España suda para hacer historia en semifinales: Athenea y Clàudia Pina sepultan a una intensa Suiza

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 23:17

España no encuentra quien dome su sueño, por mucho que se esfuerce. Pueden las rivales afinar la teoría, incluso ejecutarla a la perfección durante muchos minutos, pero esta selección vive empeñada en ser campeona de Europa y tiene recursos para activarse y sobrevivir en el peor escenario, que fue el vivido en Berna. Se atascó España y solo la pudo sacudir Athenea del Castillo mediada la segunda parte. Un despeje de Suiza lo cazó Aitana en el corazón del área y, con un taconazo, le dejó el remate franco a la extremo. Era el primer balón de tocaba y sirvió para sepultar a las helvéticas bajo su propio muro, que cimentó poco después la descarada Clàudia Pina, tras mil intentos, con derechazo desde la frontal que colocaba a España en semifinales 28 años después.

Resopló España frustrada durante los muchos minutos que estuvo en el alambre. No encontraba cómo golpear a un rival agarrado a una disciplina militar de supervivencia. Suiza, en el campo y en la grada, sabía que su única oportunidad era resistir y desesperar a las españolas, jugar con sus nervios. Lo tuvieron más fácil de lo que hubiera esperado porque el equipo de Montse Tomé se contagio de la efervescencia que se generó en el Wankdorf. Ansioso, acelerado, irreconocible.

España tenía el balón pero no gobernaba el partido por primera vez en el torneo. Y eso las inquieta. Los grilletes que Wälti le puso a Alexia, las vigilancias perfectas sobre una Aitana sin chispa y la imposibilidad de Patri Guijarro de poner pausa, engrandecieron a las suizas, aunque ni siquiera probaran a Cata Coll en su debut.

La suerte, ésa a la que aludía Pia Sundhage, no estaba del lado español. El penalti que Riesen le hizo a Mariona en el minuto 7, lo quiso ajustar tanto al palo la jugadora del Arsenal que lo mandó fuera. Ese varapalo desquició más a España, que intentó enmendarlo a arreones. No era efectiva la presión de Esther, no llegaban los centros y la única sensación de peligro la generaba Clàudia Pina. Los dos tiros a puerta a las manos de Peng fueron de la extremo del Barça.

Claro reflejo de la ansiedad fue la amarilla que vio Laia Aleixandri en el centro del campo que la deja fuera de las semifinales. No había manera de coordinar a un equipo que, en la fase previa, había sido una orquesta perfecta. Pero en Berna, en 30 minutos no había sacado un córner, incapaz de generar vértigo por las orillas, el único pasillo que dejaban las suizas. Aún así, Irene Paredes estrelló un testarazo en el poste al filo de descanso. Iba a tocar remangarse y remar mucho para sentenciar a las anfitrionas.

Activación en el minuto 60

Necesitaba España afinar su plan en el descanso, pero se pareció mucho al inicial. Volvió a probar Pina, la única sin miedo a armar la pierna, pero hacía falta algo más. Se acercaban al área con cierta comodidad, pero sin acierto.

Otra vez el palo en un saque de córners impidió que el cabezazo de Patri Guijarro abriera el marcador. Para colmo, las suizas explotaron, ahora sí, las contras a la espalda de la defensa española. Emergió entonces Cata Coll para evitar cualquier susto que complicara más la situación. En el minuto 60 se decidió Montse Tomé a revolucionar el once con el mejor arma que tiene: el desequilibrio de Athenea de Castillo. Apareció ante Italia y lo volvió a hacer en el momento más importante. Esta vez auxiliada por Aitana que, como si fuera diesel, fue creciendo con los minutos. Pese al impulso de una grada entregada a la Nati, Clàudia Pina acabó con cualquier opción. Y el resultado pudo ser mayor porque Beney derribó a Athenea en el área y la colegiada italiana no dudó en señalar el punto de penalti.

Sin Mariona en el campo, fue Alexia quien tomó la pelota. No era su noche y, pese a haber borrado de su mente el recuerdo del fallo en los Juegos, Peng volvió a adivinar su tiro. Un instante de amargura que compensó con la ovación que se llevó cuando fue sustituida por Lucía García. El sueño de todas sigue vivo.

España estará en la semifinal y peleará por el título. Todo lo que pase entre tanto, será una anécdota que jalonará la historia de una selección que parece imparable. Puro genio y también tesón.

Delphine Cascarino, la “bólido” acelerada en Estados Unidos que amenaza a Alemania: “Si las francesas jugáramos en una liga más dura, seríamos mejores”

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 23:15

«Tenemos muy buenas jugadoras pero nunca hemos ganado un torneo». Es la confesión de Delphine Cascarino (Saint-Priest, 1997), la jugadora que se ha desatado en esta Eurocopa para elevar, aún más, la condición de favorita de Francia. No tenía un camino fácil emparejada con dos campeonas como Inglaterra y Países Bajos en la fase de grupos, pero su rendimiento fue incontestable: tres victorias y dos goleadas. Once goles marcados por nueva jugadoras diferentes. En cuartos, esta noche, le toca otro hueso: la imprevisible Alemania.

