Es Diego Simeone un técnico indescifrable, un entrenador que golpea y contiene según estime de manera individual, sin dejarse llevar por corrientes de opinión. Si hace un par de semanas salió con lo de los “episodios del partido del Madrid llevan pasando cien años”, en la previa del derbi ha decidido esquivar todas las preguntas referentes al tema arbitral.
“No estoy pensando en cómo va salir el árbitro sino nosotros en consecuencia de lo que venimos haciendo y de un rival con grandes individualidades”, toreó la primera pregunta en un movimiento que se prolongó durante toda la rueda de prensa.
Hasta cinco cuestiones más se le lanzaron respecto al comunicado de los blancos, el supuesto aislamiento del Real Madrid en la cuestión arbitral o los tuits que su club lanzó en respuesta a las presiones que, entienden está ejerciendo el Madrid sobre el colectivo.
Para esta última cuestión recogió las palabras de Ancelotti sobre que vería “la televisión para relajarse” en lugar de redes sociales y en el resto mantuvo una actitud cerrada a seguir avivando la polémica respecto al quinteto arbitral en el derbi. “Estoy centrado en el partido, ustedes necesitan más respuestas a estas polémicas, pero yo estoy centrado en el partido”, comunicó el entrenador rojiblanco.
Ya en lo que respecta al fútbol, el técnico argentino no paró de alabar las “individualidades” del Real Madrid y en la dificultad del rival que se les presenta el próximo sábado a las 21.00 en el Santiago Bernabéu. Aprovechó una pregunta jocosa de un periodista para explicar la supuesta técnica defensiva que usarán en el coliseo blanco: “Claro que vamos a poner el autobús”, explicó entre risas.
Simeone alabó a los jugadores rojiblancos de mediocampo, quizás la principal duda a la hora de seleccionar once para el derbi. Si antes se turnaban un puesto como titular Lino y Gallagher, uno “creciendo y con gran participación en ataque” y el otro que “aporta más trabajo”, las buenas actuaciones de Koke en los últimos partidos vuelven a poner el capitán como posibilidad en el puesto de cinco.
“Tendremos que interpretar lo que será mas importante para el equipo y mostrarlo con los que inicien, pero no me imagino el partido solo con los que inician”, apuntó el Cholo sobre la posible presencia del 8 rojiblanco y la fuerza que está mostrando el Atlético desde el banquillo.
Mañana el equipo se concentrará en el hotel Mirasierra Suites desde las 12.45 y será entonces cuando Simeone defina a los suyos la manera de enfrentar a un rival “con muchas individualidades” resaltó de nuevo.
No está el Atlético para sustos y le permite el calendario, además, no arriesgarse a tenerlos pese a lo apretado del marcador final. Salía Simeone, sin Supercopa a la vista, con un equipo titularísimo para doblegar a un Marbella peleón, pero claramente inferior al, hasta el viernes, líder de Primera División. Griezmann abrió la lata pronto y el resto del partido fue mantener la ventaja con una sobriedad propia de este nuevo y serio Atlético. [Narración y estadísticas, 0-1]
Los colchoneros fueron con todo desde el inicio, buscando presionar y combinar como el sistema engrasado que son desde hace 12 partidos, ahora 13. Tras varios amagos de ataques sin finalización, llegó el primer picotazo de Griezmann después de un disparo de Giuliano. Los malagueños lejos de arredrarse adelantaron líneas y subieron la presión.
La primera parte no dio mucho más de sí. El Marbella solo hizo un remate a portería, y blando, aunque Ohemeng fue un dolor de cabeza para Javi Galán. Respondía también ofensivamente la banda derecha rojiblanca, con Molina y Giuliano intercambiando posiciones y revoloteando el área andaluza. Con algo más de precisión podrían haberse ido con más renta a la caseta. En las filas andaluzas, lo más peligroso eran los balones parados sacados por el ex madridista Callejón. Pero ninguno encontró rematador.
