Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: "Es todo entrega"

Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: “Es todo entrega”

Acababa de terminar el partido ante Brasil cuando Giuliano Simeone (Roma, 2002) decidió cerrar el círculo de la única manera que podía: con un abrazo. Esta vez fue su madre, Carolina Baldini, la que lo recibió entre lágrimas para celebrar la victoria ante Brasil por 4-1 con el primer gol de su hijo con Argentina. "Llevaba 22 años preparándose para este momento", dijo la progenitora.

Ese círculo comenzó algo después, hace 10 años, y fue en Copa del Rey, pero el rival del Atlético de Madrid no era el FC Barcelona con el que se enfrentan hoy, sino el Real Madrid. Giuliano también estaba en el césped, pero como recogepelotas, y los rojiblancos también jugaban en casa, pero en aquel entonces era el Vicente Calderón. En aquella ocasión no fue su gol el que provocó el abrazo, esa vez con su padre, sino el de Raúl García. Y hoy el Cholo no sólo es su padre, también su técnico. "Su relación es muy buena, pero cuando se pone la camiseta la relación es profesional, no es su padre sino su técnico", cuentan desde el vestuario.

Cualquier padre querría ver a su hijo triunfar en el club de sus amores, pero Simeone quiso que Giuliano quemara las mismas etapas que cualquier canterano. "Sus grandes amigos, además de los argentinos, son Barrios y Riquelme, con los que coincidió en las categorías inferiores", apuntan fuentes rojiblancas.

El pequeño de los Simeone llegó al Atlético de Madrid en su etapa de juvenil procedente de River Plate. Nacido en Roma, cuando su padre jugaba para la Lazio, de pequeño vivió en Argentina con su madre, al estar ya sus padres separados. Pero aterrizó en Madrid y la rompió, hizo cinco goles en sus 10 primeros partidos, y eso le valió ser una de las joyas de la cantera rojibanca a pesar de llevar ese apellido.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.Luciano GonzálezEFE

Pese a ser un activo prometedor, desde el club decidieron foguearle con varias experiencias primero en Segunda y después en Primera. En Zaragoza volvió a demostrar su olfato goleador con nueve goles y tres asistencias y después llegó su primera experiencia real en la máxima categoría con el Alavés. Entonces, el drama. En un partido de pretemporada ante el Burgos, Giuliano sufrió una entrada criminal por detrás que le partió el peroné y le luxó el tobillo. "El primer pensamiento que me vino a la cabeza cuando vi el pie para otro lado es: 'No vuelvo a jugar al fútbol'", expresó el Cholito sobre su lesión.

Entonces el argentino dijo que llegó a una encrucijada en la que tuvo que decidir para pasar ese obstáculo si quería "hacerse peor" o "mejorarte y aprender". Obviamente, escogió la segunda opción. En el conjunto babazorro sólo pudo jugar 16 partidos, los primeros, pocos minutos, pero en los últimos seis, de los que fue titular en cinco, consiguió hacer un gol y dos asistencias. "Es un chico que es todo entrega", explican desde el banquillo rojiblanco.

Nunca rendirse

Esa entrega le valió volver al club el pasado verano. Un equipo en el que no tenía hueco puesto que la plantilla tenía muchos delanteros en nómina y llegaban, además, Julián Álvarez y Sorloth. Entonces, la salida de Samu Omorodion le brindó un resquicio que el chico quiso aprovechar desde el principio. "Ha aprovechado con calidad y entrega la mínima oportunidad que se le ha dado y ahora es titular indiscutible", apuntan desde el club.

Los tres primeros partidos suplente, luego seis minutitos contra el Athletic, 14 contra el Valencia, cinco contra el Rayo y primera titularidad ante el Celta. Pero su verdadera irrupción llegaría tras el varapalo ante el Betis. La primera derrota en Liga de la temporada y una imagen apática del equipo. Hacía falta energía y, si hay algo que caracterice precisamente al Cholito es eso, el coraje. "Lo que destaco de él es su energía. Su energía es diferencial, transmite algo que es muy difícil ir a comprarlo, eso lo tienes o no lo tienes", alabó su padre.

Explosión

Su titularidad con gol ante Las Palmas ya le valió un hueco en el once del que no saldría y este año ya suma cuatro tantos y siete asistencias en lo que va de curso. Es uno de los integrantes de la plantilla más queridos en el Metropolitano y también uno de los responsables del cambio del equipo hasta este bajón de marzo en el que se han perdido casi todas las opciones a dos de los tres grandes títulos.

El crecimiento del equipo ha ido en paralelo al del jugador. Giuliano partió al inicio de la temporada con un valor de 13 millones de euros y ahora su precio está en 25 millones según la plataforma Transfermarkt. En ese ranking, es el tercer jugador de LaLiga que más se ha revalorizado tras el madridista Asencio que ha pasado de 12 a 30 millones y de Pedri cuyo valor ha aumentado de 100 a 120 millones, el más alto de su carrera. Hay rumores de una oferta del Chelsea de 35 millones, pero en el club lo tienen claro: "Ni se plantea desprenderse de él".

El Mundial de ajedrez femenino: 'clandestino', sin premio conocido y con una española como única 'occidental' ante el dominio chino

El Mundial de ajedrez femenino: ‘clandestino’, sin premio conocido y con una española como única ‘occidental’ ante el dominio chino

Actualizado Miércoles, 2 abril 2025 - 00:46

Hubo un tiempo en que el Mundial Femenino de Ajedrez cambiaba de bandera, pero no de protagonista. Vera Menchik, primera campeona, lo ganó en nueve ocasiones, la primera vez como soviética (1927), luego como checoslovaca y por último bajo bandera británica (1939). Habría prolongado su dominio aún más, de no ser por los bombardeos alemanes sobre Londres, que le dieron un 'jaque mate' injusto y cruel en 1944. En las últimas décadas hemos asistido al fenómeno contrario: las ajedrecistas chinas han dominado con fiereza, alternando a media docena de campeonas del mundo, muy diferentes entre sí, pero casi intercambiables ante los ojos poco entrenados de Occidente.

Para saber más

Las dos últimas campeonas son Ju Wenjun y Tan Zhongyi, dos jugadoras de la misma generación, 34 y 33 años, que se han repartido la corona desde 2017. La mantendrán al menos un ciclo más. La primera es la reina vigente de los tableros, seguramente la más estable y favorita, pero tendrá que demostrarlo a partir de este 3 de abril. Serán 12 partidas en las que, como dice la aspirante, veremos «dos batallas, la ajedrecística y la psicológica». Para mantener cierta equidad, la lucha se ha repartido entre dos ciudades, Shanghái y Chongqing, aunque ya sabemos que el resultado no alterará el mapa geoestratégico.

Llevamos ya un cuarto de siglo de tiranía china. Desde 1991, solo han encontrado brechas en la Gran Muralla dos ajedrecistas ucranianas, una rusa, otra búlgara y la húngara Susan Polgar. Para que quede claro que no es casualidad, en la clasificación de la FIDE las cuatro primeras clasificadas son chinas. Un control semejante de un solo país no se produce entre los hombres desde hace décadas, aunque los grandes maestros indios parecen capacitados para intentar un asalto similar.

La número 1, ajena y descontenta

En lo que sí se parecen el ajedrez masculino y el femenino es que los dos números 1 observan los Campeonatos del Mundo en la distancia. Si Magnus Carlsen se cansó de defender el título, Hou Yifan mantiene un perfil aún más discreto. Campeona en cuatro ocasiones, entre 2010 y 2016, la gran maestra china comparte con el noruego su descontento con el formato del Mundial. Sigue en activo, pero el ajedrez se ha convertido en un «pasatiempo», pese a que es la única ajedrecista que, después de Judit Polgar, ha podido competir contra los mejores.

Ju Wenjun y Tan Zhongyi están a más de 80 puntos Elo de ella, quien a su vez camina ya muy lejos de su mejor puntuación. En cierto modo, el ajedrez femenino está estancado, a la espera de que termine de aflorar una nueva generación de niñas prodigio, que prometen estrechar de nuevo los márgenes entre hombres y mujeres en los tableros.

La FIDE, que también intenta acortar esa distancia, no ha desvelado el premio que se repartirán las dos candidatas al título. En la última edición fueron solo 500.000 dólares, un quinto de lo que se repartieron Gukesh Dommaraju y Ding Liren el año pasado. El mero hecho de que no se haya anunciado la cifra es un mal dato para el ajedrez femenino, que no logra atrapar el mismo interés, más aún con dos candidatas del mismo país y sin jugadoras occidentales con opciones de lograr el título. La primera ajedrecista de la clasificación internacional que no es asiática o del antiguo bloque del Este es la española Sara Khadem (nacida en Irán), que ocupa el puesto 21.

