La historia de Marcus Rashford (Manchester, 1997) es un ejemplo más de un talento nacido en un entorno de lo más humilde que logró convertirse en una gran estrella del fútbol. Pero, no por eso, se olvidó de dónde venía. Más bien todo lo contrario. Criado junto con sus cuatro hermanos por una madre soltera, sabe muy bien lo que es tener serios apuros económicos en casa. Incluso, lo que es pasar hambre. Por eso, más allá de proclamas vacías o actos de cara a la galería, se embarcó hace poco más de cinco años, en plena pandemia de Covid-19, en una campaña que parecía tan bienintencionada como abocada al fracaso: lograr que el Gobierno británico garantizara en 2020 el acceso a comidas gratuitas a niños en edad escolar vulnerables no sólo durante el periodo escolar, sino también en verano. Y, tal vez para sorpresa de muchos, tuvo éxito.
Todo empezó a mediados de ese mismo 2020, cuando el futbolista arrancó una campaña en redes sociales con la etiqueta #maketheUturn (dale la vuelta) para presionar al Gobierno y lograr que los menores en edad escolar menos favorecidos siguieran teniendo la oportunidad de mantener un mínimo sustento durante las vacaciones veraniegas. En su infancia, esas comidas escolares ya fueron una suerte de salvavidas para que su familia, al límite de la pobreza, pudiera salir adelante.
«Sé lo que es tener hambre», aseguró el propio futbolista a la BBC, a pesar de que su madre trabajó siempre muy duro para que todos tuvieran un plato sobre la mesa. «Lo que están pasando las familias ahora lo tuve que pasar yo y por eso sé que es muy difícil encontrar una salida», aseguró ante los parlamentarios al presentar oficialmente su petición. El 16 de junio de ese mismo año, el Gobierno presidido por Boris Johnson concedió una petición que había corrido como la pólvora. Todo un triunfo que el propio Rashford no dudó en celebrar, recalcando, además, la enorme fuerza que puede tener el pueblo de un país cuando actúa unido.
iniciativa legislativa popular
«Cuando vayas a la nevera a coger leche, para y admite que hay padres de por lo menos 200.000 niños en todo el país que esta mañana se están despertando para encontrar una despensa vacía», arengó el futbolista una vez conseguida tan inesperada victoria, en una campaña que contó con el apoyo de, entre otros, el ex futbolista Gary Lineker, y los por aquel entonces líderes del partido laborista, Keir Starmer, y del partido liberal demócrata, Ed Davey.
Esa, quizás, fue la acción más sonada del jugador, entonces toda una gran estrella del Manchester United y con un salario que rondaba los 13 millones de euros, pero no la única. Ese mismo año, consiguió recaudar más de 23 millones de euros para la organización FareShare, una especie equivalente británico del Banco de Alimentos y, hacia octubre arrancó un proyecto aún más ambicioso: una suerte de iniciativa legislativa popular para que el Gobierno cubriera todas las comidas infantiles durante los días festivos y las vacaciones hasta el verano de 2021. Y, por mucho que logró recoger más de un millón de firmas, se generó toda una polémica alrededor de esta acción.
“proteger mi futuro y el de mi familia”
Los sectores progresistas se alinearon a su favor. Los más conservadores, que ya se habían mostrado muy críticos con su acción anterior, en cambio, radicalizaron su postura contraria. Incluso, con la participación de algunos tabloides también de corte conservador, que llegaron a destacar, por ejemplo, su inversión millonaria para comprarse una casa mientras reclamaba fondos para niños desfavorecidos.
Algo que, por supuesto, le pareció al jugador un golpe muy bajo. «Tengo 23 años. Vengo de tener muy poco. Necesito proteger mi futuro y el de mi familia. Por eso este 2020 decidí invertir en algunas propiedades. Por favor, no escribáis estos artículos haciendo referencia a mi campaña», respondió Rashford en sus redes sociales. Un decidido activismo político que, quién sabe, quizás fue la primera piedra para que, dentro de unos años, una vez dejado el fútbol, en vez de dar el salto a los banquillos, lo dé a los escaños.