El seleccionador francés, Laurent Bonadei, espera que aparezca no solo la eterna Marie-Antoinette Katoto, líder y referente, sino también Cascarino, que despertó en el duelo ante Países Bajos. En dos años y 23 partidos con la camiseta de Francia no había marcado, pero en tres minutos ante las neerlandesas, entre el 64 y el 67, con un 2-1 en contra, fue capaz de desatar la remontada gala logrando dos en tres minutos. Y eso que en la primera parte el balón no pasó por sus botas. Bonadei, le pidió más en el descanso y ella se lo dio: una asistencia para que Katoto empatara y dos golazos. El primero, con un control a 40 metros de área y sucesivos recortes para acabar armando un derechazo imparable. El segundo, empujando a la red una balón de Katoto que había golpeado en los ambos palos. Eso no fue todo. Sumó seis disparos y seis balones tocados en el área. Cascarino, que llevaba a Suiza «con la rabia de querer hacer algo en esta Euro», lo había conseguido.

«Es un bólido. Solo hay que activar un poco su fuego», reconocía el entrenador francés. Eso lo han logrado en San Diego. Cascarino, que se perdió en Mundial de Australia al romperse el cruzado, buscó nuevos retos. De padre italiano y madre de Martinica, se crió en la cantera del todopoderoso Olympique de Lyon pero, después de 12 temporadas, optó por, a sus 27 años, perseguir un sueño: jugar en San Diego Waves, el equipo de la National Women's Soccer League que capitaneaba su ídolo: la estrella estadounidense Alex Morgan. «Solo pude jugar con ella dos semanas porque anunció que estaba embarazada», confesa Cascarino hace unos meses. Hoy Morgan, retirada, es una de las accionistas minoritarias del equipo.

El salto físico y competitivo

El aterrizaje en Estados Unidos ha supuesto un salto. «Soy más rápida, corro más. En Lyon, teníamos seis partidos duros en toda la temporada. Aquí, todas las semanas. Si todas las francesas estuviéramos en una liga más dura, seríamos mejores», aseguraba poco antes de aterrizar en la concentración francesa donde, por veteranía -debutó en 2016 y acumula 80 partidos- debería ser una líder. Sin embargo, rehuye ese papel. «Técnicamente podría serlo, pero soy callada y no hablo mucho, solo me gusta hacerlo en el campo», asegura la jugadora que, en este campeonato, siente que juega por dos.

Delphine tiene una hermana gemela con la que ha crecido en el fútbol y con la que llegó a vestir la 'bleu' en categorías inferiores, Estelle es defensa central y juega en la Juventus, aunque el pasado mes de diciembre se rompió el ligamento cruzado y está en plena recuperación.

Francia necesita esta versión mejorada de Cascarino para dejar en el camino a Alemania, una selección en pleno relevo generacional que despierta dudas pero siempre es eficaz. No solo ha ganado ocho veces la Eurocopa, sino que sus eliminaciones han sido tres: en semifinales en 1993, en cuartos, ya con el actual formato, en 2017 y perdió la final de 2022 ante Inglaterra.

Es cierto que la goleada que le endosó Suecia (4-1) dañó a las germanas y las condenó a un duelo más duro en cuartos, a lo que se sumó el impacto de la grave lesión de su capitana, la centrocampista del Bayern Giulia Gwinn, en el primer partido ante Polonia. Al frente de la nueva Alemania, que ha perdido a referentes como Alexandra Popp, emerge Jule Brand a sus 22 años para coger las riendas después de haber marcado dos goles y haber dado dos asistencias en la fase de grupos en la que las germanas acabaron segundas. Poderosa, rápida y técnica, acaba de firmar por el Olympique de Lyon y esta noche tendrá que amargar a la lateral de Francia, Selma Bach, «pero no hablo con rivales», zanja la alemana.

Sin cabra, sin cinta en el manillar, sin bidón, sin pinganillo y con la bici negra: los detalles “cómodos” con los que Pogacar arrasó en la cronoescalada de Peyragudes

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 23:15

«Era la gran decisión, con qué bici empezar», expone Tadej Pogacar en el altiplano de Peyragudes, mientras sacude en el rodillo el ácido láctico de sus piernas, que han realizado un esfuerzo como si de un test se tratara, 23 minutos clavados desde el lago de Loudenvielle, 10,9 kilómetros a una velocidad de 28,4 por hora, lo impensable para cualquier mortal. Habla el tirano del Tour de los detalles de su enésima exhibición (el cuarto triunfo ya en lo que va de carrera), basada esta vez en el puro sacrificio sin más estrategias, alejado de alardes técnicos y hasta de consejos de pinganillo que le pudieran despistar de lo único que le preocupaba: «Ir a tope desde el principio hasta el final».

Para saber más

La gran decisión era cómo afrontar una cronoescalada en la que, tras unos primeros metros de terreno menos áspero, después de girar a la derecha en el pueblo de Estarvielle, se afrontaba un infierno, coronado por un muro rectilíneo e interminable de asfalto negro y rampas del 16% donde tantos hacían zigzag en una crono que apenas 'disputaron' un puñado de corredores. Tadej optó por lo más simple, su Colnago aerodinámica de siempre, con el característico manillar en forma de Y. Y con doble plato. A diferencia de Vingegaard, Evenepoel, Roglic o Lipowitz, no uso la cabra de contrarreloj. El danés incluso llevó el llamativo casco aero. Dio igual, en el primer punto intermedio, situado en Escadaoux, el único relativamente llano, ya marcaba el mejor tiempo el líder.

