos millones», argumenta.
«En nuestro país, desgraciadamente, hay más gente con una vida dura que con una vida fácil. Y las distancias son muy grandes entre ambas», detalla.
«Yo tenía claro que cuando me retirara quería ayudar a los jóvenes de mi país. Y eso intentamos. Intentar devolver todas las oportunidades que recibí en mi vida, ofreciendo eso a muchos jóvenes que están haciendo cosas en sus comunidades», explica Ronaldo.








