La alicantina Lidia Simón denuncia que no ha sido convocada porque no ha cumplido “los objetivos de peso y de porcentaje graso”.
Lidia Simón.Instagram
La polémica ha llegado a la Federación Española de Pelota a las puertas de la celebración del Campeonato del Mundo en Biarritz (23-29 de octubre 2022). La alicantina Lidia Simón, campeona del mundo sub’22 en 2019 y ganadora el año pasado de la Copa del mundo absoluta, denunció en sus redes sociales que se había quedado fuera de la cita francesa debido a su sobrepeso.
“No estoy de acuerdo ni con las formas ni con los medios con los que la FEP ha decidido dejarme fuer de la selección. Esta decisión la argumentan únicamente en que no he cumplido los objetivos de peso y de porcentaje graso, y en que no ha habido una evolución en mi trabajo“, asegura en una carta publicada en sus redes sociales.
“Me extraña mucho que sea el motivo… al final parece que sus “indicadores de rendimiento” premian más la estética que los resultados deportivos [..] Nos exigen cumplir una serie de parámetros [..] Sin embargo, la realidad dista mucho, cada uno de nosotros recibe un trato distinto, y no siempre para bien”, continúa.
“El peso no debe ser un condicionante ni un estigma para apartar a un deportista de la competición, siempre y cuando su rendimiento sea el adecuado” [..] “El cuerpo de una mujer cambia y evoluciona de forma distinta en cada una de nosotras” [..]”Me siento discriminada y creo que han sido tremendamente injustos conmigo”, asegura en su larguísimo comunicado antes de anunciar que ha decidido “renunciar a la selección española hasta que no se produzca un cambio en quienes la dirigen y toman las decisiones”.
La respuesta de la Federación
Sin embargo, la Federación Española negó que la exclusión de Lidia Simón se deba a un exceso de peso y rechaza en un comunicado la acusación de discriminación. “Rechazamos cualquier acto de discriminación, desigualdad o menosprecio a la mujer en cualquier situación o área deportiva de esta Federación”, afirma en uno de sus puntos.
“Existen criterios de preparación (técnico-táctica, física, psicológica, antropometría/somatometría, etc.), el rendimiento deportivo, la disciplina, el cumplimiento de los programas y programaciones, la motivación, la deportividad y la contribución al espíritu de grupo”, desarrolla sobre la selección de los deportistas.
La Federación de Pelota quiere dejar claro que “es totalmente falso que no se le haya seleccionado por no haber dado un citado peso corporal” y se pone como ejemplo que en la selección “hay algún deportista que presenta un porcentaje graso más elevado que la media de su especialidad”.
Sterrato, adoquines, muros, abanicos, toboganes, dientes de sierra, precipicios, maratón de kilómetros. Las clásicas han dejado de pertenecer a los panenkitas del pedal para cautivar al gran público. Las carreras de un día atrapan por su intensidad y por la presencia de una generación de ciclistas ansiosos de mostrar su voracidad en todos los escenarios. Mathieu van der Poel, Wout van Aert, Remco Evenepoel,Tom Pidcock contra el majestuoso Tadej Pogacar. Jonas Vingegaard, Primoz Roglic, Juan Ayuso, Carlos Rodríguez o Ben O'Connor prefieren las pruebas de una semana para preparar Giro, Tour o Vuelta.
El bloque principal de la nueva temporada de las clásicas de primavera, que arranca este sábado con la espectacular Strade Bianche, aparece iluminado por la presencia de Pogacar, que ahora replica a los corredores de otras épocas y se vuelca como nunca en las pruebas de un día, con ocho citas, más que nadie entre los grandes del pelotón. El estandarte del UAE garantiza escapadas antológicas. El fondista muta en clasicómano insaciable y anuncia que acudirá a tres Monumentos: Milán-San Remo, Tour de Flandes y Lieja-Bastoña-Lieja (al Giro de Lombardía irá a mediados de en octubre) y no descarta la París-Roubaix. Nunca ha participado en el Infierno del Norte por temor a las caídas y a un brutal desgaste físico. Lo previsible es que deje aparcado el examen de los terroríficos tramos de pavés.
En el calendario de las clásicas del esloveno, que en febrero se anotó dos etapas y la general del UAE, también figuran Strade Bianche, E3- Herelbeke, Gante-Wevelgem, Amstel Gold Race y Flecha Valona. El segundo en este ranking de participación es el británico Pidcock, con siete clásicas de primavera; Van Aert se queda con seis; Van der Poel y Evenepoel suman cuatro.
