Osimhen, el superhéroe nacido en un vertedero

Osimhen, el superhéroe nacido en un vertedero

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El goleador del Nápoles, que se enfrenta al Eintracht en octavos de final, admiraba a Drogba y Amunike lo catapultó a la profesionalidad. “El fútbol era la única esperanza de dar una vida digna a mi familia”, confiesa

Victor Osimhen, en el partido ante el Sassuolo.AFP

Olusosun es el vertedero más grande Nigeria, 40 hectáreas que reciben un millón de toneladas de residuos al año, engullidas por el crecimiento de Laos, la capital con siete millones de habitantes. Un lugar sin esperanza donde sobreviven familias como la de Victor Osimhen. A él le salvó de la miseria el fútbol. «Era la única esperanza para dar una vida digna a mi familia», confiesa. El nigeriano de 24 años es pieza clave del resurgir del Nápoles, líder de la Serie A y disparado hacia el Scudetto, que hoy se mide al Eintracht de Frankfurt en la Champions. Su escudero en ataque es el georgiano Kvaratskhelia y entre ambos han marcado el 55% de los goles napolitanos.

A Osimhen le ha costado explotar, pero lo ha hecho para batir récords enfundado en una mascara, como un superhéroe. Lleva 18 tantos en la Seria A y uno en Champions, el 32% de los goles de su equipo, y suma siete jornadas consecutivas marcando en el campeonato italiano, batiendo los registros de Maradona y Gonzalo Higuaín, y logrando algo que no ocurría desde la temporada 94/95. Y eso que se perdió un mes de competición al inicio del campeoanto por una lesión muscular. Solo Erling Haaland, con 32 goles en todas las competiciones, lo mejora y por eso clubes como el Liverpool, el Manchester United o el Chelsea han puesto sus ojos en él. El millonario dueño del conjunto londinense, el americano Todd Boehly, le quiere de blue y estaría dispuesto a pagar 120 millones de euros.

El presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, se frota las manos mientras se niega a negociar. Tiene su perla con contrato en vigor hasta 2025. «Osimhen no está en venta. No tengo necesidad de vender a nadie», repite por si alguien le pregunta también por Kvaratskhelia.

Amunike, su descubridor

El nigeriano llegó a Nápoles en el verano de 2020 por 70 millones de euros. En el Lille ya brillaba por su potencia física y efectividad. «Hace el trabajo de dos o tres jugadores», decía su entonces técnico, Christophe Galtier. Antes había pasado con menos fortuna por el Charleroi belga y el Wolfsburgo. Fueron los alemanes los que le captaron en el Mundial Sub 17 en 2015. Hasta él le llevó Enmanuel Amunike, el ex azulgrana y por entonces seleccionador. Lo encontró entre cientos de jugadores en una prueba en Laos.

Entonces Victor, que había perdido a su madre y ayudaba a su padre en paro a sobrevivir haciendo trabajillos por las calles de Laos, ya había decidido que quería ser como Didier Drogba. «Verlo jugar tuvo un gran impacto en mí», confesaba el jugador en sus primeros meses en Italia. Era el fichaje más caro de la historia del Nápoles, un club que le conquistó incluso antes de llegar y en el que estuvo apadrinado por Gennaro Gattuso, que veía a un chico de 21 años «con una madurez como si hubiera vivido ya dos vidas». Eso le ayudó a sobrellevar una grave lesión que le apartó de la Copa de África y le obliga a jugar con un antifaz.

En noviembre de 2021, en un salto de cabeza con el central Skriniar en un Inter-Nápoles, sufrió «una veintena de fracturas múltiples astilladas en un pómulo y en la órbita ocular». El ojo se le salió de la órbita y, durante cinco horas, reconstruyeron su cara con seis placas y 18 tornillos de titanio. Su máscara no ha estado en el Mundial porque Nigeria no se clasificó pero se acrecienta la visión que tuvo Zola, otro ex napolitano: «Con su fuerza atlética puede ser devastador».

kpd