El relevo femenino 4×100 salva la papeleta de España en la segunda jornada del Europeo por Equipos

España se levantó segunda y se acostó sexta, aunque con posibilidades de acceder al podio. Italia, con 290 puntos, se aleja de Alemania (266), Polonia (256,5), Países Bajos (253,5) y Gran Bretaña (252). En una jornada agridulce, España (249 puntos) está cerca de estos cuatro equipos gracias sobre todo a unos soberbios relevos 4x100 femeninos, resueltos con un segundo puesto, tras Países Bajos (42.02), y un récord nacional: 42.11. Esperança Cladera lo hizo muy bien. Un defectuoso cambio de testigo entre Jaël Bestué y Paula Sevilla impidió tal vez la victoria. La rascó, enérgica, entusiasta como siempre, Maribel Pérez.
Hubiera mejorado España el puesto o, al menos, la puntuación si Daniela Fra no se hubiese caído en los 400 metros vallas cuando iba primera a la entrada de la recta. Se llevó el obstáculo por delante con la pierna de atrás, la izquierda. Iba muy cansada.
El equipo tocó suelo con ella, decimoquinta y con María González Sanchís, decimocuarta en el triple salto (¡Ay, Peleteiro!) No tocó el cielo con nadie, aunque, dicho está, lo rozó con las chicas del 4x100. Quique Llopis, cuarto en los 110 vallas, fue víctima de errores técnicos en el paso de los últimos obstáculos, cosa rara en alguien tan técnico. No es la primera vez que le ocurre esta temporada. En este juego de sorpresas negativas y positivas que definen una competición como este campeonato, Diego Casas, cuarto en el disco (64,77), compensó el semifiasco de Llopis. Los demás españoles se movieron en toda clase de puestos intermedios.
Ilusiones de podio
Mención negativa para Lester Lescay, uno de los puntales del equipo, en el salto de longitud. Empezó con dos nulos, se vio obligado a asegurar para puntuar, realizó unos pobretones 7,80 y acabó noveno. Rozó un desastre en el que cayó de lleno el representante de Países Bajos, el equipo que empezó la jornada como líder. Después de todo, España le recortó ocho puntos. He ahí el ejemplo de cómo un mal momento puede resultar positivo en una competición jugada a múltiples bandas, que sólo adquieren su valor real no por sí mismas, sino en comparación con las otras.
España, en resumen, salvó la papeleta en la jornada teóricamente menos favorable. Mantiene aún, pues, ilusiones de podio a la espera de la, también teóricamente, la más beneficiosa, la dominical y última. En una competición de esta naturaleza, las marcas son menos importantes que los puntos. Pero, claro, las mejores marcas aportan más puntos. Incluidas las fascinantes carreras tácticas, distintas de las vertiginosas pero rutinarias de los mítines. La mejor marca del día corrió a cargo de Militiadis Tentoglou en el salto de longitud: 8,46.
Domingo ardiente en la temperatura y en la pasión que despierta una competición abierta a todas las emociones.