Sadiq saca al Valencia del descenso con un empate en Villarreal

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Tesón y fe es lo que tuvo el Valencia para sumar un punto de oro con un testarazo de Sadiq en el minuto 84 ante el Villarreal que le saca de puestos de descenso. Siete años llevaban los valencianistas saliendo derrotados de La Cerámica y, justo en el momento de más necesidad, se sobrepusieron a sus carencias para arrancarle dos puntos que hacen tropezar a los de Marcelino en su pelea por la cuarta plaza. [Narración y estadísticas: 1-1]

Era un duelo muy desigual en calidad y pronto empezó a vislumbrarse. El Valencia es un equipo que se asemeja a una batucada, con una sonoridad que puede entusiasmar pero que nace de los golpes. Empezó Rioja, tras un buen balón de Pepelu a la espalda de Cardona que chutó por encima del larguero. Se enganchó Javi Guerra, cazando el despeje de Gueye a un centro de Gayà que tampoco cogió portería. Se protegía el equipo de Corberán con cinco defensas para que el partido no se quebrara, tratando de convertirse en cemento por donde no hallara grietas el equipo amarillo. Una tarea que empezó a complicarse.

El Villarreal va camino de ser una sinfónica bajo la batuta de Marcelino y con solistas capaces convertir una pieza en sublime. Solo había que esperar a que aparecieran. Lo hizo Ayoze, revolviéndose en la frontal pero sin lograr engatillar y sorprender a Mamardashvili. Después fue Álex Baena quien se coló en el área hasta toparse con Rioja, omnipresente por toda la banda derecha. Poco a poco iban afinando hasta que en una triangulación casi de billar llegó el gol. Sacó de banda Pau Navarro apoyándose en la descarga con Pépé, que buscó a Gueye y el nigeriano tiró una pared con Yeremy Pino que le habilitó en la frontal con hueco para golpear y batir al guardameta georgiano en el minuto 32.

Del golpe le costó al Valencia reponerse. Sin conseguir estirarse en ataque mas que a arreones, estaba muy lejos de poner en aprietos reales a un rival que, si bien en ocasiones desafina en defensa, es capaz de desatar un vendaval en cualquier momento. En frenarlo se esforzaron y, pese a ello, tuvo Baena una clara ocasión de engordar el marcador, aunque sus propias dudas lo evitaron.

Poco cambió en la segunda parte. No necesitaba Marcelino acelerar el partido porque, sin prisa, parecía que sus jugadores lo iban inclinando. El problema es que no lo cerraban y la ventaja era corta. Probó Ayoze con un testarazo a centro de Cardona y Baena a desbordar incluso con caños pero no tenían un partido cómodo. Este Valencia de Corberán, que sigue teniendo muchas carencias, ha crecido en tesón y hasta en oficio. Por eso, viendo que no aparecía la lucidez, echó mano de Sadiq e Iván Jaime buscando piernas. Respondió el Villarreal con Buchanan y Comesaña, que tuvo la mejor ocasión para cerrar la victoria en el primer balón que tocó. Quería más el Villarreal sin conseguirlo. Ni Ayoze, en una frívola chilena, ni Pépé, que marcó, pero en fuera de juego.

Quien tuvo premio a su valentía fue Corberán. Tanto perdón groguet tenía invitaba al riesgo. Cuando se lleva el descenso pegado a los talones poco importa por cuánto se pierde. Mandó al campo a Rafa Mir y a Fran Pérez y, entre los dos, pergeñaron el empate. Un pase el largo del extremo a la espalda de los defensas lanzó al murciano a la carrera y, aunque su disparo lo despejó Diego Conde, el rechace lo cazó Sadiq para poner el empate y dar mucha vida al Valencia.

kpd