Otros años, otras épocas, otras plantillas, habrían vuelto con dudas ante un equipo de Primera Federación. Ya no hay Albacetes, Cornellás o Recreativos de Huelva para sacar los colores a un equipo que, si bien le costó tanto en Vic como en Cáceres, es fiable como un reloj suizo. Un conjunto, el colchonero, que ya no tiembla en las alturas ni tampoco en empresas menores, como terminó demostrando en La Rosaleda.
A los cinco minutos ya había puesto el segundo en el marcador, pero fue un espejismo ya que De Paul se ayudó con la mano izquierda para controlar el balón antes de alojarlo en la red. Casi lo logra el argentino diez minutos después con una preciosa volea que detuvo con complicaciones Martín, el balón le rebotó a Griezmann, pero no pudo orientarla a puerta.
El partido no fue bueno por parte del Atlético, pero sí serio. Algo que se le pide siempre a los equipos de superior categoría. Con pocas oportunidades claras, salvo la que tuvo Gallagher que se la escupió el palo. Las estrellas atléticas no brillaron, resultaron efectivas nada más. Que, insistimos, en otros tiempos, con eso no les bastaba. El que estuvo más fallón, con dos pases claros para ampliar la ventaja fue Giuliano. Sorloth, que había salido por Julián, se desesperaba porque era un destino fácil y lógico para esos balones.
Duelo trabado
El partido se fue trabando aún más y desde el banquillo se quisieron buscar soluciones ofensivas, sobre todo para evitar sustos finales que puedan provocar nervios e introducir desazón en una dinámica positiva histórica. Hablamos de 13 victorias consecutivas, igualadas a las ya conseguidas por Simeone en 2013, aunque el sábado estuviera en la banda Nelson Vivas por la expulsión del argentino ante el Cacereño.
Correa y Sorloth quisieron seguir dando emoción al partido tras fallar dos ocasiones clarísimas tras asistirse recíprocamente. Afortunadamente, no les hicieron falta. Sigue la racha. Sigue el Atlético en Copa.
Siempre se han de aprovechar los días de tormenta para recurrir a los adjetivos rimbombantes que nos deja este fenómeno natural. Las crónicas agradecen, muchas veces, los aluviones de poderío ofensivo, los ataques en tromba (de agua) y las carreras fugaces (como el rayo). Es el Leipzig un equipo, además, al que le sientan como un guante todas estas esencias, como ha demostrado en los últimos años en la Champions, pero el Atlético supo aplacar su tormenta con dos fogonazos. Griezmann puso el combustible y Giménez la chispa al buen partido rojiblanco. [Narración y estadísticas (2-1)]
Los alemanes no son de pausa, buscan el vértigo y así lo entendió el Atlético, que les recibió junto y recogido en bloque bajo. Salió Reinildo de inicio, un bastión defensivo, pero sorprendió Simeone con Correa, Julián y Griezmann en el once. No importa qué se espere del técnico, siempre hará lo contrario a lo predecible.
Y el Atlético se dejó llevar de inicio a un juego vertiginoso que no es el suyo porque la veteranía de medio campo para atrás te da poso, pero no velocidad. Y, tras un buen ataque rojiblanco que malogró De Paul en el balcón del área, salieron los alemanes como rayos ante un equipo que no puede transicionar tan rápido. En 30 metros ya eran tres alemanes contra dos rojiblancos. Disparó Openda, que se encontró una buena manopla de Oblak, pero el cancerbero ya no pudo con el cabezazo de Sesko.
El regreso de Vermeeren
La reacción del Atlético se produjo 10 minutos después, primero con una picaresca protagonizada por el jugador más listo del campo. Un córner que saca rápido Griezmann con los dos equipos colocándose, pero con Julián Álvarez atento al primer palo aunque no pudo dar la orientación necesaria al esférico. Y luego, tras un regalo de Gulacsi que terminó en las botas de Riquelme y al plantarse ante él y le entró un ataque de juventud e intentó ceder a un Correa vigiladísimo. El argentino disparó, el rechace llegó a Griezmann y apareció una bota salvadora alemana para negar el gol al francés. El estadio elevaba las manos y Simeone se las llevaba a la cabeza.