La historia nos enseña que estos ciclos no son eternos, por supuesto. De hecho, el ajedrez estuvo prohibido en China durante la Revolución Cultural, entre 1966 y 1976, bajo el régimen de Mao Zedong. Era considerado un símbolo de la «decadencia capitalista». Luego, empezó a ser visto como una imagen de prestigio nacional, algo parecido a lo que ocurría en la Unión Soviética a comienzos del siglo XX, cuando Lenin impulsó el «ajedrez para las masas». El mensaje caló también entre las mujeres y, después de la fuga y posterior muerte de Vera Menchik, las soviéticas recuperaron el liderazgo.

Tan Zhongyi, candidata al título mundial.

Tan Zhongyi, candidata al título mundial.Gong Bing / Xinhua News / ContacMUNDO

Figuras como Ludmilla Rudenko (ucraniana, entonces parte de la URSS), Elizaveta Bykova y Olga Rubtsova consolidaron este predominio, hasta que en los sesenta, y sin salir todavía del imperio soviético, empezó el reinado de la pequeña república de Georgia. Allí el ajedrez gozaba de una larga tradición, muy anterior a la bolchevique y con un acento femenino más marcado, ya que desde la Edad Media las dotes nupciales incluían tableros.

Largo reinado

El reinado de Nona Gaprindashvili (quien hace no tanto demandó a Netflix por la serie "Gambito de dama") y Maia Chiburdanidze se prolongó durante tres décadas, hasta que en los noventa aparecieron las chinas, encabezadas por Xie Jun, primera campeona mundial del gigante asiático y actual presidenta de su Federación de Ajedrez.

En medio, cabe destacar la aparición de las hermanas Polgar, tres niñas húngaras que como saben los aficionados merecen una novela aparte. También tuvieron breves periodos de reinado figuras individuales procedentes de Bulgaria y Ucrania (con las hermanas Muzychuk al frente), en parte como herencia del ajedrez soviético.

Después de la victoria de la India en la última Olimpiada Femenina de Ajedrez, cabe pensar que las jugadoras de este país podrían inaugurar más pronto que tarde un nuevo ciclo y emular a sus colegas masculinos. De momento, sin embargo, solo hay una ajedrecista india en el top 10 y tres entre las 15 mejores. Ya veremos si China vuelve a conseguir otro Mundial en el que solo ondee su bandera.

Un ridículo Real Madrid

Un ridículo Real Madrid

Otro partido insoportable del Madrid que no se mereció ni ese empate raquítico, morboso y absolutamente vergonzoso. Se puede observar que el equipo de Ancelotti es una perversión del fútbol, en muchos minutos, calumnia al fútbol. Algo inaudito.

Ancelotti ha convertido al Madrid en un equipo ruin, mezquino, absolutamente lejos de ser un conjunto. Ha convertido a los madridistas en un circo de malos malabaristas, domadores que los leones se los comen. Y, desde luego, cualquier equipo mucho peor técnicamente se convierte en un gigante.

Además, el italianizante es un siniestro alienador. ¿A quién se le ocurre jugar con un inhabilitado Alaba, que colaboró con dos goles y Camavinga, que fue un bochorno a pies de Kubo? Y deja a Rüdiger y Mbappé en el banquillo

El resultado fue que le metieron cuatro goles en el Bernabéu. Eso es una vergüenza. Valverde y Tchouameni parecieron dos fantasmas en el centro del campo, en compañía de un mediocre Lucas Vázquez.

Lunin hizo un ridículo aterrador. Dejó que le remataran en su área y recibió el primer gol por debajo de las piernas. El ucraniano es un jugador misterioso. Y peor fue que quitara a Endrick, que era el mejor atacante, porque Vini y, sobre todo, el nefasto Rodrygo, eran unos jugadores sospechoso e inútiles, que probablemente son prisioneros del mediocre Brasil.

Ancelotti volvió a hacer el ridículo con no sacar a Modric ni a Brahim, cuando el Madrid era un muñeco en manos de una Real absolutamente superior táctica y técnicamente. Hizo más que lo imposible para destrozar al equipo blanco. Y, desde luego, lo humilló hasta mandarle casi al infierno. Es un equipo destrozado por su entrenador e hijo. Se parte, se rompe, se destroza, no sabe manejar los partidos. Es un completo horror que se salva únicamente por la calidad de pocos jugadores.

Todavía habla de ganar títulos, cuando estoy seguro de que es imposible, aunque aparézcales la épica y la fortuna de un equipo marcado por su mala planificación de la plantilla. Porque la mitad de culpa se encuentra en la abulia de fichajes de la Casa Blanca. Y puede acabar presuntamente en tragedia a final de la temporada. Todo es ridículo ahora en el Real Madrid de Ancelotti.

Y el espíritu inquebrantable del Bernabéu, con los símbolos de victorias imprevisibles, se impuso al final, ante una Real Sociedad que ni mereció perder ni tuvo suerte en el epílogo, cuando le faltaban las fuerzas y el Madrid es un misionero de la suerte.

El Madrid, del calvario a La Cartuja

El Madrid, del calvario a La Cartuja

Del calvario a la Cartuja, del padecimiento al altar, transita este Madrid, como si lo hiciera a caballo de un presente que es su propia historia. Gana y gana, convenza o no convenza, se sobrepone a sus malos días y a los peores días de algunos de sus jugadores. Como Alaba, al que todo lo que le tocaba, acababa en la red de Lunin. Rüdiger, su sustituto, lo redimió con el tanto de la clasificación. Como Vinicius, negado para el gol, pero alumbrado para asistencias que son goles envueltos en papel de Papá Noel. La Real Sociedad asistió a ese destino que no se comprende, sólo se padece, y ahora aguardan Atlético o Barça, que hoy encienden el Metropolitano, para un duelo que sumará un título para el vencedor y una tragedia para el perdedor, sea quien sea.

Lo que empezó como un serial de sobremesa, en el que no pasaba nada salvo por el gol de Barrenetxea y la pequeña revolución de Endrick, acabó a ritmo de thriller gracias al inconformismo de la Real Sociedad. Imanol nunca perdió el pulso al partido, ni en ventaja ni en desventaja, para llevar a su equipo muy por encima de su nivel este curso. Para muestra, el gol. Ha sido su problema durante toda la temporada y en el Bernabéu marcó cuatro, dos de ellos de Oyarzabal, aunque uno en colaboración con Alaba. No fue el día del austríaco, al que Ancelotti sustituyó ya en la prórroga, después de tanta calamidad. El italiano no quería más penaltis, no más tentar a la suerte, y echó el resto, todo lo que tenía, con Modric, Brahim y Güler.

Cinco goles en 20 minutos

Al tiempo añadido, otro más para el Madrid tras el que afrontó ante el Atlético en la Champions, se llegó después de que, en el segundo tiempo, la Real se pusiera en ventaja, Bellingham y Tchouameni volvieran a dar la iniciativa a los locales y Oyarzabal, en el tiempo añadido, hiciera posible la prórroga. Cinco goles en 20 minutos.

En el mismo tiempo tras iniciarse el choque, únicamente Barrenetxea encontró la red. Un balón peinado de Oyarzabal cayó a la espalda de Lucas Vázquez, mal posicionado, como Asencio. El realista encontró el campo abierto, avanzó y batió a Lunin. Nada que reprochar al ucraniano, aunque esas acciones de uno contra uno constituyen una de las especialidades de Courtois. La titularidad en la portería en Sevilla es otra de las decisiones que deberá tomar Ancelotti.

La ventaja de un gol en la ida hizo que el italiano administrara esfuerzos en el equipo en un curso largo y cargado. La vuelta de las semifinales era el partido número 50 del Madrid, con la final de Copa, la Liga, la Champions y el Mundialito por delante. Una barbaridad. La suplencia inicial de Mbappé y Rüdiger tenía que ver con ello, pero la eliminatoria exigió otro ejercicio de estajanovismo. Hasta que el cuerpo aguante.

Endrick, en el Bernabéu.

Endrick, en el Bernabéu.Bernat ArmangueAP

Las competiciones tienen sus propios idilios. Como los amores. El de esta Copa es un joven de 18 años que habitualmente viaja en el vagón del equipaje del todopoderoso Madrid. Lástima que el desenlace lo encontrara fuera. Ancelotti, que lleva toda la vida en esto, sabe que el fútbol tiene cosas que es mejor no analizar, sólo dejarse llevar. Como los amores. Le faltó hacerlo hasta el final. Veremos cómo acaba el torneo en la Cartuja, pero de momento ha elegido a su Míster Copa. Es Endrick, con cinco goles.