«Competimos todo el año con este tipo de bicicleta. Hicimos nuestros cálculos. Quería ir más cómodo y fue la decisión correcta. Salí sin auriculares porque la táctica era sencilla. Podía ver los tiempos en los puntos intermedios de las pancartas. Desde el primero, vi la luz verde y los cinco segundos de ventaja, lo que me dio impulso. Abrí un hueco y mantuve un buen ritmo hasta el final», explicó con detalle lo que por la mañana se gestaba en el autobus del UAE Emirates. «Siempre tenemos un plan, pero no siempre sale. Bueno, con Tadej sale más veces de lo habitual», bromeaba a esas horas de calma su director Josean Fernández Matxin.

El ejercicio de Pogacar fue de una precisión exquisita, incrementando paulatinamente su distancia con Vingegaard hasta los 36 segundos finales que ya le dan un colchón de más de cuatro minutos antes de la etapa de hoy, una de las reinas de este Tour, entre Pau y Superbagneres (con el Tourmalet a la mitad). En la última cuesta, mientras Jonas se motivaba doblando a un Evenepoel que padeció muchísimo, incluso problemas mecánicos, Tadej reconoció que «casi» explota. Explorar los límites.

Pogacar, durante la cronoescalada.

Pogacar, durante la cronoescalada.Mosa'ab ElshamyAP

Sí hubo otros detalles que llamaron la atención en el esloveno. Por ejemplo, no llevaba bidón en su bicicleta (ni siquiera soportes para ello). Es decir, no le iba a hacer falta beber en el tiempo transcurrido, pese al calor reinante en los Pirineos, algo menos ayer que en la jornada previa. Tampoco había pintura amarilla en su montura, habitual cuando es la bici del líder. Reinaba el negro: cualquier gramo de más sobra para escalar. Incluso Pogacar fue sin cinta en su manillar, algo que se había visto pocas veces. «Llevaba pensando en esta contrarreloj desde diciembre; quería que todo saliera perfecto. Y en el último momento, el equipo lo gestionó todo a la perfección», concedió sobre la exhaustiva preparación.

Fueron 36 segundos al final con Vingegaard, una distancia asumible si no hubiera sido por lo sucedido el jueves en Hautacam. El danés, que guardó absoluto silencio ese día, sí que reflexionó ayer. Y se mostró más esperanzado sobre su rendimiento de lo que cabría pensar. «El jueves fue un día realmente decepcionante. Esperaba más, pero al final me quedé sin fuerzas, estaba vacío. Fue una de mis peores actuaciones. Hoy (por ayer) una de las mejores. Es bueno reaccionar así. Hice todo lo que pude», concedió. Y habló sobre que "todo ha vuelto a la normalidad», de que «el Tour está lejos de terminar» y de que seguirá intentándolo. «No he perdido la fe en mí mismo. Sigo creyendo en nivel. Todo el equipo está muy fuerte, solo tenemos que demostrarlo en los próximos días», concluyó.

Scottie Scheffler también se exhibe en los campos links y lidera el Open

Scottie Scheffler también se exhibe en los campos links y lidera el Open

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 23:13

Da igual cuándo o dónde lea esto, el jefe sigue siendo el jefe. Scottie Scheffler (-10), número uno del mundo, ha vuelto a demostrar que nadie, ni siquiera él, sabe dónde está su techo. El estadounidense está empeñado en hacer olvidar las gestas de Tiger Woods y ha dado otro golpe de efecto colocándose en el liderato en solitario para el asalto a su cuarto major, el Open Championship, cuya segunda jornada se ha disputado este viernes en el campo de Dulunce de Royal Portrush (Irlanda del Norte).

Fueron ocho birdies para sellar con 64 golpes la mejor ronda de todo el torneo y su récord personal en Open Championship. El 63 se quedó a un par de vueltas del hoyo en el 18. Fueron ocho birdies sin error, en absoluto control de la situación. Su apabullante exhibición eclipsó el gran día de Matt Fitzpatrick (-9), segundo a un golpe del líder, Brian Harman (-8) con 65 golpes este viernes compartiendo la tercera plaza con el chino Haotong Li.

Rory McIlroy (-3) terminó muy lejos, no fueron suficientes los 69 golpes del ídolo local, que mira al fin de semana a siete golpes de Scheffler, empatado en un grupo en la duodécima plaza donde destaca el capitán americano Keegan Bradley.

La esperanza de Rahm

El golf español no pudo continuar la esperanzadora progresión del primer día, donde todos los españoles terminaron bajo el par. Jon Rahm es el único que mantiene una mínima posibilidad de dar guerra el domingo tras finalizar con una ronda de 71 golpes (Par) que, unido al resultado de este jueves de -1, le deja justo en el bajo par, un registro escaso a la vista de los resultados bajos que marcaron un segundo día de unas condiciones meteorológicas mucho más amables. Rahm concluyó a diez golpes de la cabeza, compartiendo el puesto 35 y solo pendiente de la jornada heroica de sábado que vuelva a meterle en el torneo. El de Barrika no fue capaz de aprovechar las asequibles condiciones de juego.