Pogacar arranca su festival con la Strade Bianche, la clásica moderna y más atractiva, con sus selectivos tramos de sterrato. Son 213 kilómetros, con salida y llegada en la Piazza del Campo de Siena, con 82 kilómetros de firme de tierra compactada, divididos en 16 sectores. El esloveno persigue su tercer título en la que antes se llamaba L'Eroica, los anteriores los ganó en 2022 y en 2024.
Pidcock, Richard Carapaz y el polaco Michal Kwiatkowski (también cuenta con dos victorias en la prueba de la medieval Siena) parten como principales adversarios del esloveno en los cautivadores parajes de la Toscana. La representación española está liderada por Pello Bilbao (esta es una sus carreras preferidas), Pelayo Sánchez y Mikel Landa. El escalador de Murguía abre el curso asumiendo el liderazgo del Soudal Quick-Step debido a que Evenepoel aún se recupera de las fracturas en varias costillas, omóplato derecho y mano derecha, contusiones en los pulmones y una luxación clavícula producidas el pasado diciembre en un entrenamiento.
Una de las pocas obsesiones de Pogacar es conquistar la Milán-San Remo, la clásica que menos que se acomoda a sus características y que siempre cuenta con una elevada nómina de candidatos. En la Classicissima ha sido, decimosegundo, quinto, cuarto y tercero. En esta edición pugnará, entre otros, con Pidcock, Alaphilippe, Mohoric y Van der Poel.
El fenómeno holandés dosifica y selecciona su munición, dado que después de la prueba italiana sólo acudirá a la E3- Herelbek, Tour de Flandes y París-Roubaix. En Flandes, donde defiende título, se enfrentará a Pogacar y en la cita cumbre de los tramos de pavés (ganador en 2023 y 2024) desafiará a Van Aert y otras locomotoras, como Tim Merlier, Mads Pedersen o Jasper Philippsen (segundo en 2023 y 2024). La gran apuesta española será Oier Lazkano -se marchó del Movistar para unirse al Bora de Primoz Roglic-, que debutó en los abombados caminos de tractores de Roubaix en 2023 (finalizó en la posición 102) y que el pasado año se vio obligado a abandonar. Esta es la cita que más atrae a Iván García Cortina (Movistar), que ya suma siete participaciones, la mejor la de 2022, en la que terminó en 25º.
La clausura de París-Roubaix abre la puerta al Tríptico de las Ardenas, con Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja (las únicas clásicas a las que acudirá Enric Mas), territorio el que antes se exhibía Alejandro Valverde y por el que ahora se pelean Pogacar, Van der Poel, Van Aert, Evenepoel y Pidcock. La primavera de los prodigios ya está aquí.
Jorge Martín aplastó los demonios que le habían perseguido en los últimos tiempos en el Gran Premio de Indonesia. Y lo hizo a lo grande. Tras irse al suelo el curso pasado en la carrera del domingo, cuando lideraba la prueba y justo tras haberse hecho por primera vez con el liderato en MotoGP tras ganar en la sprint race, y volver a sufrir una caída este mismo sábado también cuando rodaba en cabeza, el de San Sebastián de los Reyes se hizo con un triunfo absolutamente incontestable en Mandalika.
Aprovechó perfectamente la pole para firmar una gran salida y ya no abandonó en ningún momento el primer puesto, con Pedro Acosta como el único capaz de pisarle levemente los talones durante muchos minutos. La alegría del murciano por su tan trabajada segunda plaza en la pista, con todo, se vio empañada por la investigación de la dirección de carrera sobre la presión de sus neumáticos, que podía acarrearle una sanción de 16 segundos que le haría bajar hasta la novena posición. Y, que a su vez, podría provocar que la distancia entre Martín y Bagnaia, primero y segundo en la general, respectivamente, fuera de 17 puntos en lugar de 21. Un margen de cuatro puntos que, muchas veces, puede ser del todo decisivo. Por su parte, Márquez tuvo que abandonar al ver cómo se le quemaba su moto.
«Ha sido muy duro, una carrera muy difícil, tuve dificultades en la salida, hay que mirar qué pasa con la moto, es la quinta vez consecutiva que nos cuesta en la salida. En cuanto logré ponerme tercero, después de pasar a Bezzecchi y Morbidelli, me vi capaz de volver a remontar, pero ya era demasiado tarde», confesó tras la carrera un Pecco Bagnaia en parte aliviado por haber podido subirse al podio, por mucho que la distancia con el liderato se sitúe ahora en 21 puntos.