Pronto sabremos si en la final, el 26 de abril, Ancelotti se deja llevar. Difícil. Endrick apareció por Mbappé en el Bernabéu, pero Mbappé está aquí para jugar finales, para la gloria y para los apuros, aunque, ayer, no le señalara el destino. Atlético o Barça le esperan en la misma medida en la que le temen.

Endrick marcó en Anoeta y lo volvió a hacer en el Bernabéu en el primer momento crítico del choque, después de que Barrenetxea adelantara a la Real Sociedad y hurgara en un problema sistémico ya del Madrid, en un día, además, de defensa experimental. Asencio era el líder, junto a un Alaba en tiempo de regreso, más Lucas Vázquez y Camavinga en las bandas. El francés regresaba al lateral izquierdo, el lugar por donde debía progresar Kubo, muy activo hasta que acabó fundido. El francés logró frenarlo en muchas fases, pero no pudo con Pablo Marín en la llegada que propició su centro y el gol en propia puerta de Alaba que volvía a igualar la eliminatoria y abría el fuego del segundo tiempo.

Un inicio de cálculo

El Madrid partió el duelo con sentido del cálculo, no con voluntad de vértigo, pero eso casi nunca se cumple en la Copa, que brinda las mejores emociones. El conjunto de Imanol lo aprovechó para tomar la iniciativa, con presión adelantada, posesión de sus centrocampistas, muy cómodos, y repliegue rápido para no dejar espacios al Madrid. Cuando pudo hacerlo el equipo blanco, llegó el empate. Vinicius lanzó un pase al espacio y Endrick tomó la ventaja sobre Elustondo, que había sustituido al lesionado Aguerd, para elevar sobre Remiro con una vaselina. Un gol de categoría, como el pase.

Nunca sabremos que habría pasado si hubiera seguido en el campo, en unas áreas agitadas y muy vulnerables a balón parado, como probaron los goles de Tchouameni, Rüdiger o el segundo de Oyarzabal. Cualquiera quiere estar en esa fiesta. Ahora aguarda la fiesta de verdad.

Las collejas a Rüdiger y un Madrid que sobrevive en el alambre: 11 de 12 prórrogas ganadas desde 2021

Las collejas a Rüdiger y un Madrid que sobrevive en el alambre: 11 de 12 prórrogas ganadas desde 2021

Al Real Madrid le encanta vivir en el alambre. No lo puede evitar, y menos en el Santiago Bernabéu. Es como si fuera adicto a la adrenalina que se desprende en el ambiente cada vez que se ve medio muerto. Contra la Real Sociedad volvió a desestabilizarse, a caer en la lona, a resucitar en un instante y a disputar la tercera prórroga de una temporada agónica. Todas, además, en un 2025 en el que el cuadro de Ancelotti no tiene descanso.

Después de la del Celta en cuartos de Copa y la del Atlético en los octavos de Champions, el conjunto blanco dio alas a los txuri-urdin para forzar el tiempo extra de una semifinal loca. Delirante en sus últimos minutos camino de la final de La Cartuja. Hubo de todo: murmullos al inicio por el gol de Barrene, tímidos silbidos a Lucas Vázquez, aplausos por el genial gol de Endrick, ovación al brasileño cuando se retiró, decepción por el 1-2, abucheo general tras el 1-3 de Oyarzabal que dejaba a los blancos eliminados, alivio en el 2-3 de Bellingham que provocaba la prórroga, éxtasis tras el 3-3 de Tchouaméni que daba el pase y amargura global por el 3-4 de Oyarzabal que volvía a poner el partido en el tiempo extra. Cinco goles en 30 minutos... Y la locura final de Rüdiger para el 4-4.

El enfado en la plantilla y en el cuerpo técnico del Madrid era evidente. Bellingham caminó hacia el corrillo previo a la prórroga maldiciendo las ocasiones falladas, como Mbappé, mientras Ancelotti charlaba con Alaba, seguramente pidiendo explicaciones por el desequilibrio defensivo de la última media hora del partido.

El partido del italiano reflejó la ansiedad del equipo, que se veía ante un nuevo esfuerzo físico dentro de un año extenuante. Davide y Francesco Mauri intentaban dar alguna instrucción, pero las caras eran de mucho cansancio.

El partido, roto, parecía estar para la velocidad de Vinicius, mientras que en el área de Lunin nada parecía controlado. Quizás por eso Ancelotti metió en el tiempo extra a Fran García y a Rüdiger para reconstruir una defensa absolutamente destrozada por la Real, uno de los equipos menos goleadores de Primera División.

El cuadro de Alguacil sólo había anotado 27 goles en las 29 jornadas de Liga, el tercer peor dato de la competición, mejorando únicamente al Valladolid (19) y al Getafe (26). Pero llegó al Bernabéu y vio puerta cuatro veces ante Lunin. Una situación inexplicable para Carletto, desesperado en banda y con una serie de decisiones que llamaron la atención de la grada, como la sustitución de Endrick a la hora de partido.

En los parones tras los 90 minutos y tras la primera parte de la prórroga, en la plantilla del Madrid reinó la calma. Bellingham trataba de cuidarse los calambres, Asencio pidió el cambio, Ancelotti hablaba tranquilamente con Modric y Vinicius, Mbappé caminaba rápido hacia el centro del campo para reanudar el juego... Una relajación extrema fruto de la experiencia en este tipo de momentos.

Enfrente, el círculo de la Real gritaba al unísono un «Un, dos, tres, ¡Real!» que se escuchó en todo el Bernabéu, silenciado por instantes, esperando el inicio de la función.

Y la explosión de adrenalina, esa que hace respirar a este estadio, llegó con el gol de cabeza de Rüdiger. El tercero en la temporada del alemán después de los marcados al Dortmund y al Stuttgart en Champions, el que llevó al Madrid a la final de La Cartuja, donde esperará al Atlético o al Barça. El alemán recibió en la celebración las collejas que él suele dar a los demás y apoyó la cabeza en el césped, de rodillas, siempre religioso, dando gracias por la ocasión vivida.

Un tanto que levantó al Madrid en otra prórroga de la que salió triunfando. Como en las dos anteriores de este año, como en Manchester el curso pasado, como en el tiempo extra de la Supercopa de España de 2024 ante el Atlético, como en las eliminatorias de Champions de 2022... En total, los blancos han disputado doce tiempos extra desde el curso 21-22 y han superado once, perdiendo sólo ante el Atlético en en Copa en 2024. Es su forma de ser.

Cambio radical en la Kings League: el Kun Agüero se marcha y llega Lamine Yamal como propietario de su propio equipo

Cambio radical en la Kings League: el Kun Agüero se marcha y llega Lamine Yamal como propietario de su propio equipo

Actualizado Martes, 1 abril 2025 - 13:46

Desde la creación de la Kings League en 2022, el Kun Agüero contó con su propio club, Kunisports, entre los participantes. El deportista ha abandonado el proyecto en España y será sustituido por Lamine Yamal, que llega como propietario de su propio equipo.

"La espera terminó y la Kings da un golpe sobre la mesa con una noticia de alto voltaje: La Capital CF será el club de Lamine Yamal. El joven talento del FC Barcelona se une a la competición con un club que no solo será protagonista en la Kings World Cup Clubs, sino que también formará parte de la Kings League Spain", anunció la Kings League a través de un comunicado.

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Para dar la bienvenida a Yamal, la organización ha compartido un vídeo de presentación. "De niño en estas calles, soñé ser futbolista, con marcar goles decisivos, con llegar a lo más alto. De niño en estas calles soñé cosas increíbles, sabiendo que algún día se harían realidad"; dice el jugador en el clip".

Las pruebas de jugadores para unirse a la plantilla de La Capital FC se celebrarán el próximo 1 de mayo en Mataró, la ciudad natal de Lamine Yamal. Además, se lanzará una camiseta de edición limitada del equipo, y habrá únicamente 500 unidades disponibles en la tienda oficial de la Kings League.

Así ha sido la despedida del Kun Agüero

A modo de despedida, el Kun Agüero también ha protagonizado un vídeo. "Hay veces que la vida te lleva por caminos que nunca esperaste y solo te queda decir adiós, dejar atrás buenos momentos y, aunque siempre te guardes una última carta, es hora de dejar atrás a los viejos amigos y emprender aventuras con los nuevos", afirma. El argentino desvela en el clip que Kunisports se traslada a la Kings League Américas.

