La enfermería del Real Madrid sigue acumulando protagonistas. El conjunto blanco ha anunciado hoy la lesión de Joselu Mato, que estará de baja unas tres semanas por un edema óseo en el tobillo derecho. El delantero sufrió un golpe y aunque en un principio parecía que no tendría problemas para estar ante el Sevilla, hoy el club ha emitido el parte médico que le deja fuera para la vuelta de los octavos de Champions ante el Leipzig.
Si se cumplen las tres semanas que estima el Madrid, el atacante se perderá los duelos ante Sevilla, Valencia, Leipzig y Celta y sería duda para el encuentro ante el Osasuna.
Una baja importantísima para Ancelotti, que ante los andaluces no podrá contar, además de con Joselu, con Courtois, Alaba, Militao, Carvajal (sancionado), Camavinga (sancionado) y Bellingham.
La noticia positiva del entrenamiento de este viernes ha sido la de Antonio Rüdiger, que realizó todo el entrenamiento con el resto de sus compañeros y podría volver este mismo domingo, aliviando un poco el rompecabezas de Ancelotti. El regreso del alemán enviaría a Tchouaméni al centro del campo, junto a Kroos y Valverde, debatiendo el cuerpo técnico sobre el cuarto centrocampista que acompañe a Rodrygo y Vinicius arriba. Modric y Brahim tienen opciones.
Durante la mañana de Valdebebas, Jude Bellingham realizó carrera en solitario sobre el césped y tocó algo de balón, pero todavía está algo lejos de poder entrenar con sus compañeros. El objetivo del inglés es llegar al partido ante el Valencia en Mestalla, el fin de semana que viene, o a la vuelta continental contra el Leipzig, el 6 de marzo.
El Madrid volvió a salir vivo del precipicio de la Copa de Europa. Con talento, con pegada, con agonía... Con todo lo que es la historia del conjunto blanco. Mbappé, Vinicius y Bellingham levantaron al cuadro de Chamartín para sacarlo del asedio de Bérgamo, donde se jugaba su futuro continental. De Ketelaere y Lookman les metieron el miedo en el cuerpo, pero aguantaron. [Narración y estadísticas (2-3)]
Ante lo "jodido" de la situación, como reconoció Valverde en la previa, Ancelotti no titubeó en su alineación. Dio entrada a Vinicius, que llevaba cuatro partidos de baja por lesión, y situó a Tchouaméni como central en lugar de Asencio. Nadie había ganado en Bérgamo, castigado todo el mundo por ese extenuante marcaje al hombre del cuadro de Gasperini, así que la tarea era de nota.
Y el Madrid no decepcionó en el inicio. La entrada de Vinicius y Brahim dotó al equipo de mordiente y regate, clave a la hora de superar la presión rival, y el plan de buscar la espalda de los centrales con Mbappé dio lugar a los mejores 15 primeros minutos del curso madridista.
El sufrimiento de Lucas
Tras una combinación entre Brahim y Lucas, el andaluz buscó a Mbappé la frontal del área, éste superó a De Roon con un solo control y batió a Carnesecchi con un disparo seco. El gol fue el premio al buen hacer madridista y metió el miedo el cuerpo a la grada durante unos instantes. Pero fueron eso, instantes.
Unas jugadas después del tanto, Rodrygo comenzó a calentar por la banda y levantó las sospechas. Mbappé dejó de buscar la espalda de los defensas italianos, al Madrid le duró poquísimo el balón en cada posesión y el Atalanta comenzó a asediar la portería de Courtois. Sufrió especialmente Lucas, impotente ante Lookman, MVP de la última final de la Europa League.
Los bergamascos acumularon oportunidades y sólo la aparición de Rüdiger y Tchouaméni para cortar disparos evitó el empate. Lookman en el 13, De Ketelaere en el 17 y el 19, Bellanova en el 20...
Rival incansable
En el banquillo, Ancelotti pedía calma a sus jugadores, insistentes en el plan del inicio pero incapaces de llevarlo a cabo por los problemas físicos de Mbappé, que terminó pidiendo el cambio en el 34. El Madrid, precipitado, perdía el balón demasiado rápido y Brahim y Bellingham ya no podían darse la vuelta con tanta facilidad. El Atalanta, sin embargo, no bajaba marchas, incansable.
Mbappé, tras su lesión en Bérgamo.EFE
Rüdiger tuvo una buena opción en el 39, tras un centro de Ceballos y una continuación de Bellingham, pero su disparo se marchó fuera. Y antes del descanso, los italianos encontraron oro en un error de Tchouaméni. El galo no fue contundente en una arrancada de Kolasinac hacia el área y rozó al defensa en la carrera. Una zancadilla que Marciniak castigó con penalti.
