Jannik Sinner redujo este martes a Novak Djokovic, ‘Maestro’ y número uno, en las Finales ATP que se celebran en Turín con un marcador de 7-5 y 6-7 (5) y 7-6 (2), tras más de tres horas de intensa batalla que se decidieron en un ‘tie-break’ en el que el italiano arrasó por 7-2, un momento histórico para el tenis italiano.
La joven promesa es el primer italiano en ganar dos partidos en la Copa de Maestros y no pudo hacerlo de una manera más épica, aguantando la reacción de Djokovic en el segundo set y con un empujón final en el último suspiro que le dio la victoria, aunque la clasificación se decidirá en la última jornada.
El plato fuerte del Grupo Verde, después del decepcionante enfrentamiento entre Stefanos Tsitsipas y Holger Rune, condicionado por la lesión del griego a los 17 minutos del partido por molestias en la espalda, enfrentó a dos ídolos de masas en Italia. En esta ocasión, por primera vez en mucho tiempo, ‘Nole’, enfrentado con los asistentes en varios momentos con gestos irónicos, no gozó del cariño al que acostumbra en tierras transalpinas.
Y es que Turín, como no podía ser de otra manera, tiene claro su favorito, un Sinner que necesitaba ganar en dos sets para clasificarse a las semifinales, tarea difícil ante el número uno del mundo, que no perdía desde la final de Wimbledon contra Carlos Alcaraz, encadenando 19 victorias seguidas, y al que solo le bastaba con ganar para acceder a las semis del título en el que defiende todos los puntos y en el que busca coronarse por séptima vez, superando a Roger Federer.
El arranque de Sinner
Era la cuarta vez que se encontraban en su carrera de manera oficial -todas con victoria del serbio-, pero la primera vez bajo techo y en una de las pistas más rápidas del circuito. Los primeros servicios fueron claves, hubo hasta 35 directos, pero la batalla, igualada desde el inicio, se decidió por detalles, por los estados de ánimo en los que transitó durante la agitada contienda.
El primer set fue un constante intercambio de golpes, un aviso de lo que sería el partido en general, que cayó del lado de un Sinner que, en volandas gracias al apoyo del Pala Alpitour, creyó más en sí mismo, confió más y estuvo más acertado en los momentos determinantes con golpes que hicieron enloquecer al público, encantado con el nivel exhibido en pista.
Sinner salvó la primera bola de ‘break’ en el sexto juego para poner el empate a 3 en el marcador. Le devolvió la presión a Djokovic rápido, en el siguiente juego, y el serbio respondió salvando otra para poner el 4-3. Se mantenían los saques, pero la sensación era que el italiano estaba empezando a crecer.
Ya con 5-5, Sinner acabó por erigirse como el dueño del envite. Djokovic se puso con 40-0 de ventaja con saque, pero rugió el italiano para una remontada espectacular, agresiva, que culminó con un ‘break’ precioso para ponerse por delante, con saque a su favor, y cerrar un set que no se le escapó con un juego en blanco.
Estaba mejor Sinner, confiado en sus posibilidades, jugando bolas al límite con precisión, agotando a un Djokovic superado en ese momento, serio, contra las cuerdas.
La reacción de Djokovic
Pero Djokovic no deja de ser Djokovic y, en el segundo set, empezó fuerte, con la autoridad que le otorga ser el jugador más experimentado y el número uno actual. No se dejó ir Sinner, mantuvo el ritmo, la concentración y resistió las acometidas del serbio en otra manga igual de igualada que la primera, pero con el serbio acertadísimo en el resto. Sonrió ‘Nole’, volvió a entrar en el partido tras el final del primer set en el que acabó enfadado, disgustado por no haber podido agenciárselo.
Recibió un masaje cervical pero continuó sin problemas con una batalla muy parecida a la del primer set, pero en la que no hubo opciones de ‘break’, aunque sí un nuevo nivel de tenis estratosférico por parte de ambos que lo condujo inevitablemente al ‘tie-break’.
Un resto espectacular del italiano le puso por delante en el primer saque del serbio. El Pala Alpitour coreaba su nombre, mientras él, concentrado, se preparaba para sus dos saques. Confirmó la rotura con su primer saque, pero erró en el segundo (2-1). Falló también Djokovic en la red, pero se recompuso con un punto perfecto para mantener el empate a 3. Igualdad máxima.
Dos ‘breaks’ mantuvieron el empate a 4 en la batalla, pero una rotura de ‘Nole’ de dejó con dos bolas de set que no desaprovechó para mantenerse vivo.
Y de nuevo un set largo, también igualado, sin aparentes grietas en el juego de ninguno, aunque con Djokovic ahora más convencido y Sinner más apagado, consciente de que había dejado convida al mejor en esto, a uno de los únicos que necesitan lo mínimo para sobrevivir y darle la vuelta a la situación.
El desenlace
Sin embargo, fue decirle su entrenador desde la grada que cambiara la energía para que volviera a ponerse las pilas. Algo cambió en Sinner y funcionó, porque se colocó 40-15 en el saque de Djokovic, dos bolas de ‘break’ tras un set completo sin ellas, una ocasión que no dejó escapar para colocar el 4-2 en el marcador y disponer de su saque.
Turín era ya una caldera, pero no pudo celebrar la confirmación de la rotura porque Djokovic volvió a responder con otro ‘break’. La igualdad se mantuvo, los reproches hacia Djokovic por parte del público italiano también, esos a los que llegó a responder como si de música para sus oídos se tratara, con un baile irónico. El partido tuvo que decidirse con un ‘tie-break’.
Se colocó 3-0 Sinner tras dos roturas. Turín volvió a corear su nombre, le veía como ganador. Se puso 5-0 con saque a favor y no lo dejó escapar el italiano. Redujo al ‘Maestro’ y dejó todo abierto para acceder a semifinales en una última jornada que se antoja de infarto y en la que puede que tenga que sea necesaria la calculadora.