La Kings World Cup Clubs se celebrará el próximo mes de junio y contará con 32 clubes de las seis ligas oficiales: España, América, Brasil, Francia, Italia y Alemania. Jake Paul también ha confirmado su participación en el mundial de clubes con su equipo estadounidense, que se llamará Miami 7.

Simeone rebaja la presión tras la eliminación de Champions y las derrotas en Liga: "Mañana no es una final"

Simeone rebaja la presión tras la eliminación de Champions y las derrotas en Liga: “Mañana no es una final”

La eliminación de la Champions sigue escociendo en un Atlético de Madrid que el pasado sábado pudo desertar de la pelea por la Liga. Ahora afrontan la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el peor de los rivales posibles para Diego Simeone. Podría ser la última gran ocasión para luchar por un título esta temporada, pero el entrenador quita presión a los suyos. "Mañana no es una final, es una semifinal que nos puede dar acceso a una final", puntualizó.

El técnico no quiso volver a entrar en la polémica jugada de la eliminación europea y esquivó las preguntas a su manera habitual: "Barcelona". No obstante, sí se refirió a la decepción que le supuso a él ese momento y que compartió en ruedas de prensa anteriores. "Hablé de mis sentimientos no de los demás", ha apuntado el entrenador y luego ha recordado que "el equipo está haciendo una temporada muy buena" para asegurar que la filosofía del Atlético debe de ser siempre el "partido a partido".

En el Atlético de Madrid se rehúye la palabra fracaso, "eso es cuando no lo intentas", ha explicado el Cholo y repitió los méritos del equipo durante este curso que pueden terminar en Copa el próximo miércoles en el Metropolitano ante un equipo al que no pretende presentarle novedades. "No habrá muchos cambios en la cabeza de su entrenador ni en la nuestra", ha mantenido.

Uno de ellos está en la portería. Para el duelo de mañana, el argentino confirmó a su compatriota Musso bajo palos pese a que es consciente de la fortaleza ofensiva del FC Barcelona que muestra "la misma intensidad todo el partido". "Intentaremos atravesar nosotros por mejores momentos para desviarles de su potencial", ha apuntado.

Hay que recordar que los rojiblancos, en los dos últimos choques, han recibido cuatro goles por parte del FC Barcelona, dos de ellos de RobertLewandowski. El delantero polaco está viviendo una segunda juventud y eso lo aprecia el técnico colchonero. "Hay que felicitarlo. Está haciendo unos números increibles. Admiro la perseverancia, el trabajo y el seguir luchando", ha valorado de la gran amenaza blaugrana.

La que debería ser una de las amenazas por la parte rojiblanca es Antoine Griezmann, del que Simeone admite que no está en su momento más alto. "Hay jugadores que cuando acostumbran a mostrar tanta jerarquia, talento y gol, luego queremos que aparezca siempre y espero que lo haga mañana", ha demandado el Cholo sobre su gran estrella.

Cillessen, portero de Las Palmas, hospitalizado con un "traumatismo abdominal" con posible "afectación intestinal" tras chocar contra un jugador del Celta

Cillessen, portero de Las Palmas, hospitalizado con un “traumatismo abdominal” con posible “afectación intestinal” tras chocar contra un jugador del Celta

Actualizado Martes, 1 abril 2025 - 08:09

Jasper Cillessen, portero de Las Palmas, se encuentra en "observación" en un hospital de Vigo tras darse un fuerte golpe con el delantero Borja Iglesias, informa Efe. El cancerbero tuvo que ser sustituido por lesión este lunes en el partido de LaLiga EA Sports contra el Celta y ha sufrido "un traumatismo abdominal" con una posible "afectación intestinal" y está "estable", según explicó Diosdado Bolaños, médico del equipo canario, en declaraciones a 'El Chiringuito' de 'Mega'.

"El jugador está estable y esperaremos ya las orientaciones del cirujano general. Tendrá que quedarse en observación", señaló Bolaños.

"Tiene un traumatismo abdominal cerrado y parece que hay algún tipo de afectación intestinal o algo así, pero está estable y normalmente son controles que se hacen evolutivos o depende de la evolución se decidirá si hay que adoptar una conducta quirúrgica o no, pero de momento todo va bien", añadió el doctor a 'El Chiringuito'.

En el minuto 23 del partido de la vigésimo novena jornada de LaLiga EA Sports entre el Celta y Las Palmas en el estadio de Balaídos de Vigo, un balón en profundidad hacia Borja Iglesias terminó en un choque fortuito con las rodillas del atacante en el abdomen del guardameta neerlandés, que se quedó tendido en el suelo con mucho dolor en la zona izquierda.

Tras ser atendido durante unos cuantos minutos, los servicios médicos de Las Palmas reclamaron la sustitución del portero.

El cancerbero fue retirado en camilla del terreno de juego para ser trasladado a un hospital de la ciudad gallega.

Carlos de Andrés: "Como el lince ibérico, los especialistas somos una especie en vías de extinción"

Carlos de Andrés: “Como el lince ibérico, los especialistas somos una especie en vías de extinción”

¿Qué es el verano sino Carlos de Andrés (Barcelona, 1965) y Perico Delgado disertando sobre lo humano y lo divino en TVE mientras unas vacas observan el paso del pelotón por cualquier valle francés de postal? ¿Cómo de infelices seríamos si el narrador no respondiera a la enésima invocación de Monsieur Massó por parte de su socio con su ya legendario "qué duro es este deporte, Pedro"? Fue director de Teledeporte 12 años, esta temporada cumple 25 narrando el Tour y La Vuelta y, aunque no se da importancia, pocos periodistas deportivos generan tanta unanimidad como él. En un país de tradiciones, Carlos de Andrés es una de las buenas.

Hay vida y éxito profesional más allá del fútbol.
Básicamente, sólo en la tele pública. Hace unos años me pidieron dar una clase en la universidad sobre retransmisiones deportivas y la primera foto que puse en la presentación era un lince ibérico. Pregunté a los estudiantes que tenía que ver ese animal conmigo y, claro, no caían. La respuesta era que soy una especie en extinción. Un especialista es caro, sobre todo si es un empleado fijo como es mi caso. Incluso muchos de los especialistas técnicos de fútbol, gente como Axel Torres por ejemplo, son freelance. Una de las grandes suertes de mi vida es haber caído en TVE porque me ha cuidado mucho y me ha dado la oportunidad de tener una carrera centrada en un deporte como el ciclismo. Eso implica un apoyo enorme que ahora intento devolverle. Sé que en otros medios habría sido imposible porque los especialistas no somos rentables.
Pero aportáis muchísimo.
Sí, pero no todos los días. Al final, una empresa quiere gente polivalente. Que yo pueda localizar en un segundo a Gianni Bugno o, obviamente, a Miguel [Indurain] en muchas empresas no sirve de nada. El deporte en los informativos de las televisiones es fútbol, fútbol y fútbol. En un periódico está muy bien llevar una entrevista con Indurain, pero eso te soluciona un día de 365. Por eso ya no encuentras especialistas en plantilla de casi ningún medio. Soy un privilegiado, lo asumo y lo agradezco.

