Un 13 de diciembre de 2003, Diego Simeone metía su último gol con la camiseta rojiblanca. El Cholo hacía el primer tanto de un encuentro que el Atlético de Madrid terminaría por empatar. El rival, por cierto, era el Celta de Vigo.
Más de 20 años después, otro Simeone salía por primera vez como titular con la camiseta colchonera. Lo hacía en la séptima jornada de Liga tras disputar algunos minutos ante Athletic, Valencia y Rayo. El rival, de nuevo, era el Celta de Vigo.
No obstante, no se puede decir que la actuación del pequeño de los Simeone haya sido la mejor de su corta carrera deportiva, con la interrupción de casi 10 meses que tuvo tras la rotura del peroné que sufrió el año pasado en su cesión en el Alavés. Giuliano lo intentó, pero estuvo impreciso en ataque y flojo en defensa. Superado muchas veces por Carreira, el lateral celeste.
Es el primer año de Giuliano en el club en el que su padre jugó cinco temporadas en dos etapas diferentes y en el que se convirtió en histórico con las botas y el doblete de la 1995/96 y hoy es leyenda como entrenador con casi 700 partidos dirigidos y varios títulos.
No era la noche del pequeño de los Simeone, los focos estaban en otro argentino. Saliendo desde el banquillo Julián Álvarez salvó la papeleta de un equipo, el rojiblanco, que había firmado uno de los peores partidos de la temporada. “Obviamente (el gol) ayuda para la confianza y ayuda al equipo, son tres puntos muy importantes”, apuntaba el protagonista en la entrevista postpartido.
Miradas en el derbi
Y tanto. Con el empate el Atlético se hubiera quedado a ocho puntos de un FC Barcelona intratable cuyos partidos se cuentan por victorias. Ahora, espera el derbi en el Metropolitano ante un Real Madrid que no contará con Mbappé. “Seguramente que nuestro estadio nos dará la energía necesaria para el partido del domingo. Tranquilidad e ilusión y debemos mejorar ofensivamente porque estamos muy bien defensivamente, pero tenemos que dar un paso desde el juego y ese es nuestro desafío”, apuntaba Simeone.
Otro protagonista de la noche fue Jan Oblak, que paró dos goles cantados a remates de Aspas y Borja Iglesias, y se mostró feliz por “tres puntos necesarios”. Tres puntos que llegan con otra portería a cero y ya son cinco en siete jornadas. “Ojalá que con la ayuda de los aficionados podamos obtener la victoria el domingo”, completaba el portero esloveno.
De los últimos cinco derbis, el Atlético de Madrid sólo ha perdido uno y ha obtenido dos victorias. Lejos queda ya la época en las que los rojiblancos estuvieron 14 años sin ganar. En el Metropolitano, además, los colchoneros no pierden desde septiembre de 2022.