Rahm no estuvo fino en ninguna de las facetas del juego y sus números fueron especialmente negativos en los tiros a green con excesivos fallos a la izquierda y tampoco estuvo especialmente fino en los greenes de Royal Portrush. "Siete hoyos muy buenos, y del ocho en adelante... mal. No he tenido ocasiones cercanas para meterla. Cada vez que fallaba la calle estaba en muy mala posición. He tenido opciones, pero no las he aprovechado. Hoy, quitando tres hoyos, estaba facilísimo, hoy no hay excusa, he jugado mal", comentaba un Jon Rahm abatido. "No es que no tenga esperanza de cara al fin de semana, es que estoy de muy mala leche", concluía Jon a la prensa española desplazada a Portrush.

García pasa el corte

Una vuelta de 72 golpes hizo que Sergio García (+1) pasara el corte in extremis. El de Castellón volvió a mostrar su versión más pesimista y, sobre todo, mucha incomodidad en el campo de golf. Ya el día empezó mal con un doble bogey en el hoyo 1 tras visitar el búnker de green. "No, el problema ha estado en varios sitios, pero es lo que hay. Parece que intentas fallar el corte a posta, pero bueno, aparte de todas las barbaridades que hemos hecho hoy en el campo, parece que vamos a estar el fin de semana".

"El campo estaba ideal para hacerle 3, 4 o cinco bajo el par, pero si no juegas bien y vas regalando golpes, no soy capaz de ver el futuro. La semana pasada jugué muy bien y pateé mal, ayer jugué peor pero pateé bien, hoy he jugado mal y pateado mal, no sé muy bien, siempre parece que hay algo y no sé cómo encontrarlo".

Ángel Hidalgo (+3) lo peleó, pero el juego no le acompañó en este segundo día y llevó su tarjeta hasta los 75 golpes, quedándose fuera del fin de semana. "Le he pegado bastante mal a la pelota... Estaba muy fácil el comienzo y lo he pasado +3, es una pena, porque le he pegado mejor en la parte difícil y en ese bogey en el 18 me va a costar..." "No he conseguido pegarle igual de sólido que en estos días... me llevo cosas buenas de martes a jueves, hacía tiempo que no le pegaba bien", cerraba su segundo major.

Caddie español

El norteamericano Harris English, quinto clasificado, no ha podido contar con su caddie habitual Eric Larson, al no haberle permitido la entrada en Reino Unido debido a una antigua condena de un delito relacionado con las drogas que llevó al caddie a la cárcel hace ya 30 años. Ante el imprevisto el coach gallego Ramón Bescansa, afincado en Estados Unidos y uno de los entrenadores de Englis, ha terminado llevándole la bolsa.

Remontada del Día

Bryson Dechambeau arrancó el jueves con 78 golpes y hoy logró la gesta de pasar el corte gracias a un espectacular resultado de 65 golpes, en total 13 golpes de diferencia en menos de 24 horas le harán disputar el fin de semana.

Cambio inoportuno

El mítico caddie Billy Foster, que trabajara con muchos de los grandes nombres del golf incluido Seve Ballesteros, acaba de romper con Matt Fitzpatrick, puesto 59 del ránking mundial para fichar por la bola de Colin Morikawa, número 6. Fitzpatrick ha concluido segundo en solitario, mientras Morikawa ha fallado estrepitosamente el corte con +7.

El Barça, obligado a retrasar una vez más su regreso al Camp Nou: anuncia que no jugará el Gamper y peligra el inicio de Liga

El Barça, obligado a retrasar una vez más su regreso al Camp Nou: anuncia que no jugará el Gamper y peligra el inicio de Liga

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 18:37

Los plazos han sido un quebradero de cabeza para el Barça desde que comenzó la remodelación del Camp Nou. Contaba con jugar en su nuevo estadio en algún momento de la temporada pasada, algo que no sucedió. Contaba con estrenar la nueva hierba en el Trofeo Joan Gamper, el próximo mes de agosto, pero este viernes ha confirmado que tampoco será posible. Y los rumores apuntan a que ya sospesa la opción de comenzar la Liga en Montjuïc, porque hay una licencia que no termina de llegar.

El club ha anunciado este viernes, a primera hora de la tarde, que suspendía el partido que supondría el regreso del equipo al Spotify Camp Nou. La cita anunciada a bombo y plantillo el pasado 25 de junio es contra el Como italiano (el equipo entrenado por Cesc Fàbregas).

Según el comunicado del propio club, no se disputará el partido en el Camp Nou "debido a que la ejecución de los trabajos para cumplir con los requerimientos de la Ordenanza Reguladora de los Procedimientos de Intervención Municipal en las Obras, ha hecho inviable hacer efectivos los trámites necesarios para el otorgamiento de la licencia de primera ocupación". En resumen, que no tienen la licencia de primera ocupación del Ayuntamiento.

En este sentido, la entidad azulgrana ha precisado que su voluntad era reabrir el Spotify Camp Nou por sectores pero que "debido al tamaño de la obra ejecutada", ha sido "imposible" alcanzar todos los requerimientos que exigen las normativas que regulan la obtención de la licencia de primera ocupación, informa Efe.

Por tanto, y pese a que había propuesto al Ayuntamiento de Barcelona disputar el Gamper con una aforo de unos 30.000 espectadores, no ha tenido más remedio que retrasar la fecha del estreno -parcial- del nuevo estadio. Un retraso que, según ha asegurado, "no afecta al calendario de pagos para el retorno de la deuda del Espai Barça".

Prosigue el Barça: "El club trabaja de la mano del Ayuntamiento de Barcelona y los organismos implicados de cara a poder avanzar en los diferentes requisitos, y comunicará a los socios y socias del FC Barcelona cualquier nueva información referente a la fecha de regreso", concluye el comunicado.

