Sao Paulo es caótica, su área metropolitana ha crecido hasta los 23 millones de habitantes, el tráfico es intenso y el camino hacia el barrio de Morumbí se alarga casi dos horas desde el aeropuerto. Ahí, en mitad de ‘la colina verde’ y tras varios controles de seguridad, aparece una puerta encajada en un muro de cuatro metros. Al entrar, aparecen unas escaleras de piedra que conducen al porche principal, donde suena una voz: «¡Bienvenido! ¿Cómo estás?». Es lunes por la mañana y Ronaldo Nazario (Itaguaí, 1976) sonríe como si fuera sábado. Esta semana recibirá celebra la gana benéfica y un torneo solidario con decenas de amigos para su fundación Fenómenosy está contento.
Lleva una camiseta de deporte y un pantalón corto que deja ver las dos grandes cicatrices que se dibujan en vertical sobre sus rodillas, pero las fotos le obligan a cambiarse a algo más formal. «Nunca me han gustado estas sesiones», bromea. «A ella se le dan mucho mejor». Ella es Celina Locks, modelo, empresaria, presidenta de la fundación y mujer del brasileño. «Nuestra casa es vuestra casa», nos insiste. Ambos se sientan con este periódico para explicar el fenómeno detrás de O Fenómeno.
- El apodo ‘Fenómeno’ no le gustaba mucho al principio, ¿no?
- No… Como jugador era una presión innecesaria en la vida. Pero poco a poco me fui acostumbrando y lo fui aceptando de alguna manera. Si era así como la gente me veía, pues no podía hacer nada para rechazarlo. No podía rechazar lo que la gente veía de mí. Al principio fue duro, no me gustaba, pero me acostumbré.
- ¿Cómo recuerda su infancia?
- Yo tenía un único sueño, que era ser jugador de fútbol, y desde niño lo peleé. Todos los regalos que tenía siempre eran balones. Era lo que siempre pedía. Y es algo que me ha influido mucho en lo que estoy haciendo ahora. Yo de pequeño quería una oportunidad y ahora queremos es asegurarnos que las oportunidades lleguen a las personas correctas.
- Su madre decía que usted le pertenecía más a la gente que a ella.
- Sí. Viene del fútbol y de la exposición que te da. La gente se apropia de tu calidad, de tu forma de jugar, de tu manera de ser… Tiene un poder muy grande en la sociedad, pero creo que es algo que entendí desde siempre. Que el ejemplo que debía dar tenía que ser positivo para seguir inspirando a la gente.
- ¿Qué trabajo hacen en la Fundación?
- Cumple 15 años ahora y es algo que yo tenía pensado para cuando dejara el fútbol. Crear una fundación e intentar devolver un poco todas las oportunidades que recibí en mi vida, ofreciendo eso a muchos jóvenes talentos que tenemos en Brasil y que por diversos problemas en los barrios y comunidades pues no tienen la oportunidad que se merecen. Hemos ido creciendo año a año, con mucho trabajo y no siempre ha sido fácil. Llevábamos diez años con déficit, apostando cada año, y desde hace cinco años que está Celina como presidenta estamos en positivo. Cada año creciendo y dando más oportunidades.
“No soy ni tan bueno ni tan malo como la gente dice”
- Va al Mundial y a Europa con 17 años y en el 98, con sólo 21, tiene la presión del país encima en Francia… Ahora que se habla tanto de salud mental, ¿cómo lo vivió usted?
- Creo que es algo importantísimo. Me hubiera gustado tener ayuda cuando era más joven, porque de verdad que llegas tan pronto a ser profesional y la necesitas. En ese sentido el mundo está cambiando, estamos hablando mucho de ello y quiere decir que estamos preocupados y concienciados. Hay momentos de muchísima presión.
- ¿Nunca perdió la sonrisa?
- Absolutamente no. Nunca. Creo que la sonrisa es parte de mi personalidad. He sido muy afortunado de tener tantas oportunidades. Obviamente he luchado y he trabajado mucho para merecerlas y para ganarme mi lugar en el mundo.
- ¿Quién le ha entendido mejor en su carrera?
- Yo siempre he buscado un equilibrio en mi vida, en mis relaciones, en mi trabajo, en mi familia… Un equilibrio entre lo que hago, lo que soy y lo que quiero hacer. Creo que he aprendido mucho en el deporte, y desde el deporte he construido esa filosofía de vida. No soy tan bueno como la gente dice, ni tan malo como algunos también dicen. Busco el equilibrio.
- P. ¿Ve muchas veces las imágenes de su lesión?
- Cuando me las enseñan las veo, pero no me gustan mucho. Me dan ansiedad. ¿Pero sabes qué? Las lesiones me han enseñado mucho, de verdad. No cambiaría ningún capítulo de mi vida, para nada. Creo que con las lesiones me hice mucho mejor hombre, mucho mejor padre, mucho mejor hijo, mucho mejor amigo… Mucho mejor en todos los sentidos. Quizás no como futbolista, porque eran lesiones muy duras y muy graves, pero en el resto de aspectos mejoré muchísimo.
“En casa es Ronaldo, no ‘O Fenómeno'”
A su lado, Celina escucha con atención mientras uno de los cinco border collie que tienen juegan a su alrededor. Se casaron en 2023 tras siete años de relación, un tiempo que ha coincidido con el mando de Ronaldo en el Cruzeiro y en el Valladolid, equipos que decidió vender el año pasado para volver a la calma de su casa en Brasil. «En casa es Ronaldo, no O Fenómeno», bromea Celina. «Aquí manda ella», responde él con una sonrisa. «Ella ha vivido esta última etapa a mi lado, años bastante duros con el Cruzeiro y el Valladolid, pero de un aprendizaje increíble. La gente nos amaba o nos odiaba cada semana», explica.
- ¿Le sigue gustando el fútbol?
- Sí, obviamente. El fútbol es mi gran pasión. Me estoy tomando un descanso de estar en posiciones complicadas, porque en los últimos ocho años estuve al frente de dos clubes muy importantes y fue una experiencia muy rica en todos los sentidos, pero también muy intensa.
- A este Madrid le llaman ‘Galácticos 2.0’. ¿Qué cree que es lo más importante para lidiar con los egos en un equipo de tantas estrellas?
- Yo lo que sé es que se llevan todos bastante bien. Y el Madrid te lo deja muy claro siempre: lo primero es el club y su gente. Los egos deben quedar en un segundo plano. Esto pasó también con nosotros. Nos llevábamos muy bien entre todos los Galácticos y los Pavones. Es lo que tiene que ser. Y luego es que siempre va a ser mejor juntar a jugadores muy buenos que a los malos. Me encanta el Madrid como equipo y como institución y lo sigo mucho. Y Florentino es un gran ejemplo de gestión y como amigo.
- Tiene al frente de Brasil a Carlo Ancelotti, al que conoce, ¿cómo lo ve?
- Creo que le ha dado otra cara a la selección, que venía de algunos años con muchos problemas. Tiene mucha experiencia, sabe de todo en el fútbol y es un gestor espectacular de personas. Creo que va a sacar lo mejor de cada uno.
- ¿Un equipo de estrellas necesita más un gestor que un entrenador?
- Yo creo que es muy importante un gestor de grupo. Y un entrenador tiene que tener ese tipo de virtud. No solo los entrenamientos, la táctica o el estilo, que también son importantes, sino manejar bien el día a día. Eso es clave.





