Un estallido de júbilo inundó el green del 18, Bryson DeChambeau agitaba sus fornidos brazos, gritaba fuera de sí, señalaba al cielo en alusión al mítico Payne Stewart, ganador en Pinehurst en 1999. El excéntrico golfista norteamericano acaba de ganar su segundo Us Open y lo ha hecho en un dramático desenlace mano a mano con Rory MclIroy. Muchos querrán ver en este torneo mucho más que una victoria, el triunfo rebelde del LIV Golf frente al poder establecido del PGA Tour. Que cada uno saque sus conclusiones, pero lo cierto es que el golf necesita un acuerdo.
El triunfo DeChambeau dejó latente lo dividido que esta este deporte. Eufórico ‘el Científico’ solo encontró el abrazo de reconocimiento de su compañero de LIV Sergio García, el único que lo esperó en el green del 18, ni rastro de más compañeros. La cara de Rory McIIroy se movía a caballo entre la piedad y la angustia, se dejó dos putts de par de un metro en los hoyos 16 y 18 en el camino a la derrota y regalar el título al enemigo. El norirlandés lleva ya 10 años de sequía en majors y unas cuantas tentativas tiradas al limbo. La frustración deportiva se acumula a los acontecimientos fuera del campo de golf, donde Rory siempre ejerció como líder de sus compañeros y se partió la cara por el PGA Tour frente a la ‘amenaza árabe’.
Rory llegó a igualar la contienda con DeChambeau, que salió a los 18 hoyos definitivos con tres golpes de ventaja. Pero sus tres bogeys en los cuatro últimos hoyos, abrieron el torneo al norteamericano que no desaprovechó el regalo para convertirse en ganador del US Open por segunda vez tras la victoria de 2020. Bryson terminó con 71 golpes. +1 y -6 en el total, gracias a un magistral par en el 18, desde el búnker alejado de green y tras una salida nefasta. Volvió a hacer magia con su wedge Bryson para convertirse en el segundo jugador de LIV Golf tras Brooks Koepka en ganar un major.
Sergio García fue el mejor español terminando 12º. Culminó el español un buen US Open, aunque no lo suficiente para haber terminado en el Top-10 y asegurar su plaza para Oakmont en 2025. La historia volvió repetirse un día más, tres bogeys consecutivos de inicio, y 14 hoyos restantes de lucha con tres birdies y sin errores para pelear otra meritoria tarjeta de 70 golpes, lástima que en los últimos hoyos ninguna de sus oportunidades de birdie encontró hoyo y se quedó sin la guinda final de un puesto entre los 10 primeros. El capitán de los Fireballs logra su mejor resultado en majors desde el Masters de Augusta en 2017 donde consiguió la victoria. Han pasado siete años y 26 participaciones en torneos del grand slam desde entonces.
“Desafortunadamente nos vamos a quedar a las puertas de clasificarnos para el año que viene. En los últimos tres hoyos he tenido tres buenas opciones, tiré buenos putts pero no han querido entrar… Lo hemos peleado como un jabato, estoy muy orgulloso…”, comentaba el capitán de los Fireballs a los compañeros de Movistar+ al terminar su ronda con sabor agridulce. Con la vista puesta ya en Nashville, en el torneo del LIV Golf que se disputa esta semana y en la previa del Open Championship que se tendrá lugar el próximo dos de julio y donde García intentará superar para poder disputar su major número 100.
David Puig, terminó con mal sabor de boca tras una abultada ronda de 78 golpes, los problemas llegaron especialmente desde el tee de salida, fruto del mal día terminó en el puesto 55º con +11.
DeChambeau se lleva un cheque de 4.3 millones de dólares, el más suculento en la historia de los torneos del Grand Slam.