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Athletic 2 Valencia 2
Se adelantó con un tanto de Óscar De Marcos pero se vio remontado con los tantos de Fran Pérez y Hugo Duro. En el añadido, un testarazo de Alex Berenguer cerró el empate
Disculpen la osadía de un Valencia que siempre busca ganar porque no tiene mucho más que perder. Se plantó en la Catedral de San Mamés sin temores, osado, dispuesto a mirarse en el espejo de un Athletic que comprobó cómo tuvo que exprimirse hasta el último segundo del duelo para salvar un punto. A latigazos, sin escatimar esfuerzos, demostrando que ser valiente no es una huida hacia adelante sino una actitud que el vestuario de Rubén Baraja ha interiorizado como modo de supervivencia. Remontó un marcador esquivo con descaro, personalidad y la calidad de futbolistas en crecimiento, pero se le escapó una victoria por lo único que no tiene: picardía para manejar la zona cesarini. [Narración y estadísticas]
La propuesta del Athletic y del Valencia fue tan parecida que no tenía otro guion posible que no fuera un intercambio de golpes. De cada error nacía una contra que podía acabar siendo letal, ese fútbol directo que entretiene y enamora. La pausa en San Mamés no existía. Nadie sobaba el balón. Al contrario, volaba de área a área, por las orillas donde los Williams, más Iñaki que un gris Nico, ejercían de puñales rojiblancos mientras que el Valencia se encomendaba a la quinta de Baraja. De la sociedad Diego López–Fran Pérez nació la primera ocasión del partido con un centro que se paseó en paralelo a la línea de gol y que no pudo cazar Amallah en el segundo palo. Respondió el Athletic con otro de De Marcos al que no llegó Iñaki Williams.
Cortados por un mismo patrón, se asestaron tantos golpes rápidos que los porteros brillaron. Lo hizo Mamardashvili primero, volando para atajar un zurdazo de Iñaki desde la frontal del área y también estirando la pierna para atrapar el disparo a bocajarro en el mano a mano del delantero internacional por Ghana. También probó Sancet con un disparo alto desde la frontal.
Crecía el Athletic desde los extremos y hasta se aprovechaba de que el Valencia no encontraba la forma de rentabilizar sus carreras hacia el área. Si la idea de juego se parece, los bilbaínos son un equipo mucho más curtido. Eso le hizo adelantarse en el marcador. Amallah, el recurso que Baraja se ha inventado en banda para liberar al pícaro Diego López en el ataque, se olvidó de lo que Óscar De Marcos es un lateral con vocación ofensiva, no lo siguió y el capitán se plantó en la línea de fondo para recibir una asistencia con el exterior de Nico y sorprender con un disparo al palo corto y casi sin hueco a Mamardashvili.
No pierde este Valencia la fe ni el descaro y buscó irse al descanso en igualdad. Lo intentó Hugo Duro y casi lo consigue Amallah, a quien con la punta del pie en una estirar magistral le desvía el disparo Unai Simón.
Volvió del vestuario con fuerza el equipo de Ernesto Valverde y le tocó a Gayà, rápido al cruce, robarle el tanto a Guruceta cuando encaraba la meta valencianista. Lo buscó el Athletic de nuevo con un disparo a la media vuelta de Dani García en la frontal del área que salvó, otra vez, el guardameta georgiano para enviarla al larguero.
Cuando el partido parecía que se volcaba, volvió a girar. Hugo Duro bajó un saque en largo de portería y le regaló a Fran Pérez el gol del empate. Todo lo que el hijo del mítico Rufete falló hace una semana ante el Cádiz no le pesó y tuvo su debut goleador en el mejor escenario posible.
El Valencia era ahora el equipo que contragolpeaba con peligro. A la carrera, aflora su talento, como demostró Javi Guerra con un pase filtrado al punto de penalti para que Hugo Duro driblara a Unai Simón, pero el internacional se anticipó con otra mano salvadora. Esta vez ganó el duelo, el siguiente lo perdió. Se coló hasta la línea de fondo Fran Pérez a por un balón largo del ancla del Valencia, Pepelu, para poner un centro raso que Duro atacó para marcar su quinto gol en Liga esta temporada. La alegría le duró poco al delantero de Getafe, que en una mala caída se dañó el hombro y tuvo que salir del campo. Cruza los dedos el valencianismo para que la clavícula no esté dañada.
El Valencia veía cerca su primera victoria lejos de Mestalla y Baraja comenzó a protegerse ante la segura reacción del Athletic. Volvió a frenar Mamardashivili un testarazo de Iñaki y, ya en el añadido, contempló con alivio cómo se marchaba a la grada un disparo de Prados. Sin embargo, sus reflejos no afloraron cuando en el minuto 97 Berenguer cabeceó en sus narices un centro que Williams se sacó de la manga tras un caracoleo en el pico del área que nadie impidió.