El tenista alemán Alexander Zverev ha sido el último en cargar contra la organización de la Villa Olímpica en los Juegos Olímpicos de París 2024. Así lo ha hecho en una rueda de prensa previa a su encuentro de octavos de final del Masters 1000 de Montreal, en la que ha afirmado que durante su estancia “sufrimos un poco con la comida y con las condiciones para dormir”.
Además, ha señalado que “tampoco había aire acondicionado en las habitaciones”, por lo que considera que “en ese sentido, Tokyo fue mucho mejor, al igual que en el resto de la organización”. También ha indicado que se alojó en la Villa Olímpica “al igual que todo el equipo alemán, porque nuestra federación nos obligó a hacerlo”.
Estas críticas se suman a las lanzadas por el nadador italiano Thomas Ceccon, ganador de los 100 metros espalda, quien fue grabado durmiendo en un parque de la Villa debido al calor que hacía en las habitaciones. “No hay aire acondicionado, hace mucho calor, la comida es mala. Muchos deportistas se desplazan por eso. No es una coartada, es la pura crónica de lo que quizá no todo el mundo sabe o ve”, aseguró.
Otros deportistas, como el británico Adam Peaty, medallista de plata en los 100 metros braza, aseguró que “el catering no es lo suficientemente bueno ni está a la altura del rendimiento que los deportistas deben dar en los Juegos Olímpicos”. De hecho, llegó a revelar que encontró gusanos en el pescado que se servía en la Villa. Un pensamiento secundado por deportistas como Simone Biles o Hezly Rivera, que expresaron que la comida “no era realmente comida francesa” y consideraban que “no era la mejor”.
Al igual que sucediera hace algo más de dos años, cuando fue el suizo quien recibió los parabienes de Nadal en una carta a través de las redes sociales, Roger Federer ha querido responder, con la misma elegancia que le distinguió en la cancha y un punto algo edulcorado, en el adiós de quien fue su máximo rival.
"Empecemos por lo obvio: me ganaste. Mucho. Más de lo que yo pude ganarte a ti. Me desafiaste de maneras que nadie más podría. En tierra batida, sentí que estaba entrando en el patio trasero de tu casa y me hiciste trabajar más duro de lo que jamás pensé que podría hacerlo solo para mantenerme firme. Me hiciste reimaginar mi juego, llegando incluso al punto de cambiar el tamaño de cabeza de mi raqueta, esperando obtener alguna ventaja", escribe el ganado de 20 títulos del Grand Slam.
Sabido es que ambos se retroalimentaron durante su hermosa y prolongada rivalidad, que alumbró 40 partidos, 24 con victoria del español, aunque el último, en las semifinales de Wimbledon de 2019, cayese del lado de Federer. Nadal hizo mejor al ocho veces campeón de Wimbledon y Federer también hizo crecer al zurdo que le venció por primera vez en Miami, en 2004, y le llevó a los cinco sets en la final del mismo torneo un año más tarde.
"Y sabes qué, Rafa, me has hecho disfrutar del juego todavía más. Vale, quizá no al principio. Después del Abierto de Australia de 2004, llegué al número uno del ranking por primera vez. Pensé que estaba en la cima del mundo. Y lo estaba, hasta dos meses después, cuando entraste en la cancha de Miami con tu camiseta roja sin mangas, mostrando esos bíceps, y me ganaste de manera convincente. Todo ese rumor que había estado escuchando sobre ti, sobre este increíble jugador joven de Mallorca, un talento generacional, que probablemente ganaría un Grand Slam algún día, no era solo publicidad".
Nadal irrumpió en un momento en el que no se adivinaba oposición a Federer, que dominaba el circuito con absoluta autoridad. Las semifinales de Roland Garros, en 2005, fueron un punto de inflexión. Aunque el español llegaba ya avalado por su formidable paso por los torneos de arcilla, quedaba por ver si sería capaz de derribar a Federer. Y lo hizo.
"Ambos estábamos al principio de nuestro viaje y lo acabamos haciendo juntos. Veinte años después, Rafa, tengo que decirte: ¡Qué carrera tan increíble has tenido! Incluyendo 14 Roland Garros. ¡Histórico! Has hecho sentir orgullosa a España... Has hecho sentir orgulloso a todo el mundo del tenis", agrega Federer.
