Portugal no ganaba a Alemania en suelo germano desde hace 25 años y ahí apareció Cristiano Ronaldo, que marcó cinco goles en sus visitas al Allianz Arena con el Real Madrid, para poner acento portugués en Múnich y confirmar la lección de fútbol de su selección ante los locales. Anotó el primero Wirtz, pero entre Conceiçao el delantero le dieron la vuelta a la semifinal. Los lusos esperan ahora a España o Francia.
Las gradas llenas del Allianz Arena no intimidaron a los portugueses, superiores en nombre y talento a los alemanes. Las bajas locales, especialmente las de Rüdiger y Musiala y Havertz en ataque, dejaron una delantera local con Woltemade, sorprendente atacante del Stuttgart, y Wirtz, estrella del Leverkusen y pretendido por el Madrid como principales focos de atención. Y a los de Nagelsmann les costó crear juego, más por inercia e ímpetu local que por fútbol.
En el otro lado del campo, a Cristiano le dio igual aterrizar en Alemania desde Arabia. Su voracidad es constante. Probó a Ter Stegen en el minuto seis con un zurdazo y en el 14 con un disparo desviado. Dos acciones que en otra época, en otro mundo, eran gol.
Los movimientos en ataque de Woltemade fueron la única vía de escape de Alemania, eso y la agresividad y verticalidad de Goretzka y Pavlovic en el centro del campo. Su potencia la sufrieron Ruben y Joao Neves, incapaces de contenerles, y así llegaron las mejores opciones locales en la primera parte. El duelo, eso sí, se trabajó y se peleó en el centro del campo, sin ocasiones claras.
El cansancio tras un curso tan exigente fue un factor importante, y lo será todavía más en el Mundial de Clubes de Estados Unidos. El fútbol es casi veraniego, de errores y de aprovechar aciertos. Vitinha, cerebro luso, esperaba en el banquillo tras la Champions.
Tras el descanso, Kimmich, heredero de Kroos en ideas, pie y cabeza, se inventó un pase picado desde la media luna del área hacia el interior de la zona de peligro portuguesa. Ahí lo cazó Wirtz de cabeza para superar a Costa y poner el 1-0. Portugal protestó un fuera de juego de Woltemade, que molestó a Dias, pero el árbitro, tras revisión de VAR, dio gol.
El tanto alemán despertó a Roberto Martínez, que se juega en esta Liga de Naciones su futuro como seleccionador portugués. Saltaron al campo Vitinha y Conceicao y revolucionaron el duelo. El del PSG se hizo con el manejo y el extremo de la Juventus desequilibró el lado débil de la defensa alemana. Tardó cinco minutos en marcar. Cogió el balón en el centro del campo, trazó una diagonal hacia portería y probó una rosca que se coló en las redes de Ter Stegen.
Creció Portugal con el empate y en cinco minutos completó la remontada sin que Alemania pudiera respirar con balón. Más física, más vertical y con más talento. En el 68, una pared entre Nuno Mendes y Bruno Fernandes colocó al lateral del PSG en el área, donde cedió fácil para que Cristiano anotara a placer. Lección de fútbol.