Joan Laporta se ha quedado, en la práctica, solo ante el peligro. Xavi Hernández sigue al frente del Barça y así será, aparentemente, hasta que termine la presente temporada, pero el anuncio de su adiós lo aleja del foco. Ahora todas las críticas, si el primer equipo azulgrana no es capaz de enderezar su maltrecho rumbo deportivo, apuntarán al máximo dirigente barcelonista, cuya nueva etapa a los mandos del club está siendo muchísimo más convulsa que la que vivió hace más de 20 años, cuando se puso por primera vez al timón.
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La crisis deportiva e institucional que atenazó finalmente al club en una campaña 2002-03 que se saldó con la dimisión de Joan Gaspart y la convocatoria de elecciones tras el breve paso por la poltrona azulgrana de Enric Reyna no es nada comparada con lo que tiene ahora mismo entre manos. Con las cuentas aún maltrechas, consecuencia tanto de la herencia del mandato de Josep Maria Bartomeu como de la pandemia, y bajo el inquisidor ojo de la justicia por el escándalo del caso Negreira, reencontrarse al menos en parte con los éxitos deportivos era la gran tabla de salvación. Así lo fue en una campaña pasada en la que el equipo logró la Liga y la Supercopa de España.
No obstante, la herida aún abierta por la inesperada salida casi por la puerta falsa de Leo Messi y la especie de juego del gato y el ratón con Florentino Pérez, aliado en la creación de la Superliga y a la vez enemigo tanto en lo deportivo como en los juzgados, le están pasando al máximo dirigente azulgrana una factura muy difícil de compensar en estos momentos. Al primer equipo no le acompañan ni un buen juego ni, mucho menos, unos buenos resultados. Y la temporada, ahora mismo, parece que terminará en blanco. Lo cierto, no obstante, es que Laporta sabe capear los temporales como nadie. Desde que retomó el mando del club, en marzo de 2021, a decir verdad, ha vivido más sinsabores que alegrías. Pero, a pesar de todo, su figura parece inamovible. Y eso que el suelo lleva mucho tiempo resquebrajándose bajo sus pies.
SALIDAS
El primer golpe, poco después de su triunfo en las elecciones, fue la renuncia de Jaume Giró, ex director de la Fundación La Caixa, a incorporarse a la junta directiva como vicepresidente económico para acabar convirtiéndose en conseller de Economía de la Generalitat. Eduard