Para saber más

Tienes 60 años y llevas desde los 23 en las bicis. Es una barbaridad.
Sí, sí, sí. Entré en TVE en 1988 y fue un poco casualidad que acabara en el ciclismo. En realidad, yo hacía fútbol. Venía de la revista 'Don Balón' y había trabajado haciendo entrevistas en Europa Press. Al entrar, pasé por la escuela de los informativos, que es un aprendizaje importantísimo, y hacía de todo, pero también empecé ahí a hacer el ciclismo en catalán para Cataluña y me ofrecieron incorporarme al equipo de Pedro González en Madrid para hacer la moto en las carreras. Yo encantado, claro, pero esos primeros años hice muchas otras cosa: entrevistas en Euroliga y en ACB, presenté informativos y programas... Me siento muy feliz de estar donde estoy porque me han dado oportunidades. Luego, lógicamente, en la vida uno tiene que saber aprovecharlas, pero hay gente muy buena a la que nunca se las dan.
Se suele hablar poco de lo que importa la suerte en cualquier carrera.
La suerte la tienes un día, es necesaria esa primera oportunidad, pero no creo ni en la buena suerte ni en la mala suerte. Eso es un día. Luego tú tienes que hacer tu trabajo y hacerlo bien. En lo que luego también he tenido suerte es en que el ciclismo es un deporte que se ha quedado en la tele en abierto y eso es lo que te hace más popular. La gente te reconoce más porque el ciclismo mantiene unas audiencias muy buenas en La 1. Las motos y los coches, cuando estaban en Telecinco, en Atresmedia o con nosotros, tenían unas audiencias brutales, pero por políticas de los organizadores decidieron ir al pago y esas grandes audiencias desaparecieron. Eso es algo que el ciclismo no ha querido hacer. ASO, que organiza el Tour y La Vuelta, tiene un doble contrato con nosotros y Eurosport que económicamente les vale, mantiene sus carreras en abierto y hace que el ciclismo sea uno de los deportes que mejores audiencias tiene en España.
Bueno, el ciclismo...
Sí, cierto. Siempre digo que en el ciclismo en España están las dos grandes vueltas y, luego, el resto. A mí me encantan las clásicas, pero no existen para el público en general. A veces hay gente del mundillo que se enfada o que no se lo quiere creer, pero... De verdad, ¿en qué mundo vivís? El ciclismo en España es el Tour y La Vuelta, el resto está a años luz. ¿Y por qué está a años luz? Porque el Tour y La Vuelta se emiten por La 1 y lo que te da la fuerza es el canal en el que sales. Deportes tan fuertes como el fútbol, el baloncesto o las motos han decidido ir al pago. Eso supone muy buenos ingresos, pero una merma de audiencia muy importante. Es lo que hay.
O eres un gran actor o, viéndote narrar, da la sensación de que aún te apasionan las carreras.
Tuve un momento difícil cuando me ofrecieron la dirección de Teledeporte. Puse como condición seguir haciendo el ciclismo, porque he hecho muchas cosas en la tele y lo que más me gusta es comentar carreras, pero tenía demasiado trabajo. Aunque llegó un momento en que ya solo comentaba Tour y Vuelta, me di cuenta de que no estaba haciendo mi trabajo tan bien como debería porque, a veces, estaba de reuniones todo el día y no me daba tiempo a prepararme las carreras bien. Hubo un día que estábamos planificando el operativo para los Juegos Olímpicos y cuando llegué a comentar la etapa del Tour no sabía ni cómo iba. Me dije: "Esto no puede ser, no vale de excusa que tengo mucho trabajo". Así que a partir de ahí, me machaqué y fueron años duros. Tras dejar la dirección del canal en 2020, llevo unos años que me siento en mi mejor momento comentando carreras. Estoy muy tranquilo, muy seguro y estoy teniendo un mayor punto crítico que me gusta. Es una parte fundamental de nuestro trabajo que a veces olvidamos y creo que es importante. La crítica no tiene por qué ser siempre negativa, pero es importante posicionarse a veces.
Te toca más ese papel porque a Perico y a Purito, como ex ciclistas, a veces les cuesta ser críticos.
Al final yo tengo la ventaja de que llevo mucho tiempo y, al final, lo importante no es mi nombre, no es Carlos de Andrés, lo importante es el puesto que ocupo. Yo tengo una silla que me da fuerza, como antes se la dio a Pedro González, que es la de comentarista de ciclismo en TVE, que jamás me ha presionado para decir una cosa u otra. Y eso es clave porque, lógicamente, de quienes sí he tenido muchísimas presiones es de equipos, de organizadores y de mánagers, pero eso es algo con lo que hay que convivir y la fuerza para poder hacerlo te la da la empresa. Siempre he tenido muy claro que lo importante no soy yo sino el puesto que ocupo, que me permite opinar con mucha libertad. Hay gente que estará más contenta y otra menos contenta, pero es mi trabajo.
¿De los ciclistas no has recibido presiones?
Sí, pero muchas menos. A veces, ahora ya no tanto, me venía un ciclista y me decía: "Me han dicho que has dicho esto malo sobre mí". Yo respondía: "¿Lo has escuchado o te lo han dicho?". Y, claro, siempre se lo había dicho su novia, su hermano, su madre... Pronto asumes que a una madre nunca le va a parecer suficientemente bueno lo que digas de su hijo. El elogio tendría que ser eterno y eso no puede ser. También a veces he sido muy crítico y me he equivocado, pero tampoco me importa pedir perdón. Aún me equivoco, por supuesto, pero ahora tengo una seguridad muy grande y ya digo siempre lo que pienso y creo. Eso sí, sigo siendo de aquellos periodistas antiguos que cuando sé que voy a decir algo intento contrastarlo y dar la oportunidad al implicado de que venga a la tele a hablarlo y rebatirme. El año pasado fui duro, por ejemplo, con lo que pasó con Ayuso en el Tour y luego le di la oportunidad en La Vuelta a Matxín de que viniera. Tuvimos una entrevista tensa, pero a mí me gusta mucho que el entrevistado me ponga en un aprieto.
Tu choque más sonado fue, seguramente, el que tuviste con Marc Soler en el pasado Tour. Él se molestó con un cámara que iba en moto y le llamó retrasado, tú se lo afeaste en la tele ("tratar a alguien así me parece impresentable") y él se cabreó mucho.
Ahí me he mantenido muy claro. Un ciclista no tiene por qué insultar y llamar retrasado a un cámara. Sin más. El problema fue que en la retransmisión en directo no lo entendí bien, pensé que había dicho que se había retrasado y, al acabar, le pedí a unos compañeros que lo escucharan. Todos vimos lo que decía en realidad y al día siguiente lo denuncié. Sé que a él no le gustó mucho, pero me da igual. Nos hemos vuelto a ver y nos hemos hablado con educación, pero no tenemos la misma relación que teníamos antes. Qué se le va a hacer. Conozco a Marc desde pequeño, siempre le he tratado muy bien y si se enfada porque un día diga que ha hecho algo mal, no es mi problema.
¿Cuánto miedo has pasado en la moto durante las carreras?
Ningún miedo. El tema es que tienes que confiar en tu piloto y olvidarte. Además, yo conocí una moto que ya no es la de ahora, que está todo regulado. Hacía lo que me daba la gana, iba hacia adelante, hacia atrás, era apasionante y me enseñó mucho. La facilidad que tengo para reconocer corredores y situaciones de carrera me la dio esos años de moto, porque estaba tan cerca de ellos que lo veías todo. También es verdad que aquello te produce cierto síndrome de Estocolmo. Te mojas con ellos, te tratan como a uno de ellos y te acabas sintiendo uno de ellos. Al final es un error y lo pagué. Estaba demasiado cerca de los ciclistas y lo primero que tiene que hacer un periodista para hacer bien su trabajo es apartarse un poco de la gente sobre la que habla. Con los años lo he hecho y es una buena lección para los periodistas. Son etapas y es normal. Entonces yo era más joven que ellos y ahora algunos ciclistas son más jóvenes que mis hijas. Todo es crecer y aprender.
