La selección celebra la victoria ante Suecia.Pablo Garcia/RFEFRFEF/EFE
Nos hemos ganado el privilegio de soñar sin miedo a despertarnos. A cerrar los ojos y pensar en grande, porque ese es el camino que conduce a hacer realidad los deseos. Un camino que hemos atravesado por campos de tierra con piedras incorporadas, bar
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No pudo aguantar Ángel Correa las lágrimas en su "último partido en casa con esta camiseta que tanto amo", según escribió en redes sociales. Dos de los capitanes, Koke y Giménez, acompañaron al argentino en la parte final del paseíllo, que realizó con una zamarra conmemorativa regalada por sus compañeros, tras la victoria ante el Betis. Correa, además, marcó el último gol del duelo.
El rojiblanco quiso poner fin a diez años como futbolista del Atlético, 448 partidos oficiales y 85 goles. Pero en las oficinas se mostraron sorprendidos de la actitud de un jugador que tiene contrato hasta 2026. "Ningún club se ha puesto en contacto con nuestra entidad para iniciar negociaciones para un posible traspaso de nuestro delantero, ni su representante nos ha trasladado ninguna oferta", escribieron en un comunicado.
Correa, el jugador número 18 en minutos de la plantilla con 1.339', era uno de los nombres que supuestamente abandonarían el club a final de temporada. Su destino: el Tigres de la Liga mexicana, pero el Atlético no va a regalarlo. Axel Witsel, futbolista que también salió en los últimos minutos del encuentro del Metropolitano en un cambio que sonó a despedida, era otro. Más candidatos a salir de la disciplina rojiblanca son Nahuel Molina, con menos protagonismo que otros cursos, y Lemar y Riquelme, casi inéditos.
Falta saber qué pasará con Reinildo, cuyo contrato expiraba el 30 de junio esta temporada pero que se prorrogó para poder jugar el Mundial de Clubes, y qué hará el club con los cedidos Lenglet y Musso. El nivel mostrado por el francés cuando entró en el once titular puede motivar al club a negociar con el Barcelona un posible traspaso. Además, volverá Saúl de la cesión en Sevilla y se tendrá que decidir también qué hacer con su alto salario.
Uno que tuvo muchas papeletas para abandonar el club el verano pasado, al menos como cedido, fue el hijo de Simeone, pero el Cholito se ha convertido en un imprescindible junto a Barrios, Llorente y, cómo no, Julián Álvarez. La obsesión de Carlos Bucero, director de Fútbol rojiblanco, es acompañar bien al delantero argentino el año próximo, toda vez que, aunque Griezmann se quede, según ha manifestado, parece que su protagonismo va a decrecer en la plantilla como le ha ocurrido a Koke este año.
El club espera aligerar su masa salarial en torno a 55 millones con las salidas y las renegociaciones de contratos como el de Saúl, Griezmann, Koke o Giménez para intentar acometer otra renovación de plantilla del nivel del año pasado en el que llegaron futbolistas imprescindibles en el sistema del Cholo como Julián y Le Normand y útiles como Gallagher.
Hay varios puestos a reforzar para este mercado de verano de doble ventana tras la extra abierta por el Mundial de Clubes. Así, un mejor acompañante para Julián Álvarez, el cinco que lleva años pidiendo Simeone y, quizás, algún defensor más que suba el nivel de una línea básica para el Cholo será lo mínimo que deba afrontar el club. No obstante, la salida de Witsel y quizás también la de Azpilicueta obligue a que sean dos las incorporaciones para la defensa.
Baena, el deseado
Baena golpea un balón en La Cerámica.ANDREU ESTEBANEFE
Ya son varios meses los que se lleva filtrando el nombre de Álex Baena en el entorno rojiblanco. Su cifra: 50 millones de euros, importe algo menor que su cláusula. El CEO del Villarreal, Fernando Roig Nogueroles, ha salido al paso de los rumores con ambiguas palabras: "Los jugadores cuando están en el Villarreal están contentos y no se quieren ir. Si quieren salir es porque van a mejorar mucho económicamente o a proyectos top europeos".
El último cinco que se relaciona con el Atlético es el del centrocampista del Betis, Johnny Cardoso. Son 23 años los del futbolista estadounidense que podría llegar por la necesidad del Betis de realizar alguna venta para cuadrar las cuentas, pero deben los rojiblancos que pelearse con el Tottenham, que tienen opción preferente sobre un futbolista de pasaporte italiano por lo que no ocuparía plaza de extracomunitario.
