Aunque no escasean los registros formidables, acaso tengan razón quienes, dado el supremo nivel de la competición, motejan de lenta la piscina. Unos 200 libre masculinos electrizantes con protagonistas sonoros desembocaron, sin embargo, en marcas nada cegadoras. A remolque durante toda la prueba, ganó David Popovici en la última, agónica brazada. Cuarto en Tokio cuando era un chavalín -ahora tiene 19 años-, el rumano (1:44.72) sólo adelantó por l
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