Theo Hernández, con el partido totalmente controlado y con el Feyenoord sometido, cometió dos imprudencias que arrebataron los octavos de final de la Champions al Milan.
Una falta sin sentido y una simulación le valieron una expulsión decisiva que arruinó la temporada de los rossoneri y regaló el pase al equipo neerlandés (1-1), certificado gracias a un gol de Julián Carranza, en el minuto 73.
Cuando Santi Giménez apuntaba a ser el héroe de la remontada con un gol en el primer minuto de partido y una prestación a la altura de las expectativas, fue Carranza, con un remate de cabeza, el que le arrebató la gloria de un partido del que el más recordado será Hernández.
San Siro preparó una caldera, un ambiente inmejorable para llevar a su equipo en volandas en busca de la remontada. El efecto fue más que palpable. En la primera jugada, tras un lanzamiento largo a Walker, Giménez rascó un saque de esquina. Se acercó a la grada para encenderla más aún. Sacó en corto el Milan. Pulisic se acercó al pico del área y puso el balón en el segundo palo. Thiaw remató y dejó el balón en bandeja para el argentino, que se impuso a adversario, rematara a puerta vacía.
Todo iba como esperaba el equipo italiano hasta la concatenación de errores de Hernández y el gol postrero de Carranza.
Peleó el Milan en los minutos finales, pero el Feyenoord se protegió y no desaprovechó el regalo. Estará en el sorteo del viernes junto al Bayern, que sufrió ante el Celtic; al Benfica, que remontó al Mónaco; y al Brujas, que confirmó su sorpresa ante la Atalanta.
Álvaro Morata es un chico especial. De entrada, es el futbolista español que más dinero ha movido en fichajes (220 millones) en su carrera, el quinto a nivel mundial por detrás de Neymar, Cristiano, Lukaku y Dembélé. De salida, se trata de un hombre de 31 años, en la cima de su carrera (la temporada pasada fue la mejor de su vida, 21 goles, y acaba de ganar, como capitán, la Eurocopa) que, sin embargo, no es feliz en su país porque hay quien, en las redes sociales, se burla de él. Este viernes, el Milan ha hecho oficial su fichaje para los próximos cuatro años tras pagar su cláusula de rescisión (13 millones). Es el final de un adiós que se empezó a gestar la pasada primavera.
Para saber más
Tras una primera parte del curso impresionante (19 goles hasta enero), las cosas se torcieron. Varias lesiones y, sobre todo, el gol fallado ante el Borussia Dortmund en la vuelta de los cuartos de Champions y los pitos que recibió, con España, en el Bernabéu en marzo, precipitaron un final de temporada oscuro para él. Junto a su mujer, Alice, tomó la decisión de marcharse de España, y así se lo transmitió personalmente a Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético, y a Simeone, su entrenador. ¿Las razones? Que ya estaba cansado de aguantar las críticas y, sobre todo, que la situación empezaba a afectar a sus hijos. Pensó incluso ir a Turquía, hasta que alguien le advirtió de que en ese país, con la fiebre que hay allí por el fútbol, no podría ni salir a la calle. Con varias opciones abiertas, firmó un acuerdo con un representante saudí para que le consiguiera un buen contrato en Arabia.
A la concentración de la selección llegó un futbolista atormentado. "Yo creo que, si gana, es posible que hasta deje el fútbol", contaban algunos de los que han convivido con él durante estos 45 días. Más que la ascendencia sobre el grupo que se le supone a un capitán, ha sido su bonhomía la que ha generado el cariño que le tenía el equipo campeón de Europa. Al igual que los casos de Nacho, Joselu (ya confirmados) o Dani Olmo, Le Normand, Laporte o Mikel Merino, Morata también ha estado decidiendo su futuro en mitad de la Eurocopa.
A última hora de la noche del 1 de julio, Morata, a través del representante saudí con el que había firmado un contrato, cierra las condiciones para firmar por el Al Qadsiah, el mismo por el que había fichado Nacho unos días antes y que acaba de subir a Primera División de la mano de Míchel. Sin embargo, algo ocurre en esas horas porque, a la mañana siguiente, cuelga un post en Instagram, en colaboración con el Atlético, y escribe: "No puedo imaginar lo que tiene que ser ganar con esta camiseta y no voy a parar hasta conseguirlo". Ese día, en el móvil de Simeone aparecen varias llamadas perdidas de Morata. También en el de Miguel Ángel Gil.
Morata.PABLO GARCÍARFEF
Tras el partido contra Alemania, 5 de julio, parece decidido a irse a Italia, con la Juventus y el Milan como opciones. De nuevo su mujer, Alice, tiene mucho peso en la decisión, que esta vez, ya sí, es definitiva. El acuerdo con el equipo rossonero lo cierran su representante, Juanma López, y su padre, fuera ya de la ecuación el agente saudí que sí había llevado las riendas de la operación fallida en Arabia.
