Pepe Martí, la otra alegría de Fernando Alonso: “Es increíble contar con sus consejos”

Pepe Martí, la otra alegría de Fernando Alonso: "Es increíble contar con sus consejos"

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Apadrinado por A14 Management, el adolescente sorprende en la Fórmula 3. “No puedo permitirme cenar una hamburguesa”, confiesa el piloto, alto, muy alto y por ello estricto con su dieta

Alonso felicita a Martí, en Bahréin.GETTY

“Perdona, una duda. En la frenada de la curva 9, ¿Crees que cambia mucho la línea si hay viento de cara?”. Tienes 17 años, están empezando y quién te contesta a una pregunta así es Fernando Alonso, quien unas horas después en esa misma curva 9 del circuito de Bahréin firmará un adelantamiento para la historia a Lewis Hamilton. Esa es la suerte de Pepe Martí.

“Fernando es mi ídolo desde siempre. No llegué a ver sus títulos, nací justo en 2005, pero mis primeros recuerdos de la Fórmula 1 son sus victorias con Ferrari, en Hockenheimring o en Singapur. Es increíble contar con sus consejos”, comenta Martí, la nueva joya del automovilismo español, la otra alegría de Alonso esta temporada. Bajo la tutela del dos veces campeón de la Fórmula 1, representado por su empresa, A14 Management, Martí consiguió la victoria en la primera carrera de la Fórmula 3 en Bahrein y ya se le adivina un horizonte reluciente. Pero paso a paso.

“Mañana tengo examen de Filosofía”, avanza en conversación telefónica con EL MUNDO a punto de cerrar el Bachillerato y lanzarse hacia la Selectividad. La Fórmula 3 alterna el calendario de la Fórmula 1 -estuvo en Bahrein, no estará este fin de semana en Arabia Saudí y se reenganchará en 15 días en Australia- y por eso estos días está centrado en los estudios. De Barcelona, alumno del colegio St Paul’s de Pedralbes, su idea es acceder a la universidad, inscribirse en Ingeniería Mecánica en la Universitat Politécnica de Cataluña (UPC) y, a partir de ahí, ya se verá. Porque no parece que en los próimos años el automovilismo vaya a concederle muchas horas.

“Sé que puedo optar al título esta temporada, es el objetivo, pero es muy pronto. Quedan muchas carreras y después del año pasado, de mi primer año en la Fórmula 3, he aprendido a no presionarme, a mantener la calma. Lo que diferencia a los pilotos es el aspecto mental, quien encuentra soluciones en los momentos tensos y quien no”, expone el joven ya en el camino adecuado. De la Fórmula 3, categoría creada en 2019 por la que han pasado Oscar Pastri, Yuki Tsunoda o Logan Sargeant, se asciende a la Fórmula 2 y de ahí al cielo.

Sus 1,86 metros, su madre…

Aunque esa escalada exige victorias, exige sacrificios. Y en el caso de Martí hay uno claro: la dieta. Martí es alto, muy alto, muy muy alto. A sus 17 años, mide 1,86 metros, una altura que sólo alcanzan dos pilotos de Fórmula 1, Esteban Ocon y Alexander Albon, y por eso debe controlar su peso. “Soy bastante estricto con eso, muy metódico. Peso 70 kilos y el límite en la Fórmula 3 son unos 72 kilos. No puedo permitir cenar una hamburguesa. De hecho, si como algo muy graso tengo que quemarlo por la tarde”, confiesa quien empezó tarde y progresó rápido.

A los 11 años debutó en el karting, a los 14 ganó el Campeonato de España junior, después fue séptimo en el Mundial y a los 15 dio el salto a los monoplazas en la Fórmula 4. Entrenado por Genís Marcó, quien fuera preparador del propio Alonso, y piloto del Campos Racing ahí se hizo un nombre con éxitos como el subcampeonato en la Fórmula Regional Asiática sólo por detrás de Arthur Leclerc, el hermano pequeño de Charles Leclerc.

Porque esa es otra. En un mundo rebosante de apellidos conocidos, como el de Leclerc o el de Sebastián Montoya, hijo de Juan Pablo Montoya, también en la Fórmula 3. Martí no contó con padrinos hasta que destacó . De hecho su historia es algo diferente a la del resto pues no fue su padre quien le transmitió el gusto por la velocidad. Fue su madre Montserrat.

“Siempre le ha encantado el mundo del motor. Ahora sufre un poco más en las carreras, pero me acompaña a todas. Mi padre nunca fue tan aficionado. Tengo recuerdos desde pequeño de estar viendo las carreras con mi madre y mi hermano mayor y de ir al circuito, a Montmeló, cuando tenía siete años, en 2012. Ella me pasó la pasión”, apunta quien, de niño, descubrió el acelerador en un karting veraniego en Menorca y pasó miedo, mucho miedo. Tenía cinco años y, en lugar de frenarle, esas sensaciones le lanzaron: se pasó la infancia pidiéndole a sus padres que le alquilaran un kart, venga, por favor, un kart, hasta que lo consiguió a los 11 años en el circuito de Lliça de Vall. Desde entonces no para. Y, desde la Fórmula 3, con la ayuda de Alonso, no parece que vaya a parar.

kpd