«La KTM lucha bien. No ha sido fácil, tuvimos problemas el sábado, pero pudimos solventarlos. Quiero dar las gracias a este equipazo, que se merece este gran resultado», señaló por su parte un Pedro Acosta que, ante la incertidumbre de lo que podía pasar finalmente con su segundo puesto, evitó mostrarse demasiado contento. Hasta tal punto, que no cruzó palabra alguna con sus compañeros en la sala de espera tras acabar la prueba e, incluso, decidió no descorchar el champán y unirse a la alegría de Martín y Bagnaia en la ceremonia de entrega de premios.
«Estoy muy contento, no es solo una victoria. Tras lo que pasó el año pasado y la caída de este sábado, conseguir este resultado era muy difícil Confío en mi mismo, pero temía la caída en cualquier curva. Al final, pude aguantar la presión de Pedro, logramos la victoria y toca pensar ya en la próxima», sentenció por su parte un Jorge Martín que, con su victoria en Mandalika, se reencontró también con el triunfo en un domingo de Gran Premio. El español llevaba desde el 12 de mayo sin subirse al primer escalón del podio en una carrera larga. El circuito de Le Mans, en Francia, era hasta ahora el último escenario en que había logrado este resultado.
En Indonesia, además, la carrera fue realmente convulsa. Tanto, que solo 12 pilotos fueron capaces de terminarla. En los primeros compases, cuatro pilotos se fueron al suelo. Jack Miller se escurrió y se llevó con él a Álex Márquez, Aleix Espargaró y Luca Marini. Fabio Di Giannantonio, Joan Mir y Enea Bastianini también dieron con sus huesos en el suelo. Este último, en la vuelta número 21, justo cuando estaba aumentando su ritmo y amenazaba con disputarle el segundo puesto en carrera a Acosta. Augusto Fernández y Marc Márquez, mientras, tuvieron que retirarse por problemas técnicos.
El de Cervera, en este caso, rompió el motor en la vuelta 12 y acabó por marcharse de la pista mientras algunas llamas empezaban a emerger de su montura. Su rápida reacción y la oportuna intervención del personal del circuito evitó que la cosa pasara a mayores. Este incidente, unido a la caída de Bastianini, deja a la práctica la pelea por el campeonato en un mano a mano entre Martín y Bagnaia en la que, ahora mismo, el español tiene todas las de ganar. En cuanto al resto de pilotos españoles, Maverick Viñales fue sexto, Raúl Fernández, décimo, y Álex Rins, duodécimo.
El 8 de marzo de 2017, poco antes del pitido inicial, Unai Emery saludó a Luis Enrique en el Camp Nou aferrado a un convencimiento. Su primera eliminatoria de Champions con el PSG se resolvería de igual modo que las nueve anteriores con el Sevilla en la Europa League. Sin embargo, dos horas más tarde, el irundarra, entre el estupor y la indignación, apenas pudo ofrecer alguna explicación a lo sucedido. «Fue mi peor momento como entrenador», confesaría, años más tarde, a propósito de aquella debacle ante el Barça (6-1), con la que se convertía en el único técnico de la historia eliminado de la Champions tras una renta de cuatro goles en la ida. «De aquel partido cambiaría el árbitro», añadió sobre la labor de Deniz Aytekin.
Hoy, Emery tampoco perderá la oportunidad de abrazar a Luis Enrique, actual técnico del PSG, y a otros viejos conocidos en el Parque de los Príncipes, el estadio donde, entre 2016 y 2018, jamás obtuvo el cariño de la afición, que apenas quiso dedicarle un petulante desdén. De nada le valdría su empeño en aprender francés o su título de Ligue 1. En mayo de 2018, una vez cumplidos sus dos años de contrato, Nasser Al-Khelaifi puso punto final al ciclo de Emery en París.
El detonante, por segundo año consecutivo, había sido la eliminación en octavos, donde el PSG volvió a mostrar demasiadas carencias ante el Real Madrid. El fantástico comienzo en el Bernabéu se diluyó por completo tras el descanso, donde decidieron los goles de Cristiano Ronaldo y Marcelo. El partido de vuelta resultó un trámite para el equipo de Zinedine Zidane. Aquel PSG resultaba irreconocible a nivel competitivo. Muy lejos de la exigencia de un técnico que, excluyendo su etapa en París, sorteó 22 eliminatorias seguidas de Europa League con Sevilla (2013-16), Arsenal (2019) y Villarreal (2022). Nada menos que cuatro títulos tras cinco finales.