Eres, de largo, el comentarista de ciclismo que menos se equivoca al identificar ciclistas en los planos generales. ¿Cuál es el truco?
La edad y el oficio, la tele lo exige. Por ejemplo, Javier [Ares] todo el tiempo que estuvo en la radio no lo necesitaba. Él hacía la parte final, con la carrera más definida, y era más tertulia. Tenía más tiempo para analizar. En mi caso es muy importante que tardes poco en reconocer a un ciclista y en leer la situación de carrera. Insisto a los realizadores en que cuando se forma una fuga necesito rápido un plano de pelotón porque, según quién tire detrás, sabré cuánto va a durar esa escapada. Si tira el equipo del líder, si se pone a tirar otro equipo que no ha metido a nadie en la fuga... Todo eso me permite saber las posibilidades de éxito. La moto me enseñó mucho y lo demás es fijarte aunque cada vez es más difícil. Por ejemplo, antiguamente iba a las salidas de las etapas y me fijaba en las zapatillas y las gafas de los corredores porque todas eran diferentes. Ahora los equipos tienen sus marcas y hay que buscarse otros trucos para ser ágil en la identificación. Es puro descarte. El equipo eran nueve, han abandonado dos, por morfología quitas otros tres, por el momento de carrera un par más... He ido mejorando y la última semana del Tour y La Vuelta podría comentarlas ya con los ojos cerrados. Eso es oficio, como el panadero que sabe exactamente el momento en que sacar la hogaza del horno.
Hablas de Ares. En un deporte con unos periodistas de referencia tan marcados, ¿existe rivalidad entre vosotros?
Ninguna, al contrario. Yo he convivido en La Vuelta y en el Tour con Javier, con Juanma Castaño, con Pepe Gutiérrez, con Josu Garai, con toda la gente de mi generación. Entonces viajábamos tanto y estábamos tanto tiempo juntos que realmente se creaba un vínculo. Ahora ya casi nadie viaja y los que viajan son, la mayoría, porque el organizador se lo paga. Todo ha cambiado mucho y les costará mucho más tener los contactos que nosotros teníamos. Es algo que me preocupa del periodismo. Entiendo que con la mejora y el avance de la tecnología a lo mejor ya no hay que ir a todos sitios, pero a alguno hay que ir. A mí Contador me coge el teléfono no porque me llame Carlos de Andrés, sino porque me veía cada día constantemente allí, en los sitios. Yo aún me puedo manejar porque ya tengo los contactos, pero a la persona que venga detrás de mí le costará mucho más tener esa capacidad de influencia en el deporte.
Con Perico Delgado llevas trabajando 30 años, pero ¿qué tal te llevas con Indurain y Contador?
Con Miguel sigo teniendo relación, nos conocemos muchísimo y hablamos de vez en cuando y siempre me sentí muy bien tratado por Alberto cuando era corredor. Yo no era mucho de molestarle cuando estaba en carrera, pero las pocas veces que lo hice siempre respondió y jamás me hizo nunca un reproche por alguna crítica ni nada similar. Miguel tampoco, pero en su época sí que tuvimos nuestras broncas con José Miguel Echávarri, pese a que es una persona a la que respeto muchísimo. Al final es inevitable porque si todo el mundo estuviera contento conmigo, es que no estaría haciendo bien las cosas.
¿Y los aficionados? El ciclismo tiene una comunidad de fans puristas que suelen ser muy duros.
Creo que Pedro [Delgado] y yo somos una pareja muy bien recibida en general por el aficionado, pero lógicamente hay gente a la que no le que no le gustamos o directamente le caemos mal. Es ley de vida. La gente siempre me ha dado bastante igual. No soy muy de redes sociales y todo esto porque tengo la edad que tengo y hago una reflexión muy sencilla: si alguien me critica desde el anonimato y sin que yo sepa cuánto sabe él de esto, me preocupa muy poco. Recuerdo el día del famoso ataque de Contador desde muy lejos para ganar La Vuelta en Fuente Dé. Nadie se lo esperaba y la retransmisión no estaba prevista tan pronto, pero empezaron a machacar a TVE en redes por no conectar. Esto no va así, no chasqueas los dedos y aparecen aviones y helicópteros, es una crítica tan absurda que no puedes preocuparte por eso. Explícales que estamos todo el año planificando hasta las horas de repostaje... Entiendo que al espectador eso le da igual, pero a mí no puede afectarme. Es como si yo llevo el coche al taller y le empiezo a hablar al mecánico de la junta de la culata. Me dirá: "Tío, ¿tú qué sabes?".
Hay otra batalla perdida para el periodista de un medio grande: que el entendido asuma que no te diriges a él sino al aficionado medio.
Claro. Yo mismo caí en eso. Una de las cosas de las que estoy muy satisfecho es de que he ido evolucionando mucho en mi manera de comentar. Cuando murió Pedro González y me dieron la responsabilidad de sustituir al insustituible, tenía muy claro lo que quería hacer y cómo lo quería hacer. Tenía esa imprudencia de la juventud de sentirte muy seguro de lo que piensas y de que ibas a cambiar mil cosas. Por suerte me di cuenta de que me estaba equivocando porque, al final, el deporte es entretenimiento y mi labor es que la gente se lo pase bien cuando estamos comentando. El primer año preparé unas estadísticas llenas de gráficas, un currazo que no te puedes imaginar sobre estados de forma, tendencias de ataque... ¿Sabes qué? A la gente no le interesaba nada. Hay que saber muy bien para quién comentas, no es lo mismo estar en Teledeporte o Eurosport que en La 1. El espectador de La 1 maneja conceptos básicos y le tienes que hablar de sufrimiento y no de abanicos.
Es increíble qué claro ha tenido siempre eso Perico, viniendo de ser profesional.
Sí, lo tiene innato. Yo no, pero supe cambiar. Al principio comentaba para la gente del ciclismo y yo no trabajo para ellos, trabajo para el espectador y el espectador del Tour es mi vecino y no un loco del ciclismo. Una vez vi una pancarta en una salida que ponía: "Perico, te regalo un jamón por un chiste". Pensé: "Hostia, me estoy equivocando porque con todos estos datos que doy no me ofrecen ni una cerveza". Asumes que al final esto es entretenimiento y no es peor, al contrario. Eso es algo que me ayudó a entender Pedro. Desgraciadamente, desde que murió Michael Robinson somos la pareja de comentaristas más antigua de la tele deportiva. Eso te da mucha confianza y lo que intentamos es que la gente en su casa sienta que estamos ahí hablando con ellos.
Indurain es el rey y Contador también ganó más, ¿pero qué sería el ciclismo en España sin Perico? Él lo resucitó en los 80 y lleva 30 años siendo su voz en la tele.
Es fundamental. Lo gracioso es que la gente ya le conoce más por la tele que por ciclista, lo notamos cada vez que vamos a alguna carrera. Perico se hace muchas más fotos en las salidas que el 95% de los corredores, hasta el punto de que a veces no vamos porque es agobiante. Cómo será el influjo de la tele que incluso me pasa a mí. Tengo la suerte de que mi fama es muy acotada y que aquí, en Barcelona, el ciclismo no es un deporte que se siga mucho, pero lo noto cuando estoy comentando en Madrid o cuando vuelves del verano. Perico es un símbolo, eso es evidente, pero lo es aún más por la cadena en la que trabajamos. Hay un hábito de consumo del Tour y La Vuelta durante el verano que lleva inamovible en la sociedad española 40 años. Cada inicio de Tour se repiten los tuits diciendo que ya empiezan a hablar Perico y Carlos en la tele y eso es que llega el verano cuando yo llevo hablando desde febrero, sólo que lo ven cuatro [risas].

