Colista en su grupo de Segunda RFEF es el equipo más modesto que ha logrado estar en el bombo tras derrotar al Eibar. Saben que se cruzarán con Real Madrid, Barcelona, Betis o Valencia
Los jugadores del Sevilla celebran con Jordán el tercer gol del equipo.EFE
La Copa del Rey es la ilusión para equipos como el CD Ibiza-Islas Pitiusas, un modesto de Segunda RFEF en puestos de descenso que estará en el bombo de los dieciseisavos de la Copa esperando ser emparejado con alguno de los grandes que entran en liza en esta ronda de la competición: Real Madrid, Barcelona, Betis o Valencia. El conjunto balear espera su premio tras eliminar a uno de los candidatos al ascenso a Primera, el Eibar (0-1), a quien nunca dio opción.
Ningún sobresalto tuvieron los equipos de Primera, aunque el Rayo Vallecano sufrió para doblegar al Atlético Saguntino, que arrastró el empate a cero hasta los penaltis para fallar tres lanzamientos y darle el pase a los hombres de Iraola.
Cómodas goleadas
Real Sociedad, Osasuna y Sevilla liquidaron sus duelos con soltura. Los donostiarras golearon al Coria (0-5) y los navarros al Arnedo (1-3). Sampaoli también pudo usar su partido ante el Juventud Torremolinos para engrasar a un equipo que renquea en Liga, aunque los goles fueran de un canterano, Carlos Álvarez, y en propia puerta de los malagueños (0-3). Algo más parecía que le iba a costar el pase al Valladolid, que tuvo que darle la vuelta al marcador para acabar goleando al Arenas de Getxo (1-5).
Alavés y Sporting cumplieron con sus deber, pese a acabar sus partidos con un hombre menos. Los vitorianos encarrilaron el partido ante el Mérida en 25 minutos (0-1)y el Sporting se dio un festín ante el Numancia (0-3). Tampoco falló el Levante ante el Andorra (2-1).
Los descalabros fueron los del Tenerife y del UD Ibiza, víctimas ambos de dos equipos de Primera RFEF, el Pontevedra (2-1) y el Ceuta (3-2), que no les dieron opción alguna.
Muy igualado estuvo la eliminatoria entre el Logroñés y el Albacete, que acabó abocada a la prórroga y los penaltis en los que se impusieron los riojanos para dejar en el camino a otro Segunda.
Han pasado 17 años desde que Javier Arizmendi, en el minuto 88 de un duelo empatado dos goles, batía a Casillas para que aquel Valencia de Koeman que también coqueteaba con el descenso ganara en el Bernabéu. Aquella victoria ha sido desbancada por una de mayor mérito, porque la diferencia entre los rivales es abismal y porque el testarazo de Hugo Duro en el 94 que batió al debutante Fran González permite al Valencia agarrarse a una salvación en la que ya se cree, empujado por la fe que despertado Corberán. Sólo el Barça (0-4) y el Atlético (1-1) se había llevado puntos del inexpugnable estadio madridista, lo que agranda la proeza.
El Valencia se sacudió mil demonios de un plumazo. Volvía a ganar en el Bernabéu, sumaba su primera victoria lejos de Mestalla por primera vez en un año y lo hacía sin tres de sus mejores futbolistas pero recuperando a otros tres que se antojan esenciales para el arreón final. Corberán no dudó en reconocer que su equipo rozó la perfección desde Mamardashvili, que volvió a ser un portero que da puntos con sus paradas a Mbappé y Valverde y el penalti de Vinicius, a Rafa Mir y Hugo Duro, que volvió a mostrar su olfato en el área por puro tesón.
«Había que tener personalidad y no dejarse intimidar por la atmósfera de este estadio y había que tener concentración, y solo en la jugada que han visto penalti la hemos perdido. Hemos hecho un ejercicio de resistencia y también de saber atacar. Y todo eso al máximo nivel. Ha sido un ejercicio de resistencia y fe. No lo hemos hecho todo perfecto, pero hemos encontrado a Giorgi Mamardashvili, que ha sido uno de los nombres de este partido», explicó el técnico que cogió al equipo con 12 puntos y le ha hecho sumar 22. «Detrás de eso hay mucho trabajo», puntualizó el entrenador revelación, que no abandonó su rictus serio al recordar que todavía queda camino.
Ahora bien, el equipo golpeado con los peores registros goleadores de las grandes ligas, acostumbrado a deshacerse en defensa al más mínimo golpe, se ha convertido en resiliente. «Ante el golpe como el que hemos recibido en la segunda parte [el gol de Vinicius] y en un escenario donde el Real Madrid se ha acostumbrado a remontadas heroicas, tener la fuerza para levantarnos era importantísimo. Porque si no, no se gana», resumió.
