La entrenadora sueca Pia Sundhage y la holandesa Sarina Wiegmanse se enfrentan mañana en la finalísima Brasil-Inglaterra por el mejor equipo de fútbol femenino del mundo
A Pia Sundhage, de pequeña, la llamaban Pelé. Daba igual que Ulricehamn, en la región sueca de Västergötland, estuviera a más de 10.000 kilómetros de Sao Paulo, que la sueca no iba a escapar a su destino, convertirse en seleccionadora de Brasil.
Pia nació en 1960 y, “cuando era niña quería ser futbolista, pero no había. Luego quería ser entrenadora, pero tampoco había”, confiesa. Entrenar a chicas al fútbol, hasta no hace mucho, también era cosa de hombres, de ahí que Pia se haya convertido en 2022 en la primera mujer en ganar la Copa América, como en 2018 se convirtió en la primera mujer en ganar dos oros olímpicos para la selección de Estados Unidos. Ahora estaría a unas horas de convertirse en la primera en ganar una finalissima. Brasil e Inglaterra, la campeona de América y la campeona de Europa, deciden mañana en Wembley quien es el mejor equipo del mundo.
Pelé nunca llegó a jugar en Wembley pero a Pia se le da muy bien Inglaterra. No muy lejos de Wembley, el Luton, logró la Eurocopa femenina para Suecia en su primera edición, la de 1984. También fue la máxima goleadora del torneo. Tras el oro de la olimpiada de Pekín, ganó el segundo para EEUU en Wembley durante los juegos de Londres, aunque lo que la hizo famosa fue negarse a asistir a la recepción en la Casa Blanca para recibir la felicitación de George Bush. “¿Qué pintaba yo ahí?”, declaró.
Pia presume de comunista. Lee prensa de esta ideología y financia a un club comunista de fútbol sueco. De hecho hasta empezó a hacerse entrenadora en China. “Fue un poco raro para una vieja comunista como yo ir a Estados Unidos”. Parte de su éxito como entrenadora se lo debe a Bob Dylan y a Simon and Garfunkel, porque además Pia canta y toca la guitarra, y no sólo a sus convocadas, lo hace a la que puede, como en la ceremonia del balón de oro a la mejor entrenadora en 2012, y luego en la rueda de prensa ante los medios.
La entrenadora más laureada de la historia tendrá enfrente a la mejor entrenadora del año, Sarina Wiegman, quien se llevó el The best el año pasado junto con Scaloni, en la versión masculina. Wiegeman, elogiada por su compatriota Louis Van Gaal, hizo campeona de Europa a Holanda y ahora lo ha hecho con Inglaterra. Aunque la noticia estos días en la prensa inglesa es el cambio de color de los pantalones de las leonas, del blanco al azul. Hace un año que las jugadoras emprendieron esa batalla con Nike y la Federación, para evitar incomodidades durante la menstruación, y lo estrenarán en la finalissima.
Su máxima goleadora Beth Mead lideró esa batalla: “Es algo que nos atañe como grupo de mujeres (…) Aunque luego, cuando estás en el césped, te olvidas de todo”. La jugadora del Arsenal trabajaba de camarera cuando empezó a jugar al fútbol y entre sus gestas destaca un hat-trick que le hizo al Chelsea a las 48 horas de tener un grave accidente de tráfico en el que destrozó el coche tras das varias vueltas de campana.
Brasil también tendrá enfrente a Leah Williams, la mejor jugadora de la Eurocopa, quien fue noticia en Inglaterra cuando al recoger el trofeo, el Príncipe guillermo rompió el protocolo para abrazarla. “Fui a darle la mano y me dijo, ‘Leah, ven aquí’. Le dije, ‘gracias, señor’, y él me dijo, ‘estoy muy orgulloso de vosotras'”
Se espera para mañana unas 90.000 personas en Wembley, lo que supondrá un récord de asistencia, ya que las entradas para este partido llevan agotadas desde enero. “Va a ser otro gran momento para el fútbol femenino”, subrayó la FIFA en un comunicado.