David Ramírez (Araba Press)

¿Cómo fue tener que sustituir a una leyenda como Pedro González, tras su muerte por un infarto el 1 de enero de 2000?
Muy doloroso, sobre todo porque Pedro era muy joven, tenía 48 años cuando falleció. Aún recuerdo la llamada de Mari Carmen Izquierdo a mi casa. Estaba en el comedor y me quedé helado. Pedro fue la persona que me ayudó a progresar y era mi amigo. Incluso ahora, tantos años después, no me gusta hablar de esto porque es una sensación un poco extraña que la muerte de un amigo te lleve a conseguir lo que habías soñado. No sé, en cierto modo te sientes culpable. A veces me consuelo pensando que Pedro vivió muy intensamente y prefirió vivir 48 años como los vivió que cien más aburridos. Era una persona con un carácter muy fuerte, me pegó algunas de las broncas que más me han dolido, pero por encima de todo era muy buen tipo. Me ayudó muchísimo. Si no me propone incorporarme al equipo de ciclismo en castellano, ¿dónde estaría yo ahora? No tengo ni idea. Él había tenido un problema de salud ya en el Giro anterior, le tuvo que ver el médico de Banesto en una meta porque se había mareado y quizá fue un primer aviso, pero se hizo revisiones al volver y las pasó. No sé... A veces pienso si hubiera entendido esta transformación de comentar desde Madrid. Creo que les hubiera mandado a paseo, a él le gustaba vivir las cosas.
Hemos hablado de las ventajas de TVE, pero también suele ser una empresa con muchos conflictos internos tanto entre compañeros como por injerencias políticas.
Sí, he leído algunas de tus entrevistas a compañeros de la casa contándolo y me han sorprendido un poco, porque yo no he tenido esa sensación siendo, incluso, directivo con varios gobiernos. A lo mejor es que el deporte es menos importante de lo que nos pensamos los periodistas deportivos. Además, tengo la sensación que la sede en Madrid es más dura que la de Barcelona, estamos algo más alejados de las polémicas. Nunca nadie me ha dicho lo que tengo que decir, te lo aseguro, pero supongo que la versión de cada uno depende de cómo te haya ido. Yo llevo 25 años comentando con Perico sin ningún problema. Igual han estado a punto de echarme un día y ni me he enterado, pero no tengo esa sensación.
¿Qué tal fue tu experiencia como directivo?
Complicada. Estoy contento porque cuando fui director de Teledeporte [2008 a 2020] aprendí muchas cosas. No soy mejor periodista después de haber sido directivo, pero sí soy mejor profesional porque aprendes a tratar con dueños de derechos, a negociar cosas y a manejar equipos. Eso sí, si me proponen volver a ser directivo de la tele no aceptaría, como periodista no te mejora. Ahora me encuentro en una situación muy buena, comentando lo que a mí me gusta y deseando que llegue la París-Roubaix, que es uno de los mejores días del año. Y el día que no comenté. haré lo mismo que ahora: verla y disfrutar.
Además, estás pudiendo contar el mejor momento del ciclismo en 35 años, al menos para mí.
Y para mí seguramente también. Ahora la gente se queja de que Pogacar ataca muy pronto y se acaba la carrera. Alucino.Nos hemos pasado los años de Froome y Armstrong cagándonos en que nadie atacaba hasta el último kilómetro y ahora nos va a parecer mal que se hagan heroicidades de 100 kilómetros. Lo de Pogacar en el último Mundial me pareció una pasada y siempre es mejor que no se vaya en pelotón. Tenerle a él, a Van der Poel, a Van Aert... es un lujo y hasta los españoles están más activos y se mueven más. Me gusta mucho esta generación que está saliendo de Juan Ayuso, Iván Romeo o Pablo Castrillo porque son chicos que disfrutan siendo protagonistas. Ha habido unos años en los que a veces tenía la sensación de que a los ciclistas españoles no les gustaba ser ciclistas, estaban siempre como tristes y muy enfadados. Ya no. Por favor, no nos quejemos de vicio.
Necesita urgentemente el ciclismo español una estrella.
A ver, todos querríamos tener un Indurain y un Contador, pero no podemos pretender tener todo el rato un ciclista que te lo gane todo. Si analizas el nivel medio del ciclismo español de los últimos 30 años es espectacular. Ahora hay muchas esperanzas con Ayuso y ahí creo que hay que poner un poco de distancia porque, siendo un fantástico corredor, tiene el problema de que coincide en su equipo con el mejor ciclista de la historia que, además, sólo tiene 26 años. Pogacar es increíble. Un escalador que el otro día casi gana la San Remo y veremos qué pasa con la Roubaix. Sólo le aguanta la comparación Merckx y hay que recordar que él competía con gente buena, pero no tan buena como los rivales que Pogacar ahora. Con lo que está haciendo, la edad que tiene y lo que le queda, se va a colocar como el mejor de la historia sin duda. Va de exhibición en exhibición, además, no gana de cualquier manera, le da igual el Mundial que la Clásica de Jaén. Que le reprochen que domina demasiado es un poco de risa. Todas las carreras con él son divertidas. Todas.
La verdad es que es increíble que se le critique.
Me hace gracia. Leo a esos tuiteros que van de superentendidos y todo les parece mal y me pregunto para qué ven ciclismo entonces. Hombre, no hay que ser Bambi y hay que tener un punto crítico, pero en general estamos viendo un ciclismo muy bonito en todas las carreras. Hay cosas a mejorar, por supuesto. Lo que más cuestiono yo sobre el ciclismo actual es que se paran demasiado rápido las carreras, que se está informando tarde y mal de las tarjetas amarillas a los ciclistas y que hay un VAR que prácticamente no se utiliza porque los comisarios no quieren tomar ninguna decisión. Al final, es un deporte que vive mucho de la tradición y es verdad que es imprescindible porque el ciclismo sin el Alpe d'Huez o sin el Tour no sería nada. ¿Por qué no salen adelante todos esos proyectos de independizarse y hacer sus carreras que intentan los equipos? Porque no tienen Tourmalets ni Anglirus. Tú puedes organizar la mejor carrera del mundo en China con todas las estrellas, pero si no es verano y no escalan los Alpes, no va a tener ningún éxito. La gente necesita referentes y los referentes son los puertos.
Es el deporte con más literatura.
Para la prensa escrita, por ejemplo, ha sido maravilloso porque permite un tipo de crónica poética que el resto de deportes no soportan. Ahora quizás algo menos porque se ve todo, las etapas se transmiten completas y hay menos espacio a la imaginación. Egoístamente, porque trabajo en la tele, a mí me va bien que hayamos llegado a este punto en la sociedad en el que lo que no se ve no existe. Por eso me parece tan importante esa decisión del ciclismo de mantenerse en el abierto porque es un deporte al que se compite al mediodía, cuando mucha gente está trabajando incluso en julio. ¿Cuánta gente se abonaría a una plataforma por un deporte que de lunes a viernes probablemente no pueda ver? Es un deporte con unas connotaciones especiales que no se puede trasladar al prime time, aunque se intente con los prólogos a las 20, porque la gente ya está acostumbrada a verlo a las tres. Lo pones a las ocho y ni se plantea que haya ciclismo.
¿Podemos creer en que esta Edad de Oro es limpia o el dopaje es intrínseco al ciclismo?
Yo quiero creer. El ciclismo hizo cosas terribles. Me cuesta mucho entender que alguien se juegue así la vida y por lo que he ido averiguando había ciclistas que se la jugaban de verdad. Al principio, creo que los ciclistas lo hacían sin ser conscientes del riesgo y culpo mucho a algunos médicos. Piensa que eres un chico de un pueblo del interior del País Vasco, de Cataluña, de Castilla, que tu futuro no es poder estudiar una buena carrera y desde los 15 años has estado montando en bici y eres mínimamente bueno. Llega un tío que te dice: "Oye, ¿tú quieres ganar en el Tour? Si haces lo que te diga, yo te hago ganar". Es tentador y es humano porque al final, no lo olvidemos, doparse es como ser ladrón de bancos. La gente no se dopaba por prestigio y por victorias, se dopaba por dinero. Porque ganabas una etapa en el Tour y al día siguiente te firmaban un contrato de un millón de euros. Y a un chico de un pueblo eso le solucionaba la vida.
¿Por qué crees que ahora es diferente?
Porque el ciclismo se ha profesionalizado, se está ganando mucho dinero y hay cosas de aquella época que es imposible que hoy pasen. Cuando he sabido que se iban a pisos y se hacían allí transfusiones de sangre...Había padres que trasladaban sangre en sus coches en una nevera enchufada al mechero para ponérsela a sus hijos. Es increíble. Otra cosa que me indigna es la excusa de que lo hacían todos. ¿Y a mí qué? Mi hija también me decía que el fin de semana salían todos sus amigos sin hora y yo le decía que todos menos ella. Cuando otros ciclistas defienden a Armstrong diciendo que era el mejor igual, pues que lo hubiera demostrado. ¿Y los médicos? Cuando vi el piso de Eufemiano Fuentes con una nevera como la de mi casa para guardar la sangre... ¿A él no se le iba nunca la luz? ¿Qué sistema tenía para asegurarse de que no se fastidiaba nada? Era terrible. Quiero pensar que ahora han aprendido, pero creer que el dopaje no existe es imposible. Ni en el ciclismo, ni en el fútbol, ni en la natación, ni en ningún deporte. Donde hay dinero hay tentación, ambición y tramposos. Eso, desgraciadamente, siempre va a existir, pero ahora el ciclismo ha entendido el daño que hizo y lo persigue en vez de taparlo
¿Y los periodistas, que viajabais con ellos, de verdad no os dabais cuenta de nada?
Yo sí era consciente de que pasaba algo, pero ni por asomo imaginaba que la gente se estaba jugando la vida de esa manera. A posteriori leí todo el informe de la Operación Puerto que me hizo revivir situaciones que había vivido y en aquel momento no había entendido. Por ejemplo, he entrado en la habitación de una auxiliar de equipo y he visto que faltaba un cuadro. Ahora sé que es porque en esa alcayata colgaban las bolsas para inyectarse. Llámame tonto, pero entonces no caía en esas cosas. El nivel al que se llegó supera todos los límites que una persona normal pueda imaginar. Lo que a veces me planteo es qué otro deporte hubiera soportado una cosa así, porque hubo un momento que todo era un cachondeo y un escándalo increíble, sin embargo aquí seguimos.
Las audiencias nunca se resintieron.
Exacto. Siempre se mantuvieron altas. El Tour y La Vuelta forman parte de una costumbre, un hábito, una tradición. Llega el verano y la gente lo pone. ¿Cuánta gente ve el Tour por los paisajes? Muchísima. No todo el mundo tiene la suerte de poder viajar por el mundo y es una carrera espectacularmente realizada. Estás un jueves de julio después de comer sin nada que hacer y pones el Tour porque siempre lo has hecho y se ve fácil incluso en las etapas llanas. No sé cuántas siestas habré acompañado ni la de veces que me han dicho lo bien que se duerme con nuestra voz [risas]. Esto ya es una broma entre nosotros. Hubo un Tour en que Perico pegaba un grito cada rato para despertar a la gente de la siesta.
A ver, una siesta de sofá y etapa aburrida es insuperable.
Es el horario. A mí también te pasa cuando veo ciclismo que no hacemos nosotros. Estoy viendo una etapa larga del Giro y caigo. Encima con más conocimiento, que me permite calcular cómo va a ir la carrera y pensar: "Vale, con que me despierte para los últimos 40 minutos, basta".
¿Miras al periodismo futbolero, tan ruidoso, con cierta superioridad?
En realidad, con cierta envidia. A veces me gustaría que hubiera más polémica en el ciclismo, creo que le vendría bien al deporte, no tanto corporativismo. Cuando hago una tertulia tras las etapas me encanta que haya discrepancias y que incluso me cuestionen a mí. Eso es bueno, lo que pasa es que a veces el fútbol se pasa. Soy muy futbolero y creo que algunas cosas las debería controlar como el teatro de los jugadores y ese endiosamiento que se ha ido alimentando. Obviamente el ciclismo es más cómodo y más tranquilo. Una vez me dijo un compañero una cosa que es verdad: "No sabes la suerte que tienes de que no haya Barça-Madrid en las bicis". Aquí la gente es muy de corredores y en la época de Contador-Valverde también me acusaban de ir con uno y con otro, pero es una polémica más light. Sin embargo, a veces escucho las tertulias de fútbol y pienso que me gustaría ser tertuliano. Me encantaría defender una posición y adelante con todo. Un poco de salseo. Otra cosa es que algunos programas ves que están hechos sólo para el show, pero si la gente los ve, el programa es bueno. No voy a juzgar a nadie por ver lo que quiera.
¿Tampoco te molesta que casi todo sea fútbol en los medios?
Leo 'L'Équipe' cada día y claro que siento envidia cuando hace portadas de rugby, de judo o de natación, pero eso va con la idiosincrasia de la gente y la cultura deportiva de cada país. No puedes pedir a los periódicos que se apuñalen a sí mismos. Si hacen portadas de fútbol será porque es lo que vende y todos en esta profesión le damos a la gente lo que quiere. Yo también, como te decía antes, supe entender que tenía que cambiar mi manera de comentar y ahora buscamos esas pequeñas polémicas para debatir con Pedro y con Purito. Y lo hago porque creo que es la mejor manera de comentar y que entretener es tan necesario como informar.
¡Todo te parece bien!
No. La edad me hace ser más reflexivo y últimamente pienso que el gran problema al que se enfrenta el periodismo es que hoy todo es noticia. Tú has tenido que luchar seguro en tu periódico porque te den un espacio para contar algo, es lo normal, pero las redes y las webs permiten que todo sea noticia, que todo tenga hueco. Un equipo manda una entrevista a su ciclista hecha por ellos mismos y los medios la publican. No, esto no puede ser, ese es nuestro trabajo. Los periodistas teníamos dos funciones, decidir qué es noticia y contrastar la veracidad de las informaciones, que ya no se cumplen. Si no podemos decidir qué es noticia porque todo lo es y, luego, vemos cómo se publican mentiras constantemente sin que pase nada, ¿para qué servimos? Esta es la gran crisis de nuestra profesión. Una de las pocas cosas que me alegra de tener 60 años es que me ha permitido vivir la época buena del periodismo y me quedará sólo un poquito de la mala, de las fake news, del no salir de la redacción... Veo a los chavales que llegan ahora y me da mucha pena. Por eso me siento tan agradecido a TVE, que me ha permitido ir a los sitios y ser alguien al que ahora, cuando habla, la gente me escucha y me respeta. El futuro de la profesión es complicado.
La eterna espera madridista de Kubo: un pasaporte, cuatro cesiones y un "no" constante