No lo vio de la misma manera Carlos Ancelotti, que no restó mérito al "gran trabajo" del Valencia ni evitó reconocer que la Liga se les complica. "Tenemos menos opciones al título. Hemos perdido la oportunidad de pelear con más contundencia", reconoció antes de poner matices a la derrota. "Las hemos tenido merecidas, pero esta no lo ha sido. No ha faltado la actitud. Hemos creado un montón de oportunidades y hemos estado cerca de marcar. Nos ha faltado un poco de efectividad y se podría hacer mejor en la recuperación del balón, a nivel defensivo. En este momento, para que nos hagan gol los equipos rivales no necesitan mucho. Uno ha sido a balón parado y luego hemos arriesgado porque el punto no servía para nada", se lamentó.
Se encontró el Real Madrid con la confianza que ha despertado la personalidad de jugadores del Valencia como Diakhaby, que marcó con un cabezazo impecable el primer gol para cerrar un círculo: hace uno año se hizo añicos la rodilla al caerle encima Tchouanémi en el partido en Mestalla. "Me lesioné contra ellos y ahora marco en el Bernabéu. Quiero disfrutar de eso", decía el central, al que no le hundió ni el gol en propia puerta que el VAR anuló.
¿Quién será el lanzador de penaltis?
Tampoco lo hizo Tárrega, convertido en uno de los cinco centrales más difíciles de driblar de las cinco grandes ligas, en la disputa con Mbappé que Cuadra Fernández vio como penalti. Ahí emergió Mamardashvili por primera vez ante Vinicius, que falló su segundo lanzamiento de la temporada. Lo hizo ante el Atlético en Champions y de nuevo ante el georgiano. Eso provocó pitos en la grada y quizá que Ancelotti designe otro lanzador. "Vamos a ver", se limitó a decir. "Ha sido una temporada complicada para los lanzadores. Falló Bellingham en Valencia, Mbappé contra Liverpool y el Atlético y Vinicius contra el Atlético y también hoy. Pero está muy focalizado en lo que hace. Le puede ir bien o mal, pero lo da todo", justificó el italiano.
Vinicius, en el lanzamiento de penalti que erró.chema moyaEFE
Mientras en el Real Madrid surgen las dudas, más aún a la espera del Arsenal, en el Valencia nadie se arruga. Empezando por el portero, que ha tenido fallos garrafales esta temporada que empieza a enmendar. "Todos tenemos días malos, pero tenía que demostrar quién soy como he hecho", advirtió el georgiano en un mensaje quizá para oídos en Anfield. Tuvo arrestos hasta para apostarse 50 euros con Vinicius. "Le pregunté si quería jugarse 50 euros y me dijo que sí. Se lo paré y gané. Me lo tenía que pagar después del partido, pero aún no me lo ha dado. No pasa nada", sonreía el guardameta.
A ese crecimiento se suman el argentino Enzo Barrenechea o André Almeida, con galones en el control del juego, no desentonaron un esforzado Jesús Vázquez y un cumplidor Max Aarons, con apenas titularidades, y emergió Javi Guerra fajado con Modric, Valverde o Brahim. «Hemos venido a crecer, a trabajar y nos hemos llevado los tres puntos cuando aquí no puntúa casi nadie. No hay mejor escenario», recordó el centrocampista. Dijo Ancelotti que el Real Madrid mereció ganar y los números dicen que remató a puerta nueve veces. Dos lo hizo el Valencia, pero fue el equipo que quiso ganar.
Albania tiene una población de tres millones de habitantes en su territorio natural y el triple fuera. La caída del régimen comunista y el fin de los 40 años de dictadura de Enver Hoxha provocaron a mediados de los 90 el exilio de millones de albaneses en busca de libertad y mejores condiciones de vida. Ahora, con un pie en la Unión Europea y descubierta como paraíso natural, luce un orgullo que también se refleja en la Europa. El camino lo inició Gianni de Biasi en 2016 y quiere completarlo Sylvinho sumando ante España los puntos que necesita para estar en octavos de final.
El camino no ha sido fácil. Albania se ha construido desde cero peinando el mundo en busca de futbolistas hijos de ese exilio masivo. El Big Data y el departamento de scouting que creó y lidera el italiano Alarico Rossi han sido claves. Cualquier jugador de origen albanés que apareciera en los 48 mejores campeonatos del planeta era cazado por un algoritmo, seguido por el departamento de análisis y captado si el seleccionador le veía potencial. El 73% de los jugadores que estarán en el Arena de Düsseldorf buscando hacer historia no han nacido en Albania: sólo siete de 19, lo que convierte a esta selección en una auténtica torre de Babel.
Pese a la perfección que roza este sistema , casi se le escapa su jugador más valorado. Xhevahir y Bella Broja cambiaron Albania por Inglaterra y en Slough nació en 2001 Armando. Captado por ocho años por la cantera del Tottenham, pronto fue tentado por el Chelsea. El talento natural se lo vio su padre, y se lo trabajó. «Me ponía vídeos del brasileño Ronaldo para que viera sus movimientos», contaba el jugador a los medios oficiales del Chelsea. Pero no se quedaba ahí sino que se empeñó en preparar a un atleta. «Aunque venía tarde de trabajar, cuando llegaba me ponía correr. Cuando estaba cansado me decía: 'otra vuelta más, porque la defensa querrá cogerte'. Por eso siempre digo que el 50% de mi éxito es de mis padres».
