La estrella de los San Antonio Spurs, el pívot francés Víctor Wembanyama, se perderá el resto de la temporada de la NBA por un coágulo sanguíneo en el hombro derecho, según informó este jueves la franquicia texana.
Los Spurs indicaron que la trombosis venosa fue detectada tras el regreso de Wembanyama del All-Star, que se disputó el pasado fin de semana en San Francisco (California).
De acuerdo con ESPN, los Spurs creen que se trata de un “problema aislado” para Wembanyama, elegido como número 1 del ‘draft’ de 2023, ‘rookie’ del año de la NBA en 2024 y que había sido llamado por primera vez para el All-Star.
El pívot francés promediaba esta temporada 24,3 puntos, 11 rebotes, 3,7 asistencias y 3,8 tapones por partido.
Con estos números, Wembanyama era el favorito para hacerse con el premio de defensor del año al final de la temporada regular.
Con la baja de Wembanyama, los Spurs prácticamente se despiden de sus opciones de ‘play-off’, pues en la actualidad suman 23 victorias y 29 derrotas y son duodécimos en el Oeste.
Las lágrimas de Aitana Bonmatí sobre el césped del José Alvalade de Lisboa tenían muchas interpretaciones. Eran de tristeza, porque la final de la Champions se les había escapado. También de rabia, porque habían caído en la trampa de las inglesas. Incluso de impotencia por no haber encontrado la salida a tiempo. El Barça cayó derrotado por un gol de Blackstenius en el minuto 74 en un duelo incómodo y espeso que impidió que emergiera todo su potencial. Quedaron a merced de un Arsenal que llevaba 19 años sin rozar la gloria europea y que, humildemente, supo interpretar su guion a la perfección.
El Barça buscaba su cuarta Champions, la tercera consecutiva y el posible póquer de títulos en una temporada y no logró que brillaran ni sus balones de oro ni las estrellas secundarias que también son el alma de este equipo arrollador en España que ha liderado Pere Romeu. Se lo advirtió Mariona Caldentey: no iba a Lisboa a vivir la experiencia de una final, iba a competirla.
Supo muy bien el Arsenal cómo desquiciar a un equipo acostumbrado, quizá en exceso, a someter a rivales. Presión altísima, mucho orden y contundencia en los duelos en la medular hasta la asfixia. Si el motor del Barça se gripa, su potencia merma y a Patri Guijarro, Aitana y Alexia les costó aparecer en el partido mientras las inglesas crecían. Sin prisa, de manera sólida para no cometer errores.
Inquietó Aitana en los primeros minutos y Ewa Pajor, la goleadora polaca, buscó el error de la guardameta Van Domselaar del que a punto estuvo de aprovecharse. Conectaba poco el Barça pero era capaz de soltar chispazos. Ahora bien, el Arsenal no tembló y empezó a encontrar el camino al área de Cata Coll, casi siempre franco por el carril derecho. Fue la capitana Little quien puso un centro al segundo palo para un testarazo de Foord que no pudo conectar cómoda. Quisieron responder las blaugrana, poco precisas o frenadas por una eficaz contundencia, como la que mostró Williamson para salvar el tiro de Aitana tras un recorte en el corazón del área. Otro fue Van Domselaar, que de puños también repelió un centro de Claudia Pina.
El Barça quería despertar, pero las gunners se empleaban a conciencia para maniatarlas sin renunciar a contras que a punto estuvieron de ser productivas. Un centro tenso de Frida Maanum, otra vez burlando a Rolfö, lo desvió Irene Paredes al fondo de la red, la fortuna es que la revisión de VAR cazó el fuera de juego de la noruega, que aún hizo volar a Cata Coll para sacar una mano salvadora a otro derechazo. No encontraban la manera de sacudirse a un equipo pegajoso que las atrapaba en ataque y las descomponía en defensa.
Aitana Bonmatí se abraza con Joan Laporta.EFE
Fue Aitana quien, a la media hora de partido, dio un paso adelante. Se lanzó, encontró pasillo hasta el área y, aunque su disparo fue a las manos de la guardameta, hizo a todo el equipo despertar y encerrar al rival en su campo. Emergió Alexia y su conexión con Pina en la banda izquierda y Ewa Pajor, a quien Williamson entendió que tenía que vigilar. A las londinenses el peligro empezaba a llegarles en oleada.