El ejemplo de Tottenham y Dortmund
«Unai es un entrenador top, con una gran capacidad de analizar al rival y de potenciar a su equipo. Además, lo ha demostrado en diferentes banquillos», valoró el pasado viernes Luis Enrique. Esas virtudes, por supuesto, han adquirido mayor relevancia aún durante las eliminatorias. Sólo cabe citar el caso de su Sevilla, triple campeón de la Europa League sin alcanzar ni una sola vez el top-4 de LaLiga, o de su último Villarreal, semifinalista de la Champions 2022 tras apartar a Bayern y Juventus, pero séptimo en LaLiga.
A este fabuloso rendimiento en los torneos cortos se aferra el Aston Villa, un conjunto que hoy encadena siete victorias en todas las competiciones, su mejor racha desde marzo de 1981. Su última derrota data del 25 de febrero (4-1 ante el Crystal Palace) y es el único superviviente inglés en la Champions. Nada desdeñable para un club que no disputaba la máxima competición desde 1982. ¿Por qué no soñar, pues con una final como las de Tottenham (2019) y Dortmund (2024)?
«Nuestra amistad se ha forjado a través de nuestros enfrentamientos. Unai es un entrenador que cuida su trabajo y su equipo ha mejorado gracias a él», contó ayer Luis Enrique, otro obseso de su profesión. En el vestuario del Villa son leyenda las interminables jornadas de Unai y la montaña de dosieres apilados en su despacho. Desde noviembre de 2022, cuando tomó el relevo de Steve Gerrard, el ambiente en la ciudad deportiva de Bodymoor Heath resulta mucho más que saludable. Nada que ver con la tensión vivida en el Arsenal o el PSG. A lo largo de estos dos años y medio, sólo Pep Guardiola y Mikel Arteta han sumado más puntos en la Premier.
Emery, el pasado 8 de marzo, durante un partido ante el Brentford.AP
Emery, respetado entre los rivales e idolatrado en Villa Park, se ha convertido en el entrenador con mejor balance (54% de victorias) en los 150 años de historia del Villa. Cierto que desde Birmingham se manejan importantes recursos financieros. Según el informe UEFA Finance and Investment Landscape, la masa salarial del Villa aumentó un 33% en 2024 hasta convertirse en la décima más elevada de Europa (287 millones de euros). De hecho, el organismo presidido por Aleksander Ceferin sigue con lupa las operaciones del club para que compla con sus normas, tanto en las tasas de traspaso como en los honorarios de los agentes.
Escasez de efectivos
El pasado verano, Emery tuvo que prescindir de Douglas Luiz, uno de sus mejores centrocampistas, para atenerse a las Reglas de Sostenibilidad de la Premier. A ese traspaso a la Juventus, a cambio de 52 millones de euros, hubo que sumar el de Moussa Diaby, por el que el Al-Ittihad pagó 60 millones y el más reciente de Jhon Durán, comprado en enero por el Al-Nassr a cambio de 77 millones. Sin embargo, el buen tino de Monchi desde la dirección técnica ha de evaluarse a la luz de sus incorporaciones de perfil bajo, como Morgan Rogers, comprado en 2023 por 9,4 millones, o Youri Tielemans y Boubacar Kamara, que llegaron a coste cero procedentes del Leicester y Olympique de Marsella. Por no mencionar a Ollie Watkins, crecido en el semiprofesionalismo y al que Emery ha extraído todo su talento.
«Desde su llegada, el Aston Villa es un equipo muy mejorado. El curso anterior ya estuvo a un alto nivel y este año es un equipo más completo aún», analizó el viernes Luis Enrique, horas de cerrar su primer título de Ligue 1 con el PSG. No obstante, a diferencia de Manchester City, Liverpool o Arsenal, el Villa sigue contando con escasez de efectivos. Una carencia que obliga a Emery a profundizar en sus rotaciones. El pasado sábado hubo ocho novedades en el once ante el Nottingham Forest y este fin de semana ese plan seguirá vigente en la visita al Southampton.
La vista al Parque de los Príncipes también representa una oportunidad para que Emery mejore su registro personal ante Luis Enrique. De momento, en los 10 precedentes, el ex técnico del Barça acumula siete victorias, por sólo dos tropiezos.