Remiro, portero de élite y terapeuta emocional de los jóvenes talentos

Remiro, portero de élite y terapeuta emocional de los jóvenes talentos

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El guardameta de la Real Sociedad se vincula al proyecto de la ONG Fútbol Más. “El nuestro es un mundo maravilloso, pero con mucho estrés y mucho trabajo invisible”, afirma el jugador.

Remiro, en las gradas de Anoeta.E.M.

El fútbol tiene dos caras, como casi todo en esta vida. Los chicos y chicas que empiezan de muy jóvenes a darle patadas a un balón, muchas veces, sólo ven la más amable, aquella a la que, de hecho, sólo se asoman unos elegidos. Para la otra, mucho más dura, casi no se les prepara. Los conflictos, la presión o el agobio en la toma de decisiones es algo que se deja de lado demasiadas veces. Y a eso, precisamente, quiere ponerle remedio Álex Remiro. Empezando, primero, por Gipuzkoa, pero con voluntad de llegar lo más lejos posible. «El mensaje de este programa debe ser universal», señala.

El portero de la Real Sociedad, en colaboración con la ONG Fútbol Más España, ha lanzado un proyecto destinado a cuidar del bienestar emocional en el fútbol base. Un aspecto por el que, demasiadas veces, se pasa casi de puntillas. «Mi deseo es trasmitir mi experiencia vivida en el fútbol alrededor de tantos jóvenes con los que he compartido horas y horas, y dar visibilidad a la necesidad de trabajar la salud mental en esta disciplina deportiva de élite. Quiero llegar al máximo número posible de personas para que se den cuenta de su importancia», asegura el arquero realista. Sabe muy bien de lo que habla. No en vano, Remiro también empezó muy joven, si bien el trabajo de gestión emocional, en su caso, arrancó a los 21 años, cuando el Athletic de Bilbao decidió cederlo al Levante.

«Si lo hubiera sabido y hubiera podido, lo habría hecho antes», señala Remiro. Ahora, a sus 27 años, es una pieza fundamental en una Real Sociedad encaramada a lo más alto de la tabla de la Liga Santander. Juega en Primera, en la élite. Y sabe muy bien que esta circunstancia puede ser muy positiva para el programa al que se ha vinculado.

“ME GUSTARÍA LLEGAR A LOS PADRES”

«Ser jugador de fútbol profesional me va a ayudar a llegar a muchos niños y niñas, y yo siempre he estado y estaré disponible para dar mi versión de las cosas y explicar cómo me han ayudado a mí. Primero, para crecer como persona y, luego, como deportista. Si puedo ayudarles, genial, pero también me gustaría llegar a los padres, quienes tienen el protagonismo fundamental en el desarrollo futuro de sus hijos», reitera el portero.

Por eso, el programa quiere llegar a un público amplísimo. «Va dirigido a jugadores, familias, entrenadores, árbitros… Vamos, a todo el que quiera», insiste el navarro, quien admite en parte que, tal vez, un programa así podría haber sido un muy buen apoyo para alguien que ya tenía buenas condiciones, pero que se quedó en el camino. «La cabeza y la gestión de las emociones es fundamental en una carrera en la élite y, sobre todo, en la formación de los deportistas, pero también me gustaría decir que nosotros no somos los salvadores de nadie. Simplemente, vamos a tratar de dar todas las herramientas posibles para que las personas que se apunten estén mejor preparadas para el éxito y para el fracaso, para que se conozcan más y mejor, y para que vean cuál debe ser realmente el principal foco de atención», matiza.

Que el fútbol para los niños es algo que debe ser básicamente divertido está fuera de toda duda. Pero, en su opinión, también es importante mostrar todas sus aristas: «Con el tiempo y el desarrollo deportivo del chico, el fútbol se vuelve muy exigente ya en edades muy jóvenes. Todos los que lo rodean quieren imitar lo que ven en los mayores y se avanza hacia la élite desde edades muy tempranas. Es un mundo maravilloso, pero llegar y, luego, mantenerse implica mucho estrés, mucho trabajo invisible, muchas horas. No es sólo la cara bonita que se ve en los medios y hay que explicarlo para que, en un futuro, sepan manejarlo».

kpd