Van der Poel, magistral en el barro, conquista su sexto Mundial en ciclocross

Van der Poel, magistral en el barro, conquista su sexto Mundial en ciclocross

De punta a cabo, de cabo a rabo, cumpliendo todos los pronósticos, bueno, el único pronóstico posible, mucho más en ausencia de Wout van Aert y Tom Pickock, que tampoco han sido enemigos esta temporada, Mathieu van de Poel se coronó por sexta vez campeón de mundo de ciclocross. Fue en Torun (República Checa), donde, curiosamente, obtuvo su primer título en 2015. Este Mundial supone su triunfo número 162 en la modalidad.

Aunque campeón en vigor, VDP, con el dorsal número 1, no lucía el jersey arcoíris, sino el naranja de la selección de Países Bajos. Ha completado una temporada apabullante, con 13 victorias en 14 carreras. Sólo perdió, a causa de una caída, la disputada en Benidorm.

En un terreno blando, pero sólo embarrado en algunos puntos concretos, él se exhibía. El resto sufría. Felipe Orts, en un grupo de actores secundarios pero valioso, pugnaba por entrar entre los 10 primeros y mejorar así su duodécimo puesto en un Mundial.

En la historia sin historia de la carrera, Van der Poel tuvo siempre a su cola, aunque lejos, a su compatriota Joris Nieuwenhuis. Detrás de ambos, las posiciones cambiaban en persecución de un bronce gratificante. Entró Mathieu en primer lugar con Nieuwenhuis a 37 segundos. La pugna por el tercer puesto se resolvió en favor del belga Michael Vanthourenhout, que, dejando Pim Ronhaar en cuarta posición, evitó un triplete neerlandés. Felipe Orts, finalmente, fue décimo, a 2.48 del ganador.

Al parecer, Van der Poel, de 29 años recién cumplidos, se va a tomar un respiro de, quizás, un par de ellos antes de regresar al barro. En su horizonte podría figurar el estimulante objetivo de alcanzar a Eric de Vlaeminck en la jerarquía del ciclocross. El belga fue siete veces campeón mundial.

kpd