CICLOCROSS
Copa del Mundo
11 años después, España acogerá una prueba de la Copa del Mundo de ciclocross. Momparler, seleccionador e ideólogo, explica los secretos de un evento a la que asistirán más de 15.000 espectadores
A priori, Benidorm y barro no parecen ideas demasiado asociadas. Y, sin embargo, este fin de semana 15.000 aficionados abarrotarán el circuito diseñado en los parques de Foietes y El Moralet de la ciudad alicantina para vibrar con los colosos del ciclocross. “Se han roto todas las expectativas, el ambiente va a ser una locura”, admite Pascual Momparler, seleccionador español y el gran ideólogo de que este domingo se dispute en España la penúltima cita de la Copa del Mundo de una especialidad con apenas tradición en nuestro país.
Porque el ciclocross es cosas de belgas y neerlandeses. Pero hay tres colosos, héroes también de la carretera, que están consiguiendo una enorme expansión de una modalidad que lo tiene todo: “Aquí no hay estrategias, es una hora a tope”.. “La técnica que tienen, el motor y lo que hacen, tanto en carretera como en ciclocross, como en mountain bike. Es una barbaridad. Están marcando una época”, admitía Felipe Orts, el seis veces campeón nacional y que este domingo buscará en casa -es alicantino de Villajoyosa, estar cerca de ellos-. Porque en Benidorm estarán como reclamo único, el belga Wout van Aert, el neerlandés Mathieu van der Poel y el inglés Tom Pidcock (además de otros grandes especialistas y de estrellas femeninas como Marianne Vos, Fem van Empel y Puck Pieterse).
“Ni el lugar ni la fecha son casualidad”, admite Momparler, que tuvo que negociar a tres bandas, con la Diputación de Alicante, gobernada por el Partido Popular, con la Comunidad Valencia (por Compromís) y con Flanders Classic, la empresa organizadora de la Copa del Mundo, cuyo presidente es el ex jugador de baloncesto Thomas van den Spiegel. “Apostamos por una zona sostenible, con capacidad hotelera y con necesidad de atraer turismos en estos meses. Y aprovechamos que durante estas semanas, Van Aert y compañía están entrenando por la zona. El ciclismo los unió a todos”, se felicita el seleccionador, que también ideó el año pasado, con su propia empresa Momparler Cycling, una Clásica en España (Jaén) y que apuesta por la pervivencia en el tiempo del evento en Benidom.
El propio Momparlet ultima los detalles de un circuito que, en efecto, no tendrá barro ni dejará las habituales estampas de ciclistas irreconocibles, pero sí otros atractivos. “Está diseñado en forma de ocho, con dos partes bien diferenciadas. Una primera más técnica, con escaleras, saltos, puentes, arena… Y otra más de potencia”, detalla. Y habla también de la otra parte del ciclocross, lo que sucede fuera, la fiesta, el ambiente, la cerveza: “Va a ser un domingo estupendo”.
Hace 11 años que no se celebra una prueba de la Copa del Mundo en España. Fue en Igorre, en 2011 y se impuso Kevin Pauwels, un belga claro, que en 2015 fue campeón del mundo. Pero es incomparable la repercusión mundial que tendrá este renacer en Benidorm, con todo vendido, aficionados llegando desde todas partes de España e incluso el extranjero y emitido a 130 países (en España se verá en directo en Teledeporte y Eurosport).