En el Tottenham milita el favorito para la línea defensiva del Atlético. El argentino Cuti Romero dicen que no para de recibir llamadas del Cholo para convencerle. Pero, como cada año, en las oficinas tienen claro que para entrar hay que dejar salir y en la puerta hay muchos candidatos. El objetivo: seguir acercándose a los transatlánticos Barça y Real Madrid.
Es verano y en la playa de Castro Urdiales, tan amplia, tan larga, un chaval corre, corre y corre con una colchoneta bajo el brazo cuando de repente se arrebata: la lanza delante y se tira encima sin parar siquiera. ¿Se ha vuelto loco? No. Es uno de los mejores pilotos de skeleton del mundo y, de alguna manera, como puede, está entrenando.
«Estoy intentando poner un raíl en la pista de atletismo de Castro, pero mientras utilizo un trineo con ruedas de patines o me invento cosas, como tirarme a la colchoneta en la playa. También hago visualizaciones tirado boca abajo en el sofá. No somos un país de hielo, hay que echarle imaginación», reconoce Adrián Rodríguez, que entre el jueves y el viernes disputó su tercer Mundial y acabó vigésimo tercero, la segunda mejor posición de un español, sólo por detrás del vigésimo puesto de Ander Mirambell en 2017. El año próximo, de hecho, Rodríguez debería seguir los pasos de Mirambell como olímpico en los Juegos de Milán-Cortina d'Ampezzo.
Mirambell, Mirambell, Mirambell; él se inventó el skeleton en España, él lo organizó todo y ahí sigue, haciéndolo crecer, como entrenador. Hace ya más de seis años, Mirambell organizó un casting para buscar pilotos y apareció Rodríguez, aún no sabe muy bien por qué.
"Conocía el skeleton por la Wii"
«Desde pequeño había hecho atletismo: al principio crosses, luego triple salto y finalmente, a partir de los 16 años, velocidad. Llegué a dos finales del Campeonato de España de 200 metros [su mejor tiempo, 21.45 segundos]. Un día me llegó un mensaje por Whatsapp de mi club de atletismo con una noticia del Marca que decía que la Federación Española buscaba nuevos pilotos de skeleton. Yo sólo conocía el skeleton por la Nintendo Wii. Pinché, vi que cumplía los requisitos y me presenté. Ahora estoy en mi sexta temporada», recuerda Rodríguez, de 28 años, que ha tenido compañía en el último Mundial: Clara Aznar, de sólo 18 años, debutó con un vigésimo séptimo puesto.
¿Recuerda su primera bajada de skeleton?
Perfectamente. Tuve la suerte de debutar en Sankt Moritz, que es la cuna de este deporte, una pista de hielo natural. Sin correr, me tumbé en el trineo y Ander me empujó hacia abajo. Pasé muchos nervios, pero me enamoré de la sensación de velocidad, de la adrenalina.
Una dura caída hace un año
Desde aquel día, Rodríguez ha ido mejorando en el skeleton, pero hace justo un año, en el Europeo de Europa de Sigulda, en Letonia, vivió el susto de su vida. Su trineo no giró en la salida de la curva 11 y salió volando a más de 110 km/h. «No esperaba ningún problema justo en esa curva, pero toqué el techo, fue un susto muy grande. Por suerte no me rompí nada», rememora quien también trabaja como profesor de Ciencias de la Actividad Física de la Universidad Europea del Atlántico en Santander, que reconoce que España todavía está muy lejos de optar a las medallas en skeleton.
La Federación Española de Deportes de Hielo está potenciando la especialidad, pero faltan sponsors y, por supuesto, instalaciones. El mayor éxito fue la creación hace dos años una pista de arranque de skeleton en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, donde Rodríguez entrena como mínimo una vez al mes. Pero imaginar un circuito en los Pirineos o en Sierra Nevada es utópico.
«Hemos mejorado porque cuando Ander empezó no había nada, pero todavía falta. Es muy difícil competir con países que viajan con ingenieros mientras los españoles ajustamos las tuercas nosotros mismos. También el trineo, la variedad de cuchillas... piensa que los mejores entrenan en túneles de viento, como en la Fórmula 1 o en MotoGP. Estamos muy lejos de eso», reclama Rodríguez que a su vez cuenta con algo que envidian alemanes, suizos, austriacos o canadienses, es decir, los mejores de su disciplina. «Alucinan cuando me ven en Instagram entrenando en la playa», finaliza.