Volvía Vermeeren al Metropolitano y se debió olvidar de que ya no llevaba la rojiblanca. Se durmió en el borde del área, le robó De Paul y Correa no pudo finalizar con éxito. Casi tiene el argentino el quite del perdón en la jugada siguiente. Tras la salida de un córner, Angelito se acercó al primer palo para meter la punterita y elevar el balón por encima de todos los jugadores que lo miraban hipnotizados cómo golpeaba en el palo y terminaba en las manos de Gulacsi.
Griezman celebra su tanto en el Metropolitano.Manu FernandezAP
Olía el Metropolitano a tormenta y olía también el gol, que llegaría pocos minutos después. Sería Griezmann, el jugador que partía en esta ocasión desde el mediocampo, lo que le confería un aura de indetectabilidad que aprovechó para rematar solo desde el punto de penalti un gran centro de Llorente. Un gol que encendió a las masas y a los jugadores. De hecho, un minuto después, Julián desperdició otro centro de Llorente para hacer el segundo. Definitivamente, se descubrió un partido que se escondía tras nubes negras.
La tormenta no sólo afectó al juego, sino que hizo lo propio con la tecnología de VAR. Cinco minutos estuvo el juego parado por un problema con el pinganillo. Eso no paró al Atlético, que mantuvo la intensidad con la que se había marchado a la caseta con Correa y Griezmann como puntas de lanza, ambos con posiciones intercambiadas para dar descanso al francés, algo fatigado.
La Araña, desaparecida
Sigue Julián Álvarez sin encontrar los espacios en el juego del Atlético. Sustituido por Sorloth en el minuto 60, apenas dejó un remate a puerta el argentino y más por picardía de Griezmann que por mérito propio. Otro cambio fue Correa por Molina, una pedrada del Cholo en un partido empatado y que es importante ganarlo en esta nueva Champions de todos contra todos.
El último cuarto de hora fue un toma y daca a base de cabezazos. Primero remató Sorloth blando a las manos de Gulacsi, luego fue Poulsen el que erró por centímetros y finalmente un buen centro de Molina lo remató Griezmann, pero se encontró la manopla del portero húngaro.
Entonces, con medio estadio dando bueno por el empate, apareció la cabeza de Giménez al segundo palo para poner la primera victoria en el casillero rojiblanco. Nunca se puede dudar de las decisiones del Cholo. Tres puntos sufridos, pero importantísimos en un formato, el de esta Champions, que no da tregua.
Si comenzamos esta historia hablando de la obra del escritor alemán Erich Kästner, 'Las Dos Carlotas', quizás no sepan que es el libro en el que se basó la película 'Tú a Londres y yo a California'. Y qué curioso que el relato hable de dos hermanas gemelas que, separadas al nacer, se encuentran en un campamento de verano.
Algo parecido le pudo pasar a los protagonistas de este cuento. En el estío de 2023, ambos 'nueves' tenían intereses en la orilla opuesta de sus vidas. Si Álvaro Morata tenía un pie y medio fuera del Atlético de Madrid, a Lautaro Martínez le ocurría lo propio en el Inter de Milán. Lo más curioso es que ambos nombres sonaban para sustituirse en el banquillo contrario.
Sin embargo, el supersticioso o cabalista, como dicen en argentina, Diego Simeone tenía otros planes u otras predicciones, si se permite atribuirle la capacidad de ver el futuro. El técnico tuvo una charla en la pretemporada del Atlético de Madrid en Seúl con Morata para que se quedara y le dijo que estaba en el momento de "dar 18 goles" si lo hacía. "Es un jugador que necesita tener confianza y ahora mismo la tiene del entrenador, del club y también del público", cuentan fuentes rojiblancas.
Morata se quedó y el resto es historia. Lleva 20 goles en 37 partidos, 0,54 tantos por encuentro. Es la mejor media goleadora de su carrera y, con uno más, superaría también la temporada, temporadas en este caso, con más tantos: la 2020/21 con la Juventus y la 2016/17 con el Real Madrid. Además, en la previa ante el Betis, el 'futurólogo' Cholo le dijo a Morata que marcaría, llevaba ocho partidos sin hacerlo, y, pese a fallar un penalti, el delantero anotó el segundo de su equipo.
