El Atlético vence con sufrimiento a una de las ‘Cenicientas’ de la Champions

El Atlético vence con sufrimiento a una de las 'Cenicientas' de la Champions

Es raro que los cuentos terminen mal. Al menos para las princesas. Pero, más allá de la moraleja que siempre dejan, la historia de la Cenicienta belga debía tener mal encaje en el Metropolitano. Un purgatorio. Sonaba raro que este equipo haya conseguido arrancar con victoria una competición en la que debutaba este año. Su status lógico, con una décima parte de presupuesto que muchos de los participantes en esta competición, es el de abultadas goleadas. El Atlético no quiso ser menos que Inter y Newcastle, pero no pudo. Ganaron y gracias. Sin ritmo y sin presión. [Narración y estadísticas, 2-1]

Los rojiblancos esperaron no como en la Cenicienta, sino como en Blancanieves, a que la manzana fuera cayendo de madura. Y eso que comenzó ciertamente envenenada porque los belgas tienen mejor pie de lo que se esperaba en el Metropolitano, Los primeros minutos fueron suyos para desesperación del Cholo, que quizás preveía resistencia, pero no iniciativa.

Sin embargo, la gravedad que provoca la caída de la manzana es, últimamente, Giuliano. El argentino aporta mucha más fuerzas G al juego del Atlético y también a este partido que empezó a ritmo cansino, como el del Sevilla del pasado sábado. Entonces, el extremo diestro decidió teletransportarse del medio campo al área y consiguió, además, frenar el tiempo en el área, cualidad que ha ido ganando con los partidos. En ese lapso temporal, cedió a Julián y éste, pese a su mal control, marcó.

Parecía que el tanto inclinaba un poco el campo. Y hacía falta, porque la primera parte fue un tostón. De hecho, a segundos para el final, Griezmann consiguió anotar un segundo tanto tras el rechace de un obús de Molina. El VAR cortó la celebración rojiblanca. Fuera de juego. Lástima, porque quizás la rebelión de la Cenicienta habría terminado allí.

Visto lo visto, el equipo de David Huberts funcionaba mejor en campo contrario que propio. Un riesgo en esta nueva Champions donde los goles son importantes para colarte en el top-8. Algo que el Atlético consiguió el año pasado con 18 puntos pero que en este, si quiere igualarlos, necesitará ganar todos los partidos que le quedan. Y este lo sudó demasiado, pese a la diferencia de plantilla.

Aún así, el medio funciona mejor con Barrios. Por eso salió el canterano pese a que venía de un pequeño tironcillo en Sevilla. De hecho, a Koke quizás se le viera un poco falto de velocidad para tapar al mediocampo belga y el 8 tuvo que multiplicarse tanto en ataque como en defensa. Griezmann, en cambio, sigue siendo uno de los más rápidos de pensamiento. El pase de 40 metros que le metió a Baena para abrir la segunda parte fue maravilloso, pero el almeriense falló en el control ante Scherpen.

Control sin ritmo

El control ya era rojiblanco, pero faltaba ritmo. Entró Sorloth y el Atlético tuvo más presencia ofensiva hasta el punto que en el primer balón que tocó pareció penalti, pero no lo apreció así Eskas. En la siguiente, en cambio, no quisieron los defensas belgas irse al suelo y el noruego aprovechó para ceder atrás. El balón terminó en Gallagher que no perdonó. Era una distancia importante y necesaria, porque apenas dos minutos antes Promise, que también había salido del banquillo, perdonó el empate.

Pero llegó el gol de los belgas en una acción absurda de Ruggeri, haciendo una falta donde no debía. El saque lo remató Sykes a la altura que los aviones sobrevuelan Barajas, aunque quizás Oblak debió hacer algo más. Los últimos minutos fueron de infarto, pero pudieron no serlo si Julián Álvarez hubiera anotado un mano a mano sólo y centrado ante Scherpen. En el descuento ellos fallaron un cabezazo solos ante Oblak. Ya cuando moría el partido, Llorente anotó el tercero para cerrar una victoria lógica pero trabajada. Moraleja del cuento: no te fíes ni de las Cenicientas.

kpd