La última vez que Carlos Alcaraz estuvo sobre una pista de tenis arrastraba el desengaño, la confusión, incluso el desánimo: perdía ante David Gofffin en su debut en el Masters 1000 de Miami y no entendía por qué, otra vez. En los meses anteriores, también ante rivales inesperados -Jack Draper, Jiri Lehecka, Ugo Humbert, Tomas Machac, Botic van de Zandschulp o Gael Monfils-, ya había sufrido derrotas y emociones parecidas. La alegría del último verano idílico hoy es sólo un recuerdo. Ahora el español, a sus 21 años y con sus cuatro trofeos de Grand Slam, está en la encrucijada que decidirá su carrera: ¿Será siempre así o es algo pasajero?
Desde los Juegos Olímpicos de París, Alcaraz ha sumado sólo dos trofeos menores, los ATP 500 de Pekín y Rotterdam, y 11 tropiezos para componer una suerte de crisis. Una mala racha, como mínimo. No es grave, nada grave, pero genera dudas. Este domingo empieza el Masters 1000 de Montecarlo y la consiguiente gira de tierra batida y resulta imposible saber cuáles de sus versiones podrá verse. Quizá sea el dominador que fue en los últimos Roland Garros y Wimbledon o quizá vuelva a entremezclar maravillas con decepciones. Nadie lo sabe. Ni los mayores en el tenis coinciden sobre qué pasará.
"Cuando lo consiga, será más regular"
"No creo que esté en un momento de crisis. Está claro que no está jugando su mejor tenis, pero a su edad me parece algo lógico, propio del aprendizaje. Para mí, su problema es la selección de golpes. Más allá de cualquier aspecto técnico, debe mejorar la táctica, saber qué tiro utilizar en cada ocasión. Cuando lo consiga, será más regular, sufrirá menos sustos", analiza Tim Henman, ex número cuatro del mundo, en conversación con varios medios internacionales, entre ellos EL MUNDO, a través de Eurosport y Max, los canales que ofrecerán el próximo Roland Garros.
Según el británico, que llegó a semifinales en el Roland Garros de los argentinos en 2004, entre Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roma, es decir, en los próximos torneos, Alcaraz será más consistente y sumará más de un título: "Es la oportunidad perfecta para responder a las últimas derrotas y jugar mejor". Pero otros no opinan como él.
"A veces hará milagros, a veces perderá"
"Alcaraz pasará por estas inconsistencias en toda su carrera. A veces hará milagros y a veces perderá el partido", asegura Mats Wilander, ex número uno y ganador de siete Grand Slam, también analista de Eurosport y Max. El sueco pone como ejemplo la derrota ante Draper en las semifinales del Masters 1000 de Indian Wells, cuando regaló el primer set, deslumbró en el segundo y acabó cediendo el tercero: "Es muy extraño perder así. Perder no es un gran problema, es normal, pero es difícil ver a un número uno perder un set así, remontar y al final caer. Hay que remontarse a la época de Agassi, que brillaba en un Grand Slam y luego caía en primera ronda, para recordar un caso similar".
"Cuando pasa por una mala racha, su entrenador, Juan Carlos Ferrero, se tiene que plantear: ¿Qué hacemos ahora? Es difícil porque Alcaraz juega como juega Alcaraz y si cambia de táctica puede no funcionarle. Personalmente espero que no juegue de otra manera porque así es muy divertido, pero es inconsistente", finaliza Wilander que, pese a todo, también cree que el español brillará sobre arcilla.
Vacaciones en la Riviera Maya
Al fin y al cabo, es la superficie que mejor se adapta a su tenis y donde cuenta con más margen de error, sobre todo en Roland Garros a cinco sets. El año pasado, su gira fue incompleta, con la ausencia en Montecarlo, Barcelona y Roma y el tropiezo temprano en Madrid, y por eso ahora está ante una oportunidad. Antes de llegar a París podría sumar hasta 2.375 puntos en el ránking ATP, acercarse al segundo puesto de Alexander Zverev y asegurarse un cuadro más amable en el Grand Slam. Además, claro, tiene la oportunidad de aumentar su palmarés en los torneos Masters 1000, una categoría donde sólo ha mandado cinco veces, pese a sus cuatro grandes.
Durante esta semana, antes de viajar ayer a Montecarlo, Alcaraz se ha entrenado junto a Ferrero en las pistas del Real Murcia Club de Tenis, después de pasar nueve días de vacaciones con su familia en la Riviera Maya mexicana. La pronta eliminación del español en Miami le permitió adelantar una desconexión en el resort St. Regis Kanai, que ya tenía programada, con el objetivo de llegar más fresco a los próximos torneos. Ahora, ya descansado, debe abordar la encrucijada que decidirá su carrera: ¿Será siempre así o es algo pasajero?