Tras las dos victorias consecutivas en el PGA Tour, aspira a una tercera esta semana en Torrey Pines, su campo talismán.
Jon Rahm es el deportista de moda, el mejor golfista del momento. Tiene su vida en Phoenix, junto a su esposa y sus hijos Kepa y Eneko, ambos norteamericanos. Sin embargo, no olvida sus raíces. Ha puesto Barrika en el mapa y habla de España en todas sus comparecencias. Le gusta ganar, le obsesiona copar los libros de historia y sueña con hacer del golf en España un deporte popular. Su racha triunfal de éxitos contribuye a todo ello. Dos de dos en el PGA Tour, y esta semana competirá en Torrey Pines, su campo talismán.
Fue allí donde ganó su primer torneo regular, su primer major y donde celebró su boda americana con Kelley. El último golfista que arrancó el año con dos victorias fue, en 2017, Justin Thomas. Unos cuantos años atrás en 2003. Ernie Els logró la misma gesta, aunque el que estuvo más cerca de firmar un triplete histórico fue Tiger Woods en su mágico año 2000. Empezó su temporada ganando en Hawai y Pebble Beach, y fue segundo en el Buick Invitational.
Rahm tiene a su alcance esta semana marcar otro hito en la historia del golf moderno. Tras sus dos victorias en sus dos primeras participaciones, aspira desde el jueves a ganar en tres torneos consecutivos del PGA Tour, un dominio atípico en un deporte como el golf, donde el número 1 suele perder el 90% de sus torneos.
Ingresos mareantes
Atrás quedan tiempos pasados con menos competencia, donde Byron Nelson, por ejemplo, estableció un récord para la posteridad ganando ocho torneos consecutivos, o los sobrenaturales números de porcentaje de éxito de Tiger, cuando en sus mejores años llegó a promediar un 27% de triunfos. Con su victoria de esta semana, los datos de Rahm se acercan a un 12% de efectividad, el segundo mejor porcentaje en la historia del golf moderno.
El buen juego de estas dos victorias la ha proporcionado un suculento botín de 4,1 millones de dólares en 15 días de competición, ascendiendo en la lista histórica de ganancias hasta el puesto 21, con casi 40 millones de dólares ganados en premios en Estados Unidos. A esta suculenta cifra había que sumarle, el dinero ganado en Europa y los contratos publicitarios. Sin embargo, nunca han sido los dólares la motivación del jugador español, si no los récords. De hecho su triunfo le lleva a nueve victorias en el PGA Tour, las mismas que Severiano Ballesteros.
«Pequeño asterisco»
Rahm está a solo dos triunfos victorias de igualar con Sergio García, el español más laureado al otro lado del Atlántico. El vasco valora haber dado caza a Seve con algunas reservas. «Sí, bueno, habría que poner un pequeño asterisco al lado de esa cifra. Seve no jugó a tiempo completo en el PGA Tour. Así que el hecho de que tuviera nueve victorias es bastante espectacular. He tenido la suerte de poder seguir sus pasos en muchas de las cosas que ha hecho y si alguna vez logro superar algunas de ellas será para mí algo increíble».
Su tributo a Ballesteros no acaba ahí. «Mi padre empezó a jugar al golf por la Ryder Cup del 97 y la capitanía de Seve. Eso es básicamente por lo que estoy aquí. Por eso el legado de Seve es tan importante para mí. Cuando empezó había 30.000 licencias. Tras su muerte, 300.000. Si consigo que el golf sea aún más popular en España, seré un hombre feliz».