El jefe del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha defendido este martes ante el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos al Mundial de Fútbol de 2030 tras la polémica provocada por el caso del ya expresidente de la Federación Española Luis Rubiales.
La reunión se ha celebrado en Nueva York, donde ambos han coincidido y en donde el presidente del Gobierno participa en diversos eventos con motivo del inicio del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea de la ONU.
Junto a unas fotos de ambos en la reunión, Sánchez ha escrito en un mensaje en X (antes Twitter) que “España está trabajando con Portugal y Marruecos en una candidatura sólida para el Mundial 2030 con un proyecto ambicioso”.
“Y lo hacemos con una idea clara: el fútbol es un deporte de alcance global que puede transmitir valores”, ha añadido.
La reunión se ha celebrado tras la polémica provocada por la actitud de Rubiales en el partido de la final del Mundial de fútbol femenino que conquistó España, quien besó en la boca a la jugadora Jenni Hermoso.
Unos hechos tras los que Infantino dijo que “no debería haber ocurrido nunca”.
Desde el Gobierno se ha venido asegurando que ese caso no debe afectar a la candidatura conjunta al Mundial de 2030, y Sánchez consideró ante lo sucedido que lo que es la Marca España quedó patente en la reacción ejemplar de las jugadoras de la selección de fútbol y la reacción espectacular de la sociedad española.
28 actos racistas, 108 agresiones a policías o a vigilantes de la autoridad, 775 altercados. Es un somero resumen de los 1.667 incidentes que se registraron en la temporada 2021/22, la última de la que ha recogido datos la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.
Lo terrible de estos números es que suponen un aumento de un 38,4% de la última temporada comparable, ya que la anterior fue la de la pandemia. En la 2018/19 hubo 'sólo' 1.204 incidentes. Hay un factor en cambio que se mantiene constante en la violencia y el racismo de esta comparativa: se trata de circunstancias que se producen en el fútbol masculino.
"Es muy sencillo, ¿cuántos presos son hombres y cuántos mujeres? Es un tema hormonal, los hombres son más violentos y las mujeres, no tanto", diferencia Joan Caballero, Analista del Centro de Estudios e Iniciativas sobre Discriminación y Violencia en el Deporte.
"No tenemos la vida solucionada"
La psicóloga deportiva, Lorena Cos, distingue también que el fútbol masculino cuenta con un entorno más "numeroso, apasionado e impulsivo", pero puntualiza que "hay mujeres agresivas y gritonas y hombres más calmados". "No es tanto el género sino la cultura deportiva, las normas, la rivalidad...", enumera. La diferencia con el femenino es tal que la propia Comisión no registra datos de incidentes al tener una incidencia tan baja.
No obstante, es Andrea Esteban, ex futbolista y hoy entrenadora del Alavés, la que conoce de primera mano lo que les pasa por la cabeza no sólo a las jugadoras y a las técnicos, también al entorno del fútbol femenino en general. "Nosotras no tenemos la vida solucionada. De hecho, sería más sencilla fuera del fútbol", cuenta.
La de Andrea, desde luego. No sólo tuvo que lidiar con los habituales "marimacho" con menos de 14 años, cuando disputaba partidos donde ella era la única chica, sino que con 23 ya había pasado cinco veces por el quirófano para reparar su ligamento cruzado. Si el fútbol femenino ya es una cuesta arriba, la de Andrea fue el Tourmalet. Afortunadamente, se recolocó dentro del mundillo y hoy sigue viviendo del fútbol, aunque desde el banquillo.
Aficionados del Barça festejan el título de Liga.EFE
Andrea habla de "transparencia y cercanía" entre las futbolistas y los seguidores. "La mayoría compite y estudia o compite y trabaja. Ellas son un ejemplo para el público y consiguen que ese apoyo sea incondicional", explica la entrenadora, que conoce el tipo de aficionado que acude a los partidos de fútbol femenino desde el fútbol base hasta profesionales.
Tanto Andrea como Lorena y Joan hablan de un público "diferente". Lo califican como más "famliar" y "agradable". "Es un entorno más sano porque no está movido por ese show", dispara Esteban. Y así se resalta en la campaña Learn from womens football (Aprende del fútbol femenino) realizada por la plataforma Héroes de Hoy. "El deporte debería ser un vehículo de unión y valores, no de violencia. Con Learn from womens football queremos señalar no solo este problema, sino también ofrecer esperanza y reflejar lo que el fútbol masculino puede aprender del femenino", afirma Alejandro Lavezzolo, portavoz de la plataforma.