La eterna espera madridista de Kubo: un pasaporte, cuatro cesiones y un “no” constante

Parecía llamado a dominar la futura banda derecha del Real Madrid y a ser la puerta millonaria del club hacia el tan deseado mercado asiático, pero Takefusa Kubo (Kawasaki,, 2001) sigue sin pasar el umbral del vestuario local de Chamartín y cada vez está más lejos. Por él, cansado de esperar desde su fichaje en 2019, y por el propio conjunto madridista, confiado su carril diestro a Rodrygo, Brahim y Güler. Hoy vuelve a visitar la Castellana con la Real Sociedad, dueña de sus derechos federativos y del 50% de lo que genere la plusvalía de una futura venta. El otro 50% es del Madrid, que lo vendió por seis millones a los txuri-urdin y se guardó esa opción, esperando ahora un ingreso millonario cuando alguien se acerque a los 60 millones de su cláusula.

A sus 23 años, Kubo volverá al Bernabéu con el mismo ánimo de revancha y la misma rabia acumulada de siempre, amenazando futbolísticamente al equipo que un día llamó a Japón y le recuperó para el fútbol español después de haber abandonado las inferiores del Barça.

Y es que la historia de Kubo en la capital es la de la espera y el rechazo. Un «no» constante que ha condicionado la primera etapa de su carrera. Aterrizó en el verano de 2019, formando parte de una camada adolescente que era vista en la cúpula como la heredera de la época dorada. Por ahí estaban Vinicius y Valverde, firmados en 2018, más Brahim, Rodrygo y Kubo, cuyos fichajes llegaron en 2019 junto a Militao y Mendy.

El ejemplo de Odegaard

De todos ellos, sólo Kubo se ha quedado en la carretera, compartiendo con Martin Odegaard el foco de los proscritos. En su momento, el noruego decidió que no iba a esperar y el club le vendió al Arsenal por casi 40 millones, previo paso brillante por la Real Sociedad. Lo suyo fue rápido y ahora es el capitán de los gunners.

En el caso de Kubo, todo ha sido diferente. Una situación peculiar limitada desde el principio por su pasaporte extracomunitario. La acumulación de extranjeros en el Madrid, especialmente brasileños, obligó al conjunto blanco a elegir desde 2019 a varios descartes, y Rodrygo siempre le ganó la partida a Kubo en el extremo derecho. Mientras el brasileño crecía junto a Vinicius en el ataque madridista, el japonés vivía temporadas complicadas entre Mallorca, Getafe y Villarreal. Cuestión de elecciones y de destino.

Así que el Madrid ganó la Champions 2022 con Rodrygo como héroe de la eliminatoria contra el Chelsea y el City en el momento en el que Kubo terminaba su segundo paso por Mallorca. Antes, había pedido dejar el Villarreal a mitad de año porque Unai Emery no contaba con él, y acabó unos meses en el Getafe de José Bordalás. Un camino de espinas que le revolvía el estómago, presionado mediáticamente en Japón y con la obsesión de brillar en Europa.

Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.

Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.EFE

De blanco sólo le hemos podido ver en una pretemporada, la de 2019, cuando fue uno de los protagonistas por la ilusión que despertaba su fichaje. Se fue a la gira americana con Zidane, tuvo minutos y volvió para ponerse a las órdenes de Raúl en el Castilla, donde compartió algún amistoso con el propio Rodrygo. Un casting que terminó ganando el brasileño, que aceptó jugar varios partidos oficiales con el filial.

El japonés, mientras, observaba la elite con ansia. «Era cabezota. Tenía mucha personalidad y muy claras sus decisiones», recuerdan en Valdebebas fuentes consultadas por este periódico. «Me estresaba muchísimo en cada entrenamiento porque quería demostrar mi valía», admitió hace unos meses en una entrevista.

No llegó a debutar en partido oficial con el Madrid porque salió cedido al Mallorca justo antes del inicio de aquella temporada. Una decisión que el club veía bien para su formación, pero que quizás llegó demasiado pronto y el foco, lejos del Bernabéu, se fue apagando. No volvió a jugar de blanco. La pandemia en 2020, los Juegos en 2021 y su fichaje definitivo por la Real en 2022 lo impidieron.

Retraso en las nacionalizaciones

En esa operación, el Madrid se guardó una opción preferencial para recuperarle y el 50% de la plusvalía de una futura venta a cambio de seis millones. Seguía gustando en Valdebebas, pero el retraso en las nacionalizaciones de Militao, Rodrygo y Vinicius lo alargaba todo. Tres años después, todo parece haber cambiado. El japonés renovó con la Real hasta 2029, aunque mantuvo la cláusula en 60 millones, una decisión que desliza la intención de una futura venta.

El Madrid tiene hueco para extracomunitarios, nacionalizados ya los brasileños, pero la nueva zurda joven se apellida Güler y el nombre de Kubo se ve más como fuente de ingresos que en la espalda de la camiseta, esperando en Valdebebas ese salto definitivo en la carrera del talento asiático. Hoy, en la vuelta de semifinales de Copa, nueva reválida.