Poco antes de las 12 de la noche del 29 de septiembre, Robin Le Normand abandonaba el césped del Metropolitano con la cabeza abierta. Lo hacía por su propio pie y nadie, o quizás sólo el doctor Óscar Celada, que fue quien le atendió sobre el terreno de juego tras el choque fortuito con Tchouamení, imaginaba los dolores de cabeza que iba a tener el central tanto metafórica como literalmente para volver a pisar los terrenos de juego.
Hoy, 67 días después, el francés estará disponible ante el Cacereño, en la eliminatoria de segunda ronda de Copa del Rey (19.00 horas). Lo hará con un casco protector, como precaución tras la lesión sufrida, con el que lleva entrenando desde que pudo volver a pisar el césped hace 15 días. “Ayuda a absorber la energía del impacto, el problema no es tanto el golpeo del balón sino los choques fortuitos”, explica a EL MUNDO, Ayoze González, jefe de neurología del Hospital Universitario de Gran Canaria. Esta última semana, Le Normand pudo completar las sesiones preparatorias junto al resto de sus compañeros.
“Pensando en su salud, el club, los médicos, todos hemos estado pendientes. Después viene el futbolista, que se puso en forma y que está ya a disposición de poder empezar a competir. Transmite ilusión y entusiasmo y está muy contento y con muchas ganas de ayudar al equipo”, respondió Diego Simeone en la rueda de prensa previa al choque copero.
“hay que ir recuperando sensaciones”
En el club, tras diagnosticarle un traumatismo craneoencefálico con hematoma subdural, que es una hemorragia entre las capas que protegen al cerebro, el pasado 1 de octubre, nunca han tenido prisa con el central,que afrontó la lesión con bastante incertidumbre. Ya con el alta médica, ahora dependía de cómo se sintiera él y “las sensaciones” que tuviera para presentarse a filas, de nuevo, a las órdenes de un Simeone. “El hematoma se cura bien, pero puede ser grave, y eso genera miedo y hay que ir recuperando sensaciones”, apunta González.
Le Normand fue titular desde el minuto 1 con el Cholo y lo jugó casi todo hasta su percance con el mediocentro madridista. El único partido que no disputó fue el del empate en Vallecas, uno de los duelos más flojos del conjunto rojiblanco, porque el entrenador decidió darle descanso. Son 720 minutos en total esta temporada y está entre los 15 jugadores con más tiempo disputado pese a haberse perdido más de dos meses de competición. Desde el club insisten en que “perder a un jugador de su nivel siempre es complicado” pese a que los resultados hayan podido recuperarse.
Su lesión, además, coincidió con el peor momento del equipo esta temporada. El empate en Anoeta y las derrotas en el Villamarín ante el Betis y frente al Lille en Champions League, volvieron a sacar el puesto del Cholo a la palestra. Pero el equipo se rehizo y despegó tras arrancar una inesperada victoria en París para, ahora, no sólo encadenar goleadas, sino mantener la portería a cero. En las siete victorias consecutivas de los rojiblancos, Oblak sólo ha tenido que recoger dos balones de su red. “No hay equipo que salga campeón que reciba muchos goles en contra”, valoró Simeone. No cabe duda, de que la vuelta de Le Normand al césped es la mejor noticia para el entrenador rojiblanco, pese a que en los últimos duelos haya encontrado en Lenglet y Giménez una pareja no sólo competitiva a nivel defensivo, también goleadora. Ambos llevan un tanto cada uno en lo que va de temporada. El del uruguayo, un cabezazo soberbio para dar la primera victoria de la temporada ante el Leipzig en casa.
Precisamente, unas de las últimas fotos del entrenamiento del Atlético de Madrid reflejan a un Le Normand despejando de cabeza como muestra de su completa recuperación. “El riesgo de volver a la competición no está en golpear de cabeza sino en los choques fortuitos por la propia intensidad del torneo”, apostilla el jefe de neurología. Han sido dos meses en los que, por los estrictos protocolos del campeonato cuando hay un traumatismo craneoencefálico, el proceso de recuperación del defensa galo ha sido muy lento y muy progresivo.
Sesiones muy livianas “no invasivas” de gimnasio en solitario, sólo y sin ningún tipo de sonido para no influir en una posible recaída, algo que nunca ocurrió. “Se hace por mantener un entorno tranquilo, más que por los ruidos, ya que el estrés o los ejercicios con impacto son algunas de las las causas que puede empeorar el hematoma o provocar la rotura de otro vaso sanguíneo”, cuenta González. Pruebas médicas (resonancias, tacs,…) constantes para monitorizar el proceso de reabsorción del hematoma y la cicatrización del cráneo. Hasta las primeras carreras en el césped, también en solitario, para intentar no perder la gran forma que venía exhibiendo desde su llegada este verano de la Real Sociedad por unos 35 millones de euros.
Vestuario sano
En el vestuario están encantados con su vuelta y especialmente sus amigos más cercanos, como son Antoine Griezmann, que no estará en Extremadura tras la extracción de una muela, Thomas Lemar y Clement Lenglet, los tres francoparlantes de la plantilla. Aunque este último sea competidor directo por la posición, hay muy buen rollo entre los compañeros y más con la vuelta de un futbolista que estuvo preocupado cuando escuchó el diagnóstico ya que, aunque como profesional estén acostumbrados a lidiar con diferentes lesiones, éstas suelen afectar más a su tren inferior.
Desde el club saben que los jugadores están acostumbrados a vivir con lesiones y que ellos tienen su proceso de recuperación propio, pero los traumatismos craneoencefálicos no son una dolencia habitual en el mundo del fútbol. Petr Cech también lo sufrió tras una jugada desafortunada con un futbolista del Reading en 2006. El guardameta checo tuvo que jugar con casco toda su carrera, pese a que le limitaba la audición, porque su lesión fue mucho más grave que la del galo ya que su cráneo sufrió un hundimiento.