Lo que va a cobrar en Italia es aproximadamente un tercio de lo que ya tenía apalabrado con el Al Qadsiah, y que rondaba los 13 millones netos por temporada, más incluso que Nacho. Firma en Milán para cuatro años, huyendo del ruido que, dice, le rodea en España. Sólo lo escuchará, si es que existe, cuando regrese con la selección, otro aparente cambio de opinión que, de pensar en el adiós (así lo dijo a este periódico), le deja en posición de seguir siendo capitán. De momento, porque con Morata nunca se sabe.
Doce años han pasado desde que España y Francia se enfrentaron en una Eurocopa y en las plantillas de ambas selecciones sólo sobreviven dos inmortales: Jesús Navas y Olivier Giroud. Con 37 años, el sevillano y el francés son los jugadores más veteranos que quedan en el torneo después de la eliminación de Pepe (41) y Cristiano Ronaldo (39). Sólo uno podrá llegar a la final para hacer historia.
Su papel esta noche en el Olímpico de Munich será diferente al que jugaron en aquel duelo del 23 de junio en Donetsk, solventado por Xabi Alonso con dos goles, uno de penalti en el 90+1. Entonces Navas era suplente de Álvaro Arbeloa y no disputó ni un solo minuto. Giroud entró por M'Vila a poco del final, cuando Laurent Blanc buscaba más artillería para el empate. El galo había debutado como internacional poco antes de aquella cita. Giroud, en noviembre de 2011; Navas, en 2009.
De los dos hay uno con la titularidad asegurada en el que puede ser su último baile. El capitán del Sevilla formará en el once de Luis de la Fuente por la expulsión de Dani Carvajal. En este campeonato ha jugado 99 minutos: el partido completo ante Albania, aguantando molestias por un golpe para proteger a su compañero de una sanción en octavos, y nueve minutos cuando el duelo con Georgia ya se había resuelto. Esta noche le tocará lidiar con Mbappé.
63,6% de los duelos
De la Fuente no se plantea experimentos con laterales a pierna cambiada. Confía plenamente en Navas, a quien conoce desde hace décadas tras su paso por la cantera del Sevilla. Pero no son sólo sensaciones, también los datos le avalan. Según las estadísticas de BeSoccer, el andaluz ha ganado esta temporada con el Sevilla el 63,6% de los duelos defensivos, más que Carvajal. Y en el cara a cara con Vinicius, un jugador tan rápido como el francés, le ganó ocho de 15. Eso sí, las lesiones, y la agonía del conjunto andaluz para conseguir la permanencia sólo le han permitido jugar 29 partidos de Liga y asistir a sus compañeros en un gol.
Su presencia en esta Eurocopa fue una grata sorpresa que ha engordado su currículum. Además de ser el único jugador que ha ganado una Eurocopa, ya es el más veterano que ha disputado con España una fase final. Ve «similitudes» con aquel equipo joven y se esfuerza en ser un refuerzo para el cuerpo técnico. Pero de decir adiós a la selección, nada. De su boca no han salido esas palabras. Su intención es seguir jugando en el Sevilla hasta diciembre y aún quedan un par de convocatorias internacionales más en el horizonte. La intención es salir con la Eurocopa bajo el brazo, si es posible, sin mentar lo que pesan los años.
Giroud, durante un partido con Francia.AP
Es lo mismo que persigue Giroud. El máximo goleador histórico de los bleus ha completado una temporada notable en el Milan, marcando 15 goles en la Serie A -sólo por detrás de Lautaro Martínez (24) y Dusan Vlahovic (16)-, pero su papel es residual para Didier Deschamps. Pese al atasco goleador de Francia, sólo ha jugado 45 minutos: 29 ante Polonia, 15 con Países Bajos y uno con Austria. En octavos y cuartos no salió del banquillo. Lleva 57 goles con Francia y quiere engordar la cifra, aunque sabe lo que es irse de un torneo en blanco, como ya le ocurrió en el Mundial de Rusia en 2018, donde Francia se proclamó campeona.
Su futuro ya no estará en el Milan sino en Estados Unidos. Giroud se marcha a Los Ángeles Galaxy, «pero no voy de turismo, sólo creo que es el momento adecuado porque todavía me quedan años buenos de fútbol», recalca. Admite que cada vez le cuesta más encadenar partidos. «El peso de los años empieza a notarse. Jugar cada tres días es cada vez más complejo, sobre todo al alto nivel», aseguró el delantero antes de arrancar esta Eurocopa.
Si Dino Zoff ostenta el récord de jugador más veterano en ganar un Mundial, los únicos que pueden subirse a ese pedestal en una Eurocopa son Navas y Giroud. Pero, como en Los Inmortales, sólo puede quedar uno.