Base para el futuro
Joan Caballero recuerda que en el fútbol masculino hay 'dracas' (quedadas para pegarse), apuñalamientos, batallas campales (como la de Sevilla en la final de la Copa del Rey) y demás actos violentos que no aparecen en el femenino y considera que, por mucho que crezca, eso no tiene porqué producirse si se parte de una base donde no se toleren conductas violentas o símbolos que promuevan la intolerancia.
Alexia disputa un balón con la nazarí Esther.EFE
Y es cierto que el femenino, como dice Andrea Esteban, ha pasado del amateurismo al profesionalismo en los últimos años. Las niñas ya tienen referentes de su propio género como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí. Las rivalidades provienen del masculino y se pueden atisbar en las previas y los posts de algunos Real Madrid - Barcelona, pero nunca son tan intensas como las de los equipos de LaLiga EA Sports.
Así, quizás el espejo del fútbol femenino sea el perfecto para los aficionados del masculino. Unos aficionados que aprendan a gestionar mejor las emociones, como dice Cos, cuyo comportamiento se base más en el deporte y sus valores según pide Joan y, sobre todo, como sentencia Esteban: "Tenemos la oportunidad de ser tajantes desde el fútbol base para cortar esos comportamientos y mantener los valores de respeto, compromiso y exigencia".
El fútbol femenino español duerme desde ayer como campeón de la Liga de Naciones, del Mundial absoluto, sub'20 y sub'17, del Europeo sub'19 y como subcampeón de la Euro sub'17. Es decir, el fútbol femenino español duerme como el mejor país del mundo en su deporte. En estos días en La Cartuja de Sevilla, el equipo de Montse Tomé se divirtió en las semifinales (3-0 a Países Bajos) y abusó de Francia en la final (2-0) para confirmar, por si hacía falta, su trono global.
La selección nunca había sido capaz de vencer al combinado galo. Ni una victoria en 40 años. 10 derrotas y 3 empates en 13 enfrentamientos. Unos datos que hablan a la perfección de la explosión extraordinaria que ha vivido el fútbol nacional en los últimos años. Lejos queda aquella Copa del Mundo de 2019, donde se consiguió el primer triunfo en un Mundial y se perdió contra Estados Unidos en octavos sin saber muy bien cómo competirles. Cinco años después, los resultados hablan de la superioridad española, intratable ante una Francia que no había perdido en la Liga de Naciones y que sólo había recibido dos goles.
La selección ha pasado del puesto 13 en el ranking FIFA al 1 actual, y pelearán en los Juegos Olímpicos de París por su primera medalla de oro. Serán las favoritas y el público está con ellas. En La Cartuja se vivió un nuevo récord de asistencia a un partido de la selección en España: 32.657 espectadores.
El partido dejó una actuación colosal de Aitana Bonmatí, MVP, actual Balón de Oro y autora del primer tanto de la final. A su lado, Jenni Hermoso, reconvertida a centrocampista en el tramo final de su carrera después de sus años como gran goleadora del país. Ambas dirigieron el juego español, con la imponente Salma Paralluelo como mecha final y con dos cuchillos en las bandas: Olga Carmona y Athenea. De sus botas salieron los dos pases de gol para Aitana y Mariona que sentenciaron a Francia y entregaron a la selección el segundo título absoluto de su historia. El segundo de manera consecutiva.
"Hemos llegado aquí para quedarnos"
El segundo, también, en los seis meses que le han dado la vuelta a la Federación Española. El beso de Rubiales a Hermoso después de la final del Mundial desencadenó una de las crisis más importantes en la historia de la RFEF, pero medio año más tarde, con una jefa diferente en el banquillo, con otro presidente y con muchos cambios, España fue de nuevo campeona.
«Este equipo no tiene techo, lo venimos demostrando», admitió Aitana, que valoró el duelo: «En la primera parte tuvimos algunas imprecisiones pero en la segunda mejoramos con balón, hemos manejado bien a Francia», unas declaraciones que compartió también Mariona Caldentey: «Sí, un poco imprecisas con balón, pero es una final, hemos sido eficaces arriba y justas ganadoras», explicó, y envió un mensaje: «Hemos llegado aquí para quedarnos. Vamos a seguir luchando y a conseguir más títulos».
Sobre el césped, Montse Tomé elogiaba a sus futbolistas: «Tenemos muchas jugadoras con muchas ganas de estar aquí», confesó, en clara referencia a las sombras de los últimos meses. «Me siento con ganas desde el primer día, vamos a sacar rendimiento al potencial que tienen las jugadoras», prometió, con respecto a los Juegos Olímpicos de París. No hay dos (títulos) sin tres.