El japonés, único capaz en la MLB de lanzar y batear como los mejores, puede superar el contrato de Messi con el Barça. “Es muy complicado hacer las dos cosas al más alto nivel”, afirma el experto Fernando Díaz
Los equipos de béisbol se dividen en dos: los jugadores que lanzan y los que batean. Ambas funciones están sumamente especializadas, los lanzadores raramente batean y los bateadores nunca, nunca, nunca lanzan. En la historia de la mejor liga del mundo, la estadounidense MLB, ha habido varios jugadores que han compaginado las dos labores, pero nadie lo había conseguido con éxito desde Babe Ruth hace literalmente un siglo. Hasta que apareció Shohei Ohtani. En 2017 el que ya era un fenómeno en Japón llegó con 24 años a Los Angeles Angels entre una enorme expectación -algo parecido a lo vivido con LeBron James o Victor Wembanyama en la NBA- y puso la competición patas arriba: siempre entre los mejores en lanzamientos y bateos, fue escogido All-Star en ambas tareas por primera vez en la historia y designado MVP tanto en 2021 como en este 2023.
“No hay nadie como él en toda la historia, es muy complicado hacer las dos cosas al más alto nivel y, de hecho, diría que es un caso irrepetible. Si no hubiera crecido en Japón y lo hubiera hecho en Estados Unidos, le hubieran forzado a especializarse”, analiza Fernando Díaz, comentarista de la MLB de Movistar, y añade: “Por eso ahora lo quieren todos los equipos”.
Y esa es la historia. Ohtani está a punto de romper con todo más allá del béisbol: puede firmar el contrato más alto de la historia del deporte mundial. No lo hará en salario anual, pero amenaza el récord de Leo Messi gracias a la tradición de los equipos de la MLB de establecer acuerdos larguísimos -de 10 temporadas o incluso 11, 12, 13 o 14-. Si el futbolista argentino cobró 555 millones de euros en cuatro cursos en el Barcelona según desveló EL MUNDO, el japonés podría asegurarse hasta 624 millones de euros a ingresar en una década.
Una fortuna para un lesionado
La cifra es motivo de debate en todas las tertulias deportivas de Estados Unidos -baila entre los 366 y esos 624 millones- y depende de varios factores. Uno, por ejemplo, es la competencia entre los conjuntos que aspiran a ficharle. Los New York Yankees, Los Angeles Dodgers, los Seattle Mariners, los Boston Red Sox o los New York Mets son pretendientes, pero habrá que ver hasta qué punto están dispuestos a arriesgar. Porque otro factor es que Ohtani está actualmente lesionado.
“Hasta agosto estaba completando la temporada más brillante jamás vista, una locura, y podría haber pedido lo que quisiera. Ahora hay más cosas a valorar, aunque Ohtani sólo hay uno”, explica Díaz. En septiembre, el crack fue operado de su codo bueno por segunda vez en su carrera y no podrá lanzar hasta 2025 como mínimo, por lo que se tirará un año centrado sólo en el bateo. Los agentes del jugador han asegurado que en 2026 volverá a ser el histórico ‘two-ways player’ que ha sido estos últimos cursos, pero, claro, existen dudas. Quizá la mejor versión del japonés no volverá, quizá su momento más brillante ya pasó.
Objetivo: ser un ídolo planetario
En los Angels, además, Ohtani apenas tenía presión, pues el equipo lleva tiempo a la deriva, fuera de playoff y a la sombra de sus vecinos, los Dodgers, que ganaron las Series Mundiales en 2020. Cuando fiche por un aspirante al título deberá ser líder además de un excelente bateador y un excelente lanzador. Necesitará madurar también fuera del campo.
Porque hasta ahora el japonés se ha dedicado a brillar y ya está. A la sombra de su traductor, Ippei Mizuhara, que al mismo tiempo es su ayudante y una especie de coach, no responde en inglés en las entrevistas y en ellas apenas ha desvelado su personalidad. Si acaso que sus padres también eran deportistas -su padre jugaba al béisbol y su madre, al bádminton-, que de niño practicó natación y que le gusta dormir más de 10 horas al día.
Todo ello le ha impedido ser una estrella planetaria, incluso el mayor ídolo en Estados Unidos, pero no en Japón. En su país Ohtani se considera estrella entre las estrellas, con millones de seguidores que compran su camiseta y todo lo que publicite. “El traductor es una barrera, pero si acaba en uno de los mejores equipos de la liga, como los Yankees, los Dodgers o los Cubs su perfil mediático va a crecer hasta el infinito”, analiza Díaz que espera una decisión del japonés antes de final de año. La temporada próxima en la MLB empezará en marzo y un par de meses antes los equipos ya deben saber si deben hacerse cargo del mayor contrato de la historia del deporte o no.