Un espectáculo inigualable
La serie se prolongó durante tres lustros y cada uno de sus enfrentamientos era celebrado como uno de los mejores espectáculos del deporte, por su contraste de personalidades y estilos, por el juego limpio que siempre acompañó a sus duelos, que tuvieron en la final de Wimbledon de 2008 su más categórica manifestación.
"Todavía te agradezco que me hayas invitado a Mallorca para ayudar a lanzar la Rafa Nadal Academy en 2016. En realidad, me invité yo mismo. Sabía que eras demasiado educado como para insistir en que estuviera allí, pero no quería perdérmelo. Siempre has sido un modelo a seguir para los niños de todo el mundo y Mirka y yo estamos muy contentos de que nuestros hijos haya entrenado en tus academias", agrega el ex número 1 del mundo, que muestra su gratitud por la presencia de Nadal en la Laver Cup donde él dejó el tenis y evoca las lágrimas compartidas.
"No soy una persona muy supersticiosa, pero tú lo llevaste al siguiente nivel. Todos su proceso. Todos esos rituales. Juntar tus botellas de agua como si fueran soldados de juguete en formación, arreglarte el pelo, ajustar tu ropa interior... Todo eso con la máxima intensidad. En secreto, me encantaba todo el asunto. Porque era tan único, tan tú", detalla, entrando en el terreno de lo más anecdótico.
Málaga espera su presencia en el Martín Carpena para participar presencialmente en la despedida de Nadal.
El fútbol es 11 contra 11, pero el sábado en Berlín amaneció 100.000 contra 12.000. El medio millón de croatas que vive en Alemania pasó factura a la afición española, en clara inferioridad en las calles de la capital germana y en las gradas del Estadio Olímpico, donde cayó derrotada 50.000 a 10.000. Por suerte para los de Luis de la Fuente, en el césped la situación fue diferente. España arrancó de nuevo un gran campeonato con goleada, como hiciera en Qatar con aquel 7-0 ante Costa Rica. Un 3-0 a la guerrera Croacia con Álvaro Morata, su capitán, inaugurando el marcador y haciendo historia.
«Tiene valor de estrella mundial», decía esta semana Luis de la Fuente sobre el delantero. «No se le reconoce todo lo que ha hecho», insistía. ¿Y qué ha hecho Morata con la selección? Pues miren: lleva 36 goles con España, el cuarto que más en la historia, a dos de Fernando Torres, a ocho de Raúl y a 23 de David Villa. Casi nada. Además, con su tanto sobre Croacia se convirtió en el primer futbolista español que marca en tres ediciones de la Eurocopa, igualando a leyendas como Henry, Klinsmann, Modric o Ibrahimovic. Por delante, sólo Cristiano Ronaldo. Y hay más.
Su definición con la zurda frente a la salida de Livakovic le sitúa en el podio de máximos anotadores de la historia del torneo continental. Cristiano acumula 14 tantos, Platini alcanzó los nueve y Morata se acaba de poner en siete, los mismos que Griezmann y Alan Shearer.
Idilio europeo
A Morata le ha pesado lo mucho que se ha hablado de él, quinto futbolista en la historia que más dinero ha movido en fichajes, y la responsabilidad goleadora de la etapa posterior al trío de títulos entre 2008-2012. Pero los números están ahí.
Marcó tres goles en la Eurocopa 2016, su primer torneo internacional. Lopetegui le descartó para el Mundial de 2018 y regresó a la Euro de 2021 para anotar otros tres, incluido uno en la semifinal contra Italia. En Qatar, en su primer Mundial, repitió cifra: otros tres.
El gol de Morata hundió a Croacia, que recibió el segundo a los tres minutos y 16 segundos. Una maravilla de Fabián Ruiz, que vio puerta por primera vez en un evento continental. Fui una tarde de primeras veces, como las de Dani Carvajal y Lamine Yamal. El lateral anotó el primer gol de su carrera con España en el primer partido de su vida en una Eurocopa. Las lesiones siempre le habían dejado fuera de las convocatorias. Extraña estadística para un futbolista que ha ganado seis Copas de Europa. Su remate a pase de Yamal llegó como el 1-0 del Madrid en Wembley, al primer palo tras un saque de esquina.