Pese apuntar a buen delantero talentoso, Inglaterra no puso sus ojos en él. Nunca le llamó en categorías inferiores así que, otra vez, Xhevahir ideó un plan tras la llamada de la federación albanesa. «Con 15 años fui a probar, pero me dijeron que no era lo suficientemente bueno. Con 17, mi padre me dijo que me pensara ir otra vez. No quería, pero estaba en mi cabeza demostrar que se habían equivocado», recuerda el jugador. Y así ocurrió. Llegó el reconocimiento del error y el momento de la decisión, que no costó. «He crecido en Inglaterra, pero estoy muy orgulloso de ser albanés. Cuando acabe mi carrera quiero que mi nombre perviva, por Albania y por mi padre», asegura. Es una sensación compartida por el resto del vestuario, criados en la cultura albanesa de sus familias en entornos extranjeros. Orgullo nacional y apoyo incondicional de los hinchas son clave. «Aunque las cosas te salgan mal, ellos de apoyan», reconoce Broja. En Alemania, donde hay censados casi 70.000 albaneses, se ha notado.
Una lesión grave
Broja ha necesitado ese apoyo en los últimos dos años. De hecho, había muchas dudas de que pudiera estar en este campeonato. El Chelsea aún no le ha encontrado sitio y ha pasado por cesiones al Vitesse y Southampton.
Con la salida de Tuchel en septiembre de 2022, su sustituto Graham Potter volvió la vista al canterano pero, en un partido amistoso durante el Mundial de Qatar, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha. «Fue el peor momento de mi vida, pero me ha hecho más fuerte», recuerda. Una larga recuperación y una cesión al y, la pasada temporada al Fulham -aunque sonó como refuerzo invernal del Sevilla- le han traído a Alemania a jugar un papel menos protagonista de lo esperado.
Fue titular en el primer partido ante Italia y, en los 77 minutos que jugó, no logró tirar a puerta ni una sola vez. Eso sí, vio una tarjeta amarilla que le mantiene apercibido. Quizá por eso, o no, Sylvinho no lo alineó ni un minuto en el césped ante Croacia. Esta noche, frente España será un valioso recurso para dar un paso más con una clasificación histórica para octavos de final.
"No vamos a poner en riesgo a los jugadores". Palabra que Luis de la Fuente ha cumplido. El seleccionador ha mandado a Barcelona a Lamine Yamal después de que se retirara cojeando del estadio Enrique Roca de Murcia tras el duelo ante Dinamarca. El joven futbolista sufre una sobrecarga en el isquiotibial de la pierna izquierda y ha sido desconvocado. En su lugar el seleccionador ha llamado a Rodrigo Riquelme.
El cuidado a Lamine Yamal es algo que se venía reclamando después de ver la plaga de lesiones que azota a los internacionales que disputaron la Eurocopa y son imprescindibles para sus clubes. En apenas dos meses de competición, lleva disputados 14 partidos y 1.107 minutos.
Ya se cuestionó que disputara 90 minutos ante Serbia con un césped en mal estado, aunque tuvo 45 minutos de descanso frente a Suiza. Los daneses, sin embargo, se esforzaron en pararle de todas las formas posibles, incluso con duras faltas.
De regreso a Madrid, el jugador fue sometido esta mañana a una resonancia magnética que, según ha comunicado la Federación, "no han detectado una lesión estructural y los servicios médicos de la RFEF confirman que se trata de una sobrecarga".
"Priorizando la salud del jugador y para evitar cualquier riesgo de lesión, ante la inmediatez del partido contra Serbia, se decide desconvocarlo", añaden.
Era justo lo que el FC Barcelona pretendía: que el futbolista regresara cuanto antes para empezar su recuperación porque al equipo se le empina el calendario. El domingo recibirá al Sevilla en en Montjuic, un partido al que es probable que no llegue, al menos por precaución, pero tres días después aparece el duelo en Champions ante el Bayern para acabar la semana visitando el Bernabéu para el Clásico.
Llamada a Riquelme
La baja de Lamine Yamal se suma a las sobrevenidas en plena concentración de Nico Williams y Yeremy Pino. Por eso, la decisión de Luis de la Fuente de liberar al jugador ha estado acompañada de la llamada de Rodrigo Riquelme porque el seleccionador quiere tener más alternativas. El jugador del Atlético a mediodía ya estaba en la Ciudad del Fútbol para entrenar con el equipo.
Riquelme es un futbolista que conoce muy bien de su etapa en la Sub-21 que forma parte de ese "futuro" que el seleccionador recuerda que otorga tranquilidad a España. De hecho, debutó como internacional absoluto hace un año en los partidos de clasificación para la Eurocopa ante Chipre y Georgia. Después no volvió a ser convocado.