Sin acierto
Esa sensación se incrementó en la segunda parte. Las blaugrana volvieron del vestuario encorajinadas y dispuestas a imponer su fútbol, ese que hace que Alexia y Aitana se encuentren en el área para servirle a Claudia Pina un disparo que estrelló en el larguero. Todo, al doble de velocidad para incomodar a las inglesas, obligadas a convertirse en un muro y de sus rechazos pudo aprovecharse Ona Batlle con sus derechazos desde la frontal. El Barça estaba empezando a disfrutar y eso se reflejó en la obligación de Van Domselaar de salvar cada pelota de Aitana buscando los tres palos.
Movió entonces el banquillo Renée Slegers para volver al plan inicial. El Arsenal, con poco protagonismo de Mariona y de su goleadora Alessia Russo, se refugió en las contras que nacían de los errores del conjunto catalán. El pie de Cata Coll evitó que la delantera inglesa adelantara al Arsenal tras lanzarse a la carrera y que ni Mapi León, que acabó lesionada, pudo frenar e Irene Paredes solo alcanzó a dificultarle el mano a mano.
Nada pudo hacer la cancerbera balear cuando en el minuto 74 Mead, cómoda en la media luna, filtró un balón a la sueca Blackstenius para marcar el primer gol de la final. Había sobrevivido el Arsenal al estéril dominio culé y había asestado un golpe que pesó como una losa imposible de alzar.
En el minuto 84, Mindaugas Jackus, cuarto árbitro del encuentro entre el Atlético de Madrid y el Slovan de Bratislava sacó el cartelón con el 12 en color rojo y el 7 en verde. Bajric salía del terreno de juego para dar entrada a Vladimir Weiss Jr. o, mejor dicho, Vladimir Weiss III.
En ese momento, durante los 10 minutos que restaban de encuentro, había un Weiss en el banquillo y otro en el césped, al igual que un Simeone. "Si el entrenador pensó en poner a ese futbolista no lo hizo pensando en poner a su hijo. Ninguno de los dos los miramos como hijos sino como futbolistas. Sí, la verdad es que no suele suceder normalmente", respondió el entrenador argentino en la rueda de prensa posterior al encuentro.
Lo cierto es que los Simeone se llevaron el envite ante los Weiss. De hecho, cuando salió el jugador eslovaco, el Atlético ya dominaba el marcador por tres goles a uno, como finalmente quedaría el marcador. Un resultado que hundía aún más a un equipo, el eslovaco, que ha perdido sus seis partidos por dos o más goles de diferencia.
Lo cierto es que esta curiosa circunstancia ha estado a punto de no darse porque Vladimir Weiss III estuvo a punto de retirarse del fútbol, debido a una cadena de lesiones muy continuada durante la temporada pasada. Pero la clasificación del Slovan para la Champions, y el enfrentamiento contra el City, equipo en el que también militó junto con el Espanyol, le motivó a alargar un poco más su carrera.
Luego se rumoreó que lo dejaría tras la derrota ante el conjunto citizen y especialmente después de las declaraciones de su padre: "Vladimir hará su propio anuncio en los próximos días. Creo que fue su último partido. Soy su padre y es duro para mí. Todo tiene un comienzo y un final".
Pero Vladimir hijo siguió ante el Girona y también estuvo este miércoles contra el Atlético. De momento continúa una saga que comenzó con el abuelo, Vladimir Weiss I, que también fue futbolista y ganó una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. Siguió con el padre y actual técnico, que jugó el Mundial de 1990 y llegó a ser seleccionados de Eslovaquia. Hasta la tercera generación.
La diferencia entre sagas no está sólo en el apellido, también en el terreno de juego. Mientras los Weiss cuentan sus partidos por derrotas en Championes, los Simeone lo hacen por victorias en todas las competiciones.
Racha victoriosa
Desde la entrada del Cholito en el equipo titular, son 10 partidos seguidos ganando. No cabe duda de que el pequeño de los tres hijos de Simeone ha dado una nueva energía al conjunto rojiblanco.
"Muy contento todo el equipo con como venimos trabajando en el día a día, en el partido a partido. Creo que todos formamos parte de estas 10 victorias y estamos muy contentos y con muchísima confianza", explicó el propio hijo de Simeone.
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