Hace dos años, a principios de 2023, fue señalado por el dedo divino de Roger Federer. On, la marca deportiva que el suizo apadrina desde sus inicios, decidió abrirse al tenis, crear una línea, empezar a patrocinar a jugadores y escogió sólo a tres. La polaca Iga Swiatek, actual número dos del ranking WTA; el estadounidense Ben Shelton, ya entonces en el Top 20 del ranking mundial; y un adolescente brasileño desconocido llamado Joao Fonseca. Aún no había ganado nada, acababa de debutar en ATP con una derrota en el ATP 500 de Río de Janeiro, pero ya le ofrecieron un contrato multianual que incluía, por ejemplo, el sueldo de un fisioterapeuta personal para que viajara con él a los torneos. Ahora Fonseca es a sus 18 años el nuevo fenómeno del tenis mundial.
Este jueves cayó en segunda ronda del Open de Australia ante Lorenzo Sonego en un partidazo a cinco sets, por 6-7(6), 6-3, 6-1, 3-6 y 6-3, pero su juego -con victoria en primera ronda ante Andrei Rublev en tres sets- evidenció que pronto peleará por los títulos en los mejores torneos. De hecho, él mismo admitió tras la derrota que le había podido la presión: «La gente está hablando sobre mí y estaba más nervioso. Me ha faltado experiencia».
Detrás de Sinner y Alcaraz
Fonseca es lo que el tenis espera del futuro. En un mundo sin el Big Three, retirados ya Federer y Rafa Nadal y a la espera de Novak Djokovic, sólo Carlos Alcaraz y Jannik Sinner han mostrado el atractivo que exige el público y detrás de ellos faltan nombres. Si la época anterior contó con Andy Murray, Stan Wawrinka, Juan Martín del Potro e incluso David Ferrer o Tomas Berdych, ¿Ahora quién? Hoy están Alexander Zverev o Taylor Fritz, pero ninguno despierta la ilusión de Fonseca.
«Va a estar ahí. Sólo es el principio de año, pero vamos a poner su nombre en la lista de los mejores del mundo muy pronto. Su victoria ante Rublev es impresionante. Debemos tener cuidado con él», analizó el propio Alcaraz, para quien el peligro de Fonseca es doble. Porque el juego del brasileño recuerda al de Sinner. Más bajo, pero más fuerte, el brasileño saca con potencia y pega especialmente plano, con una violencia que sólo se entiende al observar el extenso movimiento de su derecha. Ante Rublev firmó el golpe ganador más rápido de todo el Open de Australia, a 181 kilómetros/hora.
Familia rica, ascenso lento
Nacido y criado en Río de Janeiro, empezó a jugar al tenis en el Country Club, el club más exclusivo de la ciudad, en el que ya entrenaba por ocio su padre, Christiano Fonseca, fundador de IP Capital Partners, el primer gestor de fondos independiente de Brasil. Desde pequeño Fonseca destacó en todo, en fútbol, en judo, en jiu jitsu y hasta recibía clases de yoga, pero a los 12 años se decantó por el tenis después de recibir la invitación de la academia de Guilherme Teixeira, su actual entrenador. No fue una estrella precoz, nada se sabía de él a nivel internacional -de hecho, no estuvo en el Petits As, el Mundial sub-14 oficioso-, pero en 2023 apareció deslumbrante.
Después de firmar con On, ganó el US Open junior de aquel año, se colocó como número uno del mundo junior, rechazó una oferta de la Universidad de Virginia y saltó al profesionalismo. El año pasado ganó las Next Generation ATP Finals a Arthur Fils, Alex Michelsen o Jakub Mensik, jóvenes que ya están en el Top 50 de la lista mundial, y se confirmó como la gran promesa de su generación. Tras su éxito en el Open de Australia y de su 'boom' mediático, que le ha llevado a contratar la misma responsable de comunicación que ya tuvo Gustavo Kuerten, el último gran tenista brasileño, en los próximos meses Fonseca debe evolucionar para llegar a donde quiere llegar. «Quiero vivir jugando contra los Top 50. Tengo ganas de entrar entre los 100 mejores [lo hará el próximo lunes], de ganarme mi sitio, de seguir trabajando para mejorar. Mi sueño es ser número del mundo», finalizaba Fonseca. El dedo divino de Roger Federer tenía razón.