Morata bate a Livakovic en la acción del 1-0.AFP
Un 3-0 antes del descanso para sentenciar el primer compromiso del grupo y un gol también histórico. Según Misterchip, se trata de la segunda vez que un jugador del Barcelona asiste a uno del Madrid en una Eurocopa. Premio al hito del joven delantero azulgrana, que se convirtió en el debutante más joven en la historia del torneo. A sus 16 años, 11 meses y dos días, superó el récord del polaco Kacper Kozlowski, que disputó la edición de 2021 a los 17 años y 246 días.
«Es un golpe»
Enfrente, Luka Modric, con 38 primaveras, más del doble que Lamine, abrazándose a Nacho y Carvajal en el túnel de vestuarios. No fue el día del croata ni de su selección, que tendrá que sumar puntos en las últimas dos jornadas para sobrevivir hasta octavos.
Morata, protagonista del duelo, se retiró antes de tiempo por molestias, pero él mismo tranquilizaba a De la Fuente sobre el césped: «Es un golpe», le dijo. Uno en el gemelo, de esos que duelen al momento pero que con un par de días se soluciona. No fue la única preocupación del choque, porque Rodrigo también acabó con problemas físicos.
El final del partido tuvo polémica. Oliver señaló un penalti de Rodrigo sobre Petkovic tras un error de Unai Simón, el portero detuvo el disparo y en el rechace el croata anotó, pero el VAR avisó al árbitro de que Perisic había entrado en el área. Era el gol del honor croata, pero no sirvió.
Casi se cumple un mes desde los incidentes del derbi, pero las ruedas de prensa en una y otra acera siguen visitando los incidentes que obligaron a suspender provisionalmente el encuentro entre Atlético y Real Madrid. No ayuda que los protagonistas se sigan lanzando dardos en las comparecencias previas a su partido de Champions League como en la de este mediodía antes del partido ante el Lille.
"Courtois merece el lugar que tiene. Es de los mejores porteros del mundo. Podemos no estar de acuerdo en las formas de ver situaciones, pero estoy agradecido por el trabajo que hizo aqui. Jugamos una final de Champions y ganamos una liga con él", respondió Diego Simeone a las palabras del belga en la aseguraba que sus ideas de provocación no coinciden.
Unos incidentes que también se vio obligado a recordar José María Giménez. El central uruguayo fue uno de los que acudió al fondo sur para intentar apaciguar los ánimos tras los lanzamientos de mecheros al portero del Real Madrid y también de los que, al término del encuentro, fue a agradecer el apoyo al mismo sector. "Fui a transmitir tranquilidad, que era lo que necesitábamos en ese momento porque teniamos confianza de empatar. Era una situación incómoda", apuntó el jugador rojiblanco.
El uruguayo también se alegró de que el miércoles, ante el Lille, puedan contar de nuevo con el Metropolitano al completo. "Significa mucho que esté el estadio con nosotros en un partido como el de mañana, los necesitamos a todos", comentó el futbolista que, probablemente, ocupe el centro de la zaga, lugar en el que se acumulan las bajas para el Atlético de Madrid. Le Normand, Azpilicueta y Lenglet serán baja en la línea defensiva rojiblanca.
El conjunto francés viene de subidón en esta competición después de la victoria ante el Real Madrid en su estadio. Y eso que se coló en la fase de grupos después de ganar por la mínima al débil Slavia de Praga. Simeone alabó al rival por su "fútbol vistoso y atractivo" y por su capacidad de competir los encuentros.
Para los rojiblancos no hay dudas respecto a su juego y Giménez ha querido destacar que el análisis dependerá de lo que ponga el electrónico. "Cuando termine el partido y tengamos un gol mas que el rival dirá si hemos jugado bien o mal. Lo importante es ganar. Sumar de a tres para afianzarse y seguir confiando en nosotros", declaró el jugador.
Es cierto que este nuevo formato de la Champions es, quizás, más benévolo con los tropiezos como el de Lisboa. Una derrota dolorosa en el que "no juegas bien" y se cometieron muchos errores desde el "trabajo colectivo", según detalló Simeone.
Dos de los jugadores que mañana espera la afición colchonera son Julián Álvarez y Antoine Griezmann. Del primero su entrenador reveló que está cada vez más cómodo tanto con sus compañeros como en la ciudad y del segundo se alegró de no tener que dividir el talento con Francia y que le vendrá muy bien esa descarga de minutos de no jugar con su selección.