El ex futbolista británico Danny Murphy, de 47 años, ha desvelado que se volvió adicto a la cocaína cuando finalizó su carrera como jugador.
El ex internacional inglés conquistó con el Liverpool una FA Cup, una Copa de la Liga y una Uefa, se retiró en 2013 tras haber pasado por el Charlton, el Tottenham, el Fulham y el Blackburn Rovers.
Murphy se ha convertido en comentarista de televisión y trabaja para BBC Sport y otros medios.
“Cuando juegas al fútbol, la adrenalina te mantiene con visión de futuro y energía, pero cuando no hay fútbol los problemas se vuelven enorme”, asegura Murphy en el podcast de Ben Heath.
“Tuve un hechizo con la cocaína y fumé marihuana“, afirma el ex jugador, que reconoce haber sido adicto a esa droga. “Durante un tiempo lo fui. Llegué al punto de pensar que no podía hacer cosas sin ella. Lo cual era una tontería, por supuesto que podía”, continúa, según recoge la BBC.
“Al principio lo manejas, puedes hacerlo una vez a la semana, dos veces a la semana, incluso un tercer día adicional. Con el tiempo, se acumula y se apodera de ti”, confiesa Murphy.
El comentarista admite que recibió terapia para solucionar sus problemas y que después de un año “en un mundo de dolor” tras retirarse, sintió un “deseo de ser mejor que no tenía antes”.
El primer plato de la temporada, otro clásico para empezar, dejó un duelo de muchas caras nuevas en semifinales, de más errores que aciertos y de costumbres conocidas: volvió a ganar el Real Madrid y este domingo (20.00 horas, Movistar Plus) buscará ante el Unicaja (derrotó al UCAM, 78-84) en el Palacio de los Deportes de Murcia su séptima Supercopa Endesa consecutiva, la undécima de su palmarés. Nada menos.
Fue un choque errático pero emocionante y de esos de los que conviene no sacar demasiadas conclusiones. En el Madrid, apenas pinceladas de los nuevos. El más sólido, Serge Ibaka en la pintura, como si llevara toda la vida, con tapones impresionantes y decisivos. Rathan-Mayes ("viene de meter muchísimos puntos [en la liga rusa] y aquí entiende que lo importa es que aporta su energía", apuntó Chus Mateo) y Andrés Féliz estuvieron intermitentes y, en general, poco integrados en el juego colectivo. Y Usman Garuba, que llegaba tras superar una lesión, sólo permaneció cuatro segundos en pista: "Necesita ritmo. En la final seguramente jugará más". Hugo González ni saltó a pista.
Volvieron a decidir los de siempre, especialmente Tavares y Campazzo (33 de valoración). Porque los Brates tuvieron sus momentos. Musa falló los seis triples que intentó y Hezonja, de nuevo, fue capaz de lo mejor y de lo peor, con cinco perdidas y demasiados lanzamientos precipitados y fallados.
Punter, defendido por Rathan-Mayes.ACB Photo
En el Barça, el gigante Fall, que llegaba con un esguince, no jugó. Y los otros debutantes tuvieron sus destellos y sus errores. Kevin Punter es el anotador que busca el equipo y Juan Núñez y Chime Metu necesitan acoplarse, aunque estuvieron sólidos por momentos. Justin Anderson, ex del Valencia, es todo un guerrero y no parece que le vaya a costar ser importante para Joan Peñarroya.
No fue un clásico demasiado polémico, con los árbitros estrenando el audio de sus instan replay. Algunas antideportivas, un tiro libre que barrió Metu y pudo sumar un punto más para el Madrid... Sólo en la hoja estadística se descubre un desequilibrio llamativo y del que Peñarroya protestó. El Madrid acudió 31 veces a la línea de tiros libres por sólo 13 del Barça. "En cuanto a la diferencia de tiros libres, es muy pronto para calentarme, pero estoy contento de que el Real Madrid haya anotado 14 de los 22 puntos del último cuarto en el tiro libre. La diferencia de tiros libres parece demasiado excesiva", admitió en rueda de prensa el técnico catalán, quien no dudó tampoco en hablar de errores propios: "El equipo podía haber pasado mejor el balón en algunos momentos".
Chus Mateo le dio un "notable alto" a su equipo y reconoció momentos de "ansiedad" en ataque. Una noche para la historia de Sergio Llull. En Murcia arrancó la que es su 19ª temporada con el Real Madrid, lo que nadie, superando a Rafa Rullán (1969-87). Un récord histórico no sólo en la sección de baloncesto: el balear está por encima también de leyendas como Paco Gento, Miguel Ángel y Manolo Sanchís, que sumaron 18 temporadas de blanco.