El último partido de cuartos de final había terminado hacía una media hora cuando el entrenador del Sevilla, Quique Sánchez Flores, salía a la sala de prensa con gesto serio. Su equipo había estado a punto de empatar un partido en el que habían “competido” al Atlético de Madrid.
Pero la cara de Quique no era por la oportunidad perdida. “No tengo ganas de hacer comentarios que tengan que ver con el fútbol. Estamos tremendamente disgustados y tristes con la noticia del fallecimiento de los aficionados del Sevilla. Me vais a perdonar, pero sólo quiero venir a rueda de prensa a dar el pésame de parte de los futbolistas, del cuerpo técnico, de los dirigentes, a los sevillistas por los aficionados que hemos perdido. Un día que teníamos que estar velando personas que venían a ver este partido… es muy triste jugar en estas condiciones”, comentaba el técnico.
Pese a la tristeza, homenajeada en un respetuosísimo minuto de silencio, los hispalenses plantaron cara a un Atlético de Madrid que venía de eliminar a su eterno rival en los octavos de final en un duelo a cara de perro. “El Sevilla se había cerrado muy bien. Todo plano y muy chato”, expresaba Diego Simeone al término del choque.
Apenas unas pocas ocasiones de gol en las que siempre estaba involucrado el mismo protagonista: Antoine Griezmann. Una pared que terminó en el penalti a favor del Atlético que el francés no pudo convertir por un desafortunado resbalón y una media chilena tras un gran pase de De Paul que casi se cuela por el ángulo de Nyland. Poco más.
Entonces, contra todo pronóstico, Simeone no sólo sustituyó al francés, que había sentido unos dolores en el entrenamiento de la víspera, también cambió a Morata en un movimiento de los de puerta grande o enfermería. “Convivimos con la realidad de la duda. Es importante hacer lo que uno siente. Correa y Memphis representaron lo que necesitaba el partido”, comentaba Simeone sobre su apuesta.
Los dos fabricaron el único gol del encuentro. El neerlandés no marcaba a un equipo de Primera División desde que hiciera el segundo en la goleada rojiblanca al Rayo en agosto (hizo dos al Lugo de Primera RFEF en los dieciseisavos de Copa). Pero aprovechó el gambeteo del argentino y su pase atrás para meter a su equipo en semifinales.
¿Despedida de Correa?
Lo hizo en el que podría ser el último partido con la rojiblanca de Ángel Correa tras 9 temporadas. Tentado por Arabia y cada vez con menos peso en el equipo, el argentino está con pie y medio fuera del Atlético de Madrid. “Lo queremos muchísimo todos. Se hace querer. Hablaba con él y todo lo que le suceda y decida, le acompañaremos porque nos ha dado el corazón”, concedía el Cholo y admitía la dificultad de su papel “saliendo siempre como revulsivo”.
Ese tanto metía al Atlético entre los cuatro mejores de la Copa del Rey junto con el Athletic de Bilbao, la Real Sociedad y el Mallorca. “El que nos toque sera un partido muy difícil”, comentó De Paul tras el duelo ante un Sevilla que “tiene menos puntos de los que debería” y admitió que la victoria ante el Madrid les dio una “inyección anímica muy grande”.
Polémica y VAR
Una inyección que podría haberse venido abajo si Gil Manzano hubiera mantenido su decisión en la que fue la última jugada del partido: una internada de Lamela que fue cortada por Barrios desde atrás. Penalti para el colegiado de campo hasta que Hernández Hernández, en la sala VOR, le llama porque considera que “Barrios toca balón”, según se pudo escuchar en los audios del VAR.
“Toca balón y lo otro ya es residual”, contesta entonces Gil Manzano frente a la pantalla de videorbitraje y concluye que “la disputa es totalmente limpia”. “A veces desde la juventud se piensa que tirar una pelota fuera queda feo, pero es mejor que correr riesgos innecesarios. Es joven y es bueno que no hubiera tenido consecuencias”, contó Simeone sobre la temeraria acción de su jugador.
El partido terminó inmediatamente después y coloca al Atlético “sin favoritismos”, según dicen desde el vestuario, en una buena posición para hacerse con la Copa del Rey, torneo que no ganan desde 2013 cuando vencieron al Madrid en el Bernabéu y en el que no alcanzan las semifinales desde 2017, en la que les elimina el FC Barcelona.