Lo previsto, una vez más, está en peligro. Porque la intención del club era empezar a jugar la Liga en su nuevo estadio con aproximadamente el 60% del aforo en el partido contra el Valencia del 14 de septiembre. Sin embargo, el propio Barça, según informa Mundo Deportivo, ya valora la opción de regresar a Montjuïc mientras todo se soluciona. Tiene hasta mediados de agosto para comunicar a LaLiga y a la UEFA dónde empezará las competiciones.

De asombro en asombro, Pogacar vuelve a exhibirse en la cronoescalada de Peyragudes

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 17:43

Bordeando el precioso lago de Genos-Loudenvielle, hace tres años marchaban a una velocidad que cuesta asimilar Pogacar y Vingegaard, que desde entonces no han dejado de escribir capítulos en su rivalidad. Se siguen persiguiendo y se perseguían entonces, el danés a rueda, pues tenía su primer Tour a tiro y al día siguiente en Hautacam lo iba a sentenciar. Y que no se iba a despegar del esloveno hasta la cima de Peyragudes. [Narración y clasificaciones]

Para saber más

Mismos escenarios, días cambiados, rivalidad del revés. Ahí donde volvió a exhibirse este viernes Tadej, esta vez sin brazos arriba, apenas el puño derecho apretado con rabia, como los dientes en esa lucha contra el crono en la que también es el rey. De amarillo, aventajó en otros 36 segundos a Jonas, en 1:20 a Roglic, en 2:39 a un desesperado Evenepoel y en otra barbaridad al resto de los mortales. Otro paso más hacia lo que parece una evidencia, su cuarto Tour de Francia.

Pasa el tiempo, cambian los escenarios y las tendencias, se acumulan afrentas y se desatan revanchas. De aquellos días de derrotas en los Pirineos, aunque en el altiplano venciera entonces Tadej, a estos de plenitud y dominio. De cuentas saldadas. Aún con el regusto a épica de la jornada anterior en Hautacam, la cronoescalada puso todavía más distancia entre ambos. Otra pequeña gran afrenta en la moral ya torturada de Jonas, quien no intuye resquicio por donde inquietar al todopoderoso Pogacar.

Por esas laderas que son territorio en invierno del esquí y en verano de los descensos vertiginosos en longboard, Pogacar desató de nuevo su tormenta. Como si nunca tuviera suficiente. Su victoria 21 en el Tour, la 30 en grandes vueltas (Merckxs sumó 64 en toda su carrera), a los 26 años. Cuatro ya en la presente edición que tiraniza, aunque aún sienta dolor en las quemaduras de su brazo izquierdo, en el golpetazo en la cadera tras la caída de Toulouse sólo 48 horas antes.

Hasta en el muro final, esa pared infernal que remata a los que antes no han calculado bien y hacen zigzag en la rampa recta de asfalto negro, como una escena de terror, al 16%, terreno agreste y desértico donde los aficionados aguardan a los héroes. Hasta ahí, donde los demás se retuercen, el amarillo de Tadej reluce, como si hiciera guiños al sol, a más de 1.800 metros de altitud. Y pedalea con alegría y rabia, consciente de que va a volver a ganar.

En 10,9 kilómetros aventaja a Vingegaard, que salió con cabra de contrarreloj y remató un gran final persiguiendo para doblar a Remco, en 36 segundos. No hay muchas batallas entre ellos en cronoescaladas puras como referencia. Hace cinco años el danés aún no compareció en el Tour cuando Tadej lo reventó en La Planche des Belles Filles. Sí en 2023 en Combloux, otra historia, una exhibición como no se recuerda, 1:38 de ventaja para Jonas en poco más de 22 kilómetros.

La contrarreloj apenas la disputaron los 30-40 mejores de la general. Luke Plapp había sido la referencia, todos lejos de él. Roglic fue la sorpresa y Lipowitz, que ya amenaza el podio de Evenepoel, volvió a rendir a gran nivel. Los españoles cumplieron algo mejor que en las jornadas previas. Con Carlos Rodríguez 13º, Enric Mas 15º y Cristián Rodríguez 18º.

El cambio de Decathlon, del producto azul para novatos a codearse con la élite en el Tour o Wimbledon: "Ahora hacemos que el alto rendimiento sea accesible"

El cambio de Decathlon, del producto azul para novatos a codearse con la élite en el Tour o Wimbledon: “Ahora hacemos que el alto rendimiento sea accesible”

Aparece Gael Monfils en Wimbledon con todo su flow, su tenis entregado al espectáculo, su sonrisa burlona, su aire de veterano librado de mil batallas, y... ¿qué marca le viste? Artengo. En el Tour de Francia ruedan las bicicletas Van Rysel del Decathlon AG2R La Mondiale en busca de una victoria de etapa de Aurélien Paret-Peintre o de Felix Gall. Antoine Griezmann hace meses que juega Liga y Champions con sus botas Kipsta, igual que Alex Sarr, número dos del draft de la NBA en 2024, luce sus Tarmak. Voló Jimmy Grasier en el último Europeo de media maratón de asfalto con sus Kiprun en los pies, igual que Blandine l’Hirondel en la pasada UTMB de montaña. ¿Qué está pasando?