"Después de Sevilla me ha costado un poco volver, a pesar de hacer los esfuerzos por estar lo mejor posible, hay veces que no se está bien, he tenido ocasiones para hacer goles y no las he metido y lo que quiero es ayudar al equipo y ser positivos porque quedan objetivos por delante", expresó tras el encuentro ante los verdiblancos un delantero que "ha encontrado su sitio", dicen desde el club y que está repleto de "confianza", explican desde su entorno.
Lautaro en un partido con el Inter.EFE
Lo impresionante de estas 'dos Carlotas' es que el éxito de uno se ha visto reproducido en el otro. Lautaro Martínez también mantiene la mejor media goleadora de su carrera, con 0,76 tantos por partido, y este verano fue elegido capitán del Inter de Milán, finalista de la pasada Champions League, con apenas 26 años. "Nunca me imaginé esto, es mérito al trabajo y al sacrificio de mi familia cuando era pequeño, todo es por ellos", comentó el protagonista tras su último tanto en la Serie A. Pero desde su entorno no solo lo imaginaron sino que avisan que aún "no está al máximo de su capacidad".
Hablamos de 102 goles en la primera división italiana, 23 esta temporada, la que más en competición nacional de su carrera, y eso que sólo ha jugado 24 encuentros este año. "Muy contento, aunque son solo números, desde que llegué al Inter no me esperaba este cariño y tanto yo como mi familia estamos muy contentos", confesó. Fuentes próximas comentan que no sólo es este, también el año anterior tuvo un gran rendimiento y mantienen que "cuanta más presión, mejor aguanta los desafíos".
La diferencia de edad entre ambos delanteros no ha impedido que ambos exploten a la vez. "Para un goleador, el gol llama al gol", comenta el argentino Fernando Czyz, periodista de DSports. Este año ambos han respondido a esa llamada y están siendo fundamentales en sus equipos. "Tiene el respeto de esta profesión, del público y de sus compañeros, no solo del Inter sino del fútbol en general. Asume la responsabilidad cuando las cosas se complican", cuentan fuentes cercanas a Lautaro.
Caracteres diferentes
Morata es menos serio que su homólogo del Inter, pero son muchos los compañeros con los que ha compartido caseta que le agradecen la cercanía en el trato y la capacidad de acogida que tiene, especialmente, a los que llegan nuevos. "Él da una imagen como de tristón y es todo lo contrario: bromista, cariñoso, buen compañero... es todo corazón", apuntan desde el vestuario.
Familiares, ambos, y muy centrados en su profesión, estos 'hermanos de fútbol' viven momentos dulces en sus equipos. "Hay una adaptación total, se siente uno de los dueños del club", apunta Czyz sobre Lautaro. Mientras que en el Atlético hablan de un "equilibrio personal y profesional" en la vida de Álvaro Morata.
Importantes en España y Argentina
Ambos, son también importantes en sus respectivas selecciones tras pelearlo mucho durante los últimos años. Morata se ha hecho con el nueve tras marcar 34 goles en 69 partidos, 0,49 tantos por encuentro. Lejos quedan aquellos pitos en Sevilla que afectaron mucho al jugador, pero que los enfrentó y superó gracias a la ayuda de un coach.
Lautaro también ha estado discutido durante su carrera en el equipo nacional porque le costaba más ver puerta. El delantero ha hecho 21 goles en 54 choques, 0,38 de media. "Hay un debate en Argentina sobre quién debería ser el 9 si Julián Álvarez o Lautaro. A día de hoy gana Lautaro", informa Czyz.
Esta noche sólo podrá quedar uno. El Inter parte con ventaja, pero nadie en el conjunto neroazzurri cree que la empresa esté hecha, aunque para Lautaro el Atlético tiene un aroma especial. "Es muy respetuoso con la historia de los equipos contra los que juega. Para un argentino enfrentarse a una historia tan cercana como la del Atlético es una satisfacción. Le da mucha motivación y alegría siempre desde el respeto", concluyen desde su entorno.