De Ketelaere envió la pena máxima a la escuadra de Courtois y los locales se llevaron un gol psicológico al bolsillo camino de vestuarios. El Madrid, 24º en la Champions, se enfrentaba a una segunda parte clave por su supervivencia continental. Y ya se sabe lo que suele suceder cuando el Madrid se enfrenta al precipicio de la Copa de Europa. Que sale victorioso. Sin Mbappé y con Rodrygo y Vinicius recién salidos de lesiones musculares, el conjunto blanco se hizo gigante en Bérgamo. Aguantó la batalla física y de ritmo que propuso el Atalanta y castigó el atrevimiento defensivo de los italianos.
A la espalda de los centrales
Vinicius cogió el testigo de Mbappé y comenzó a desafiar la espalda de los centrales, y en una de ellas apareció el gol. Brahim intentó un pase al hueco al brasileño, Hien lo desvió, pero el rechace dio en Ederson y volvió al delantero del Madrid, que cruzó de zurda ante Carnesecchi. El conjunto blanco siguió creciendo y en la siguiente jugada silenció Bérgamo. Vinicius bajó a recibir en el carril central, levantó la mirada y vio el desmarque de Bellingham a la espalda de De Roon. De nuevo, el mismo plan. El inglés recibió, sentó al neerlandés con una finta y batió al portero con la zurda.
Pero Gasperini vive y muere con su plan durante los 90 minutos, y el Atalanta no tiró la toalla. En el 65, Lookman retó a Lucas en el pico del área y sorprendió a Courtois con un disparo al palo derecho del belga.
El tanto y la fatiga madridista, donde sólo Rodrygo, reemplazo de Mbappé, saltó desde el banquillo, convirtieron los últimos minutos en un asedio italiano. En el 83, Ancelotti movió el árbol. Entraron Modric y Asencio por Ceballos y Brahim y el campo se inclinó hacia Courtois, pero nadie le venció. Ni siquiera Retegui, a portería vacía en el 94. El Madrid sale vivo de Bérgamo y sigue en pie en la Champions. Así es su historia.
Previa de emociones en Anfield Road. Xabi Alonso y Trent Alexander-Arnold volvieron al estadio que fue su casa durante cinco años (en el caso del técnico vasco) y toda una vida (para el lateral derecho del Real Madrid). Un regreso para disputar la cuarta jornada de la Champions League contra el Liverpool y, de paso, homenajear la memoria de Diogo Jota, compañero y amigo de Trent en el cuadro 'red' y fallecido en un accidente de coche el pasado mes de julio junto a su hermano. La afición le recuerda cada fin de semana con una ofrenda a las puertas de Anfield, lugar que visitaron Arnold, Alonso y Huijsen, protagonista de la plantilla en sala de prensa, después de la comparecencia del central y del entrenador del conjunto blanco en el campo inglés.
Los tres, junto a Emilio Butragueño, guardaron un minuto de silencio bajo la lluvia y el viento de Liverpool y después dejaron varios ramos de flores, uno en nombre del Madrid y otro a nombre propio de parte de Trent, uno de los mejores amigos de Jota en el vestuario 'red' durante los últimos años. El inglés quiso, además, dejar una carta de su puño y letra en el césped. "Se te echa tanto de menos pero al mismo tiempo eres tan querido. Tu memoria y la de André siempre vivirá. Siempre sonrío cuando pienso en ti y siempre recordaré los buenos tiempos que compartimos. Te echo de menos amigo, cada día. Con amor, Trent y familia", escribió Arnold.
A unos metros, Alonso colocó el ramo del Madrid con el siguiente texto: "El Real Madrid expresa sus condolencias al Liverpool FC y a la familia de Diogo Jota. El mundo del fútbol siente pérdida de un jugador excepcional y una persona increíble".
Unos minutos antes, Alonso había analizado su regreso a la ciudad y el encuentro contra el que un día fue su equipo.
"Intento que las emociones no me puedan demasiado, quiero estar concentrado en el partido, que eso no cambie mi preparación y lo que tenemos que hacer y mi conexión con mis jugadores. Intento distanciarme de la emocionalidad de estos partidos", reflexionó Alonso, que volvió a insistir en que Mbappé es el primer lanzador de penaltis del equipo.
"Es un gran partido del fútbol europeo. Tanto Trent como yo tenemos nuestra historia aquí y siempre sabe bien volver a un sitio en el que te han querido tanto", añadió.
Huijsen, por su parte, envió un pequeño 'palo' a la prensa por el tratamiento de la reacción de Vinicius a su cambio en el clásico. "En la prensa se escribió mucho, habéis hecho mucho lío con algo que no era para tanto. Ha pedido perdón, es un compañero increíble, no pasa nada y estas cosas pasan en el fútbol", dijo el central internacional con España.