El universo Decathlon, con sus decenas de marcas, está llegando al deporte de élite de la mano de los mejores deportistas franceses en un curioso cambio de estrategia de la empresa. Durante décadas, los clientes iban a sus tiendas -178 en España- a comprar material barato para iniciarse en un deporte. El producto azul, señal distintiva de los novatos. Pero hace unos años la cadena francesa decidió asaltar el resto del mercado, es decir, vender a aquellos que buscan competir, incluso a la élite.

«Sé que choca ver a Decathlon hacer una zapatilla con placa de fibra de carbono de 220 euros, por ejemplo, pero todo parte de un plan estratégico. Es obvio que algo ha cambiado. Seguimos siendo fieles a nuestro ADN, que es hacer accesible el deporte, pero ahora no sólo pensamos en aquellos que se inician, también pensamos en aquellos que ya son expertos, en el alto rendimiento. Teníamos que dar respuesta a ese tipo de público», cuenta Jon Zumaquero, director comercial de Decathlon en España después de la presentación de la zapatilla Kiprun KD900, una de las apuestas más importantes de la marca.

Éxito en el pelotón

En su asalto a los cielos, Decathlon se ha limitado a patrocinar a una estrella en el fútbol, el baloncesto y el tenis y a lanzar algún nuevo producto, pero en el atletismo y el ciclismo la intención va a por todo. La empresa, que nació 1976 en Lille de la familia que ya tenía Auchan, creció con los deportes de resistencia, es lo suyo.

De hecho, en el ciclismo, hace años, ya había intentado codearse con los mejores. Entre 2000 y 2007, Decathlon proveyó de bicicletas a los conjuntos galos AG2R y Cofidis y logró algunas victorias, pero la experiencia fue efímera. A finales de 2023, Barbara Martin Coppola, CEO de la marca hizo el anuncio: «Millones de niños en todo el mundo han aprendido a montar en bicicleta con Decathlon y millones de adultos usan nuestras bicicletas todos los días, así que estar ahora en un equipo WorldTour es motivo de gran orgullo». Y desde entonces el AG2R es el Decathlon AG2R, hasta el punto que la próxima temporada no tendrá apellido: será Decathlon a secas. Competir con el UAE o el Visma son palabras mayores, pero ya ha conseguido que las Van Rysel se valoren como las S-Works o las Colnago.

CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE

Es un trabajo que todavía queda por hacer en el atletismo. En las maratones hay zapatillas Kiprun, pero están lejos de las Nike, Adidas, Asics, Brooks y compañía. Para hacerse un hueco, en 2020, Kiprun abrió su propio centro en Kenia y contrató a Paul Chelimo, que era doble medallista olímpico en los 5.000 metros, pero todavía espera resultados.

¿Y un récord del mundo?

«Hay muchas grandes marcas y todas hacen las cosas muy bien. Hay grandes productos en el mercado y fuertes inversiones en marketing. Nuestro esfuerzo está siendo grande y no esperamos un retorno inmediato, ni a un año ni a dos, es un proyecto a largo plazo», reconoce Zumaquero, que apunta que la intención de Decathlon no es dejar de vender otras marcas.

Sin cambiar su modelo de distribución, la idea es que Kiprun, Van Rysel y demás vayan ganando mercado hasta posicionarse entre las más vendidas. Aunque para eso se necesitan muchas, muchas victorias, incluso si se puede algún récord del mundo: «No es que el domingo hagas un récord y el lunes multipliques las ventas, pero te da notoriedad, credibilidad, más gente te considera. Nuevamente no es algo inmediato, no es algo a corto plazo, pero el aumento de la credibilidad es muy importante para aumentar la conversión de interesados en clientes».

La hora de Aitana Bonmatí, del hospital a los cuartos ante Suiza en 28 días: “He salido más fuerte”

Actualizado Jueves, 17 julio 2025 - 22:54

No quiere acordarse Suiza de que Aitana Bonmatí comandó una goleada germen del triunfo en el Mundial hace apenas dos años, de su MVP como mejor jugadora del torneo y de su primer Balón de Oro. Suiza como punto de origen, también en esta Eurocopa. Una meningitis vírica la sujetó demasiado al banquillo en la primera fase. Han pasado 28 días «de progresión eterna», como ella misma confiesa, y ahora siente que llega su hora. España, comandada por una espectacular Alexia Putellas, no notó su ausencia, pero necesita todo el talento ahora que llega la fase decisiva del torneo. Es la hora de Aitana.

Se vio fuera de un torneo en el que no ha dejado su sello. «Nunca pensé que no podría estar, pero faltaban cinco días y me veía un poco lejos. Conocéis mi mentalidad. Hablar de emociones es sano. Los malos momentos sirven para sacar lo mejor y he sacado una Aitana más fuerte», reconocía horas antes del duelo ante Suiza. Esa jugadora aún no aparece en las estadísticas de un torneo en el que estaba llamada a brillar. Necesita remontar sus números. Ha jugado 144 minutos, solo un partido de titular y completo, ante Italia, y su bagaje es impropio: solo dos disparos a puerta. «Mis últimos 90 minutos fueron los de la final de la Copa de la Reina el 8 de junio. Estar en una cama de hospital cuatro o cinco días parada me afectó y la vuelta ha sido como de una lesión. Pero se ha hecho lo mejor para mi salud», admitía.

