Pogacar y qué comer (o no) para ganar un Tour: “Medimos hasta los gramos de arroz del sushi”

Pogacar y qué comer (o no) para ganar un Tour: "Medimos hasta los gramos de arroz del sushi"

Tour de Francia

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Gorka Prieto, nutricionista del UAE Emirates, explica los secretos de la dieta del esloveno. “Está muy concienciado, sobre todo este año, con el tema del peso”. Chefs, ‘foodtracks’ y hasta app’s para mejorar el rendimiento.

Pogacar, con un bidón, durante una de las etapas del Tour.EFE

Greg Lemond ganó el Tour del 89 escapándose a comer pizza en las jornadas de descanso. Famoso es el episodio del helado de Bahamontes en la cima del Col de Romeyère. O las dos tabletas de chocolate del tirón que se zampó Indurain tras su pájara en Les Arcs, en el Tour perdido del 96. La comida y el ciclista, esa relación tan imprescindible y a la vez tan delicada.

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“Tadej es un glotón”, cuenta Joseba Elguezabal, la sombra de Pogacar. Y, sin embargo, en su espartana autocontención le va ganar el Tour al que oposita, a 10 segundos de Vingegaard antes de la crono de este martes. En la delgada línea de un gramo arriba o un gramo abajo, de la energía suficiente para responder a los esfuerzos extremos, de no pasarse pero tampoco de quedarse corto. “Está todo medido. Si tenemos sushi, los cocineros miden cuántos gramos de arroz, cuántos de salmón, cuántos de mango para cada corredor dependiendo del gasto que hayan hecho”, explica a EL MUNDO Gorka Prieto, nutricionista del UAE Emirates.

Además de la tecnología y las ciencias del deporte aplicadas al entrenamiento, la alimentación se ha convertido en los últimos años en la revolución del rendimiento. La clave de tantos récords engullidos, incluso más deprisa que en la época dura del dopaje. En la dieta de los ciclistas influyen nutricionistas y chefs, báscula diaria pero también las apps más sofisticadas. “Utilizamos la plataforma Training Peaks, donde los corredores cargan su actividad y ahí puedes ver los kilojulios [unidad de medida de la cantidad de energía utilizada] que han gastado durante la etapa y en base a eso se ajusta la comida”, detalla Prieto, formado en nutrición en la Universidad de Navarra y con un máster especializado en deporte.

Foodtracks

Es una labor diaria y personalizada y que se extiende en el tiempo. La dieta pensando en el Tour comienza “dos meses” antes. Ya en las concentraciones en altura los equipos viajan con chefs y deberes. Después, durante la carrera, la labor de Gorka y sus colegas -no hay equipo sin foodtrack; viajan antes de cada etapa y les aguardan con la cena hecha en los hoteles- se centra en las cuatro ingestas diarias: el desayuno, durante la etapa, el recovery y la cena. Y ahí cada nutricionista tiene que ‘jugar’ también con los gustos de cada corredor. “Les intentamos dar muchas opciones. Pueden elegir, respetando las cantidades”.

Por ejemplo, Pogacar en el desayuno opta por “el porridge de arroz y los pancakes, pan, cake bol… Come de todo”. “Tadej está muy concienciado, sobre todo este año con el tema del peso. Lo hace todo a rajatabla. Y si tiene cualquier duda me pregunta: ‘Oye, ¿puedo comerme esto?’ A veces le digo que mejor que eso no. Mantiene el mismo peso que los últimos años”, detalla Prieto, que antes de recalar en el UAE en 2020 trabajó en el Euskadi Murias.

Y luego, claro, están los caprichos de tipos tantas veces hartos de pasta y arroz: “Me piden hamburguesas, echan de menos alimentos grasos. Y el día de descanso se la ponemos, con su pan, con su queso… Se pueden hacer ‘sanas’, con carne buena. Y no hay ningún problema”.

Cooling

Más preocupación lleva a los responsables fisiológicos de cada equipo la hidratación, especialmente en las etapas de extremo calor que cada vez se repiten más en el Tour. Ventiladores, chalecos de hielo, bañeras de agua fría y hasta guantes para refrescar. Pero también la dieta puede ayudar a “bajar la temperatura corporal”. “Hacemos helados, granizados, se echan agua muy fría por la cabeza. El líquido que pierden es muy variable, de uno a tres kilos. A partir del 2%, el rendimiento disminuye. Hay que procurar que estén ahí”, detalla el nutricionista sobre el ‘cooling’.

Es, por tanto “casi imposible” ver desfallecimientos extremos como los de antaño. En cada manillar, el ciclista tiene una leyenda en la que se le recuerda dónde y qué ingerir durante la etapa. “Si hay una pájara es porque el corredor no ha recordado comer. Pero con todos los puntos de avituallamiento que hay en las etapas, es prácticamente imposible”. Tienen geles, barritas, bebidas isotónicas que combinan en orden a un plan. Y, por último, la cafeína. “Es una ayuda ergogénica, sobre todo para la parte final de la carrera. Si es una etapa donde no van a hacer nada, pues mejor no. Se calcula a cuantos kilómetros debe tomarla para que le haga el efecto los últimos 15-20 minutos”.

Y en París… “Allí le he dicho al cocinero que haga lo que quiera, barra libre en todos los sentidos”, especialmente si Pogacar logra la reconquista.

kpd