La fuerza arrolladora de lo económico ha desplazado a los mejores equipos europeos a Abu Dabi. No tuerza el gesto, es la potencia de las veces que usted reposta 95 sin plomo o diesel. ¿Cuántos vuelos tomó en los 90 anualmente? ¿Cuánto vuela ahora? Los Emiratos y el resto de las potencias petrolíferas cada vez son más ricas en base a los hábitos occidentales y mundiales. Y a la Euroliga se le acusa de no tener ingresos fuertes a cambio de un baloncesto tan intenso. Aquí en este emirato la intensidad se mide en grados centígrados, de momento. A la tarde se medirá en canastas. Y en pascales. Los tiros más sencillos serán fallados, habrá pérdidas inocentes, habrá jugadores que no den la talla que dieron en Liga Regular.
Para saber más
En un país donde te reciben en los hoteles con cetrería, en sus habitaciones están los mayores halcones ganadores de las canastas y de los banquillos. La Euroliga es muy de entrenadores: Spanoulis, Jasikevicius, Bartzokas y Ataman. Menudos pájaros.
Sarunas se enfrenta al Efecto García Reneses, llegar a muchas F4 y no ganar ninguna. La sencilla tarea de hacer de menos a entrenadores que cuentan con infinidad de títulos nacionales y viajes a la Final Four (recordemos los que no han podido llegar este año). El técnico lituano ya la ganó como jugador. Aun así, si Fenerbahçe no se va de aquí con la Copa, se le recordará otro año hasta mayo de 2026. Él mismo reconoce que en tres años ha reducido mucho su número de sistemas, que sus jugadores son más libres, que interviene menos.
He volado con los árbitros españoles designados para el evento. Tienen tanta preparación que ni siquiera cuando les nombras al Panathinaikos y su dueño hacen la finta de escapar por la salida de emergencia. En el basket del este de Europa hay personajes que hubieran mirado cara a cara a Gil, Lopera, Lendoiro o Gaspart en los 90. Imaginen que estos presidentes hubieran tenido las stories de Instagram a tiro de postpartido.
Olympiacos también trae presión. La A es que no gane el Panathinaikos. La B es que ellos se sacudan a Micic y a Llull, quienes que esta semana están soñando con esos lanzamientos que eliminaron al mejor baloncesto colectivo del este lustro. La C es que los hermanos armadores griegos han reforzado tanto al equipo que solo les vale el As de Oros. Si hay último tiro, lo lanzará Evan Fournier.
Y de fondo, el Mónaco con menos presión y la petición de su dueño de una plaza fija. Abu Dabi es en estos días zoco de rumores, de planes futuros y de fichajes. Hay un representante de jugadores por cada tres aficionados. Mi apuesta: hoy ganan Fenerbahçe y Olympiacos.