Su vuelta a un centro del campo donde brillan Alexia y Patri Guijarro, las dos únicas MVP de España hasta el momento, quiere que sea electrizante. «Quiero disfrutar, y lo espero todo de este equipo. No sé si se ha visto a la mejor España, pero vienen partidos más competidos: o ganas o te vas. Ahora viene lo mejor», presagió.

«Un desafío defenderla»

España busca volver a hacer historia alcanzando unas semifinales 28 años después en un estado volcado en contra, lo que para Aitana significa «presión para ellas». Y es que Suiza persigue un reto aún más grande. «Es el partido en mayúsculas», subrayaba la veterana Pia Sundhage , que apuesta por arroparse frente a lo que puede ser un vendaval. «Debemos tener paciencia y estar juntas. Tenemos que estar conectadas», advertía. Un ojo lo tendrán en el regreso de la doble Balón de Oro: «Es un desafío defenderla», reconocía la central Noelle Maritz.

Aitana, durante un entrenamiento en Lausana.

Aitana, durante un entrenamiento en Lausana.EFE

Más allá de eso, apenas han pensado en fútbol. Su preparación se ha enfocado en lo emocional. Es el gran momento de Suiza, que tiene detrás a todo un país. Por eso, jugadoras y cuerpo técnico se han refugiado en la épica. «Hemos compartido historias, y eso es bueno», decía la entrenadora. Una de ellas la victoria de la selección masculina a España en el Mundial 2010 en Sudáfrica. Un gol de Gelson Fernandes, aprovechando los rebotes y la falta de entendimiento entre Iker Casillas y Gerard Piqué, le dio una victoria ante los que sería después campeones del mundo. «Esas historias nos dan energía», añadía Sundhage. El eterno relato de David contra Goliat.

No es el único recuerdo motivador que ha encontrado la sueca para agigantar a sus jugadoras. En el Stadion Wankdorf, en el Mundial de 1952, ocurrió el llamado 'Milagro de Berna'. Alemania, una selección de un país devastado tras la II Guerra Mundial, se proclamó campeón remontando dos goles a Hungría. Otra vez el pequeño que se impone al grande, que llega en plenitud. Y no solo por el regreso de Aitana. También debutará Cata Coll bajo palos y Esther, recuperada, buscará abrir hueco como 'pichichi'.

Una espía española en el fútbol suizo: “Tienen pocas opciones y pasan por retrasar el gol de España lo más posible”

Actualizado Jueves, 17 julio 2025 - 22:48

Marta Peiró salió de Valencia en el verano de 2020 camino del Servette para jugar la Champions y hoy, como directora deportiva del club, con tan sólo 26 años, es la mejor espía que puede tener España para analizar a la selección de Suiza y cómo empieza a crecer el fútbol en este país. Ella, de momento, ya ha fichado talento nacional para pelear por la liga, que el año pasado se llevó el Young Boys: Christian Toro como entrenador y Enith Salón, la portera campeona del mundo en 2023.

Esta clasificación a cuartos de Suiza es histórica...
Sin duda. Me encantaría que tuviera impacto en la sociedad, en la Superliga y en los clubes, que sea un empujoncito para unificar. Suiza es un país con influencias alemana, francesa e italiana, que a veces generan un roce cultural y un distanciamiento que ojalá derribe el fútbol. No tienen mucha cultura futbolística y ahora escuchas a la gente que habla de ello en sus conversaciones diarias, que empieza a querer informarse de fútbol femenino y eso es bueno.
La gran mayoría de jugadoras están fuera de la Superliga...
Ocurre lo mismo con la selección masculina. Es una nación muy particular, fuera de la Unión Europea y siempre bajo la influencia de Italia, Francia, Alemania o Austria. Es un país de inmigración y los jóvenes talentos los detectan rápido los scoutings de ligas más desarrolladas. Eso está empezando a cambiar y las jugadoras se quedan más, pero todavía sigue siendo un campeonato trampolín. Quieren exhibirse y tienen muy cerca tres de las cinco mejores ligas de Europa. Cuando llegan las ofertas, normalmente se van.
¿Tiene opciones Suiza de tumbar a España?
Esto es fútbol pero... pocas, muy pocas. Debería tener un planteamiento muy defensivo y retrasar el gol de España lo más posible para aprovechar alguna contra con Reuteler, que con tres MVP la veo muy enchufada. Pero el porcentaje de que puedan hacer algo histórico es bajo. Hay una diferencia gigante todavía.
España las goleó hace un año en la Nations, pero ahora tienen nueva entrenadora, la veterana Pía Sundhage...
Es verdad que la selección ha cambiado, no sólo por la llegada de Pía, también ha habido un cambio generacional. Las jugadoras han ido a clubes muy importantes y han crecido mucho. La influencia de Pía es indiscutible, pero se han juntado varios factores positivos.
¿A qué tendría que prestar más atención España?
Sin duda a Reuteler, porque es una jugadora libre en el campo que es imprevisible, no sabes qué va a hacer cuando coge el balón. Pero deben tener cuidado también con los espacios que dejan a la espalda. A mí me está sorprendiendo mucho Riola Xhemajli, y no sólo porque marcó el gol que las llevó a cuartos. Está siendo determinante.
¿Y cómo ve a España?
Intratable. Cuando estás en el campo y las ves, hay una diferencia abismal. Son muy técnicas, pero también fuertes, están súper bien entrenadas y tienen muchas variantes. Ya no sólo hay un plan A, sino un plan B, C y D. La veo muy superior al resto, aunque también me ha sorprendido Francia, que siempre es la que promete y no llega. Las veo por encima del resto, pero a España, aún más.
¿Va a poder seguir fichando jugadoras españolas?
Por suerte hay muchísimas muy buenas. Siempre hemos sido técnicas, se notaba que jugábamos desde niñas, pero ahora se suma el físico. En eso han superado a las rivales. Ahora mismo, las españolas son las más completas y las más caras. De las que rozan la selección, en mi presupuesto anual solo me podría permitir una.

Pogacar y otro capítulo en Hautacam para su leyenda, entre la venganza y el homenaje al fallecido Samuele: “Pensaba en él durante el último kilómetro”

Actualizado Jueves, 17 julio 2025 - 22:44

Cuando todavía faltaban dos kilómetros para poner su nombre para siempre estación de esquí de Hautacam, en tal nivel de esfuerzo que hasta el pinganillo le sobraba, Tadej Pogacar intuyó un elemento extraño en la moto de televisión que marchaba justo a su lado, intentando captar cualquier detalle de su rostro sufriente. Mientras encaminaba su cuarto Tour de Francia, mientras firmaba la enésima exhibición de su ya inigualable carrera, el esloveno tuvo a bien advertir al cámara de que llevaba enganchado un cartón en su rueda trasera.

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Fue la anécdota surrealista de una jornada de ciclismo para el recuerdo. Otra más. Porque en la mente de Tadej durante el sacrificio, durante el pedaleo sin tregua con el que destrozaba a su rival Jonas Vingegaard, iba un pensamiento más profundo, el dolor por el compañero caído, la dedicatoria al cielo que acogió a Samuele Privitera, el joven ciclista italiano fallecido el día anterior tras un accidente durante la disputa del Giro del Valle de Aosta sub-23. «Esta etapa es para Samuele y para toda su familia. Esta mañana fue muy duro enterarme de lo sucedido. Pensaba en él durante el último kilómetro, en lo duro que puede ser este deporte», pronunció emocionado.

También, cómo no, en su ataque sin preludios, en su acelerón brutal nada más arrancar ese puerto que inauguró Luc Leblanc para el Tour en 1994, coronando el recital de Miguel Indurain, estaba el ánimo de venganza. Son esas cerillas las que encienden a los campeones, las postales que cuelgan en sus habitaciones para no olvidar lo padecido. «Todo el mundo me decía que era la hora de la revancha y blablabla». En estas mismas rampas, tan soleadas como entonces, hace tres años fue torturado por el Visma y por el propio Vingegaard, que ayer sólo podía admitir la inferioridad en palabras de su director Grischa Niermann:«Creo que Jonas se sintió bien, pero en la última subida, Tadej fue claramente el mejor. Teníamos una estrategia y vimos a Matteo abandonar [Jorgenson, con problemas toda la etapa, acabó perdiendo más de 10 minutos]. No fue lo que esperábamos, pero Jonas sigue siendo el mejor de los demás». Aquí el danés había sentenciado aquel Tour inolvidable, labrado colectivamente en el Granon, ante un Pogacar que lo intentó una y otra vez hasta quedarse sin fuerzas. «Cuando nos acercamos a la subida final, era el mundo al revés respecto a 2022. Volvía a haber un belga en cabeza, pero esta vez no era Wout van Aert sino Tim [Wellens] y era nuestro equipo quien marcaba el ritmo. Ha sido un día muy, muy duro y yo también tenía el 2022 un poco en la cabeza... pero nos ha tocado el lado feliz de la historia. Hemos hecho un gran trabajo con el equipo y estoy muy contento de ganar aquí y de sacar tiempo a mis rivales», se congratulaba el esloveno, que por supuesto recuperó el amarillo tras el temprano desfallecimiento de Ben Healy.

Pogacar celebra su victoria en Hautacam.

Pogacar celebra su victoria en Hautacam.POOL LUCA BETTINIMUNDO

Y por último está el acicate de las heridas, de la mala noche por los rasguños de la caída llegando a Toulouse. Pogacar lucía hematomas por dentro y por fuera, un aparatoso vendaje en su brazo izquierdo. Que no le impidió volar por los Pirineos. «Nunca se sabe cómo reacciona el cuerpo después de una caída, pero ésta no ha sido tan grave. Sólo siento el dolor cadera si hago estiramientos acrobáticos, pero con el dorsal puesto me limito a pedalear. El Tour no ha terminado», resumió, avisando de la cronoescalada de hoy en Peyragudes y del etapón del sábado con final en Superbagnéres, Tourmalet incluido.

Pogacar saludó a Emmanuel Macron y habló algo cansado en sala de prensa después, donde reconoció que se encuentra en el "mejor momento de su carrera", un pico que intentará alargar lo máximo posible. Durante la etapa había tidado de intuición, agazapado entre los miles de movimientos que hubo entre Soulor y Borderes, desatando su furia lanzado por Narváez en Hautacam. Lo ascendió a 20'6 kilómetros por hora, para completarlo en 35:08, lejos eso sí del mejor registro -el del dopado Bjarne Riis en 1996 (34:40)-, pero más de dos minutos y medio mejor que su ascensión de hace tres años (Vingegaard lo hizo esta vez 56 segundos peor). Su victoria es además única por otro motivo: nunca había completado una etapa de una gran vuelta con una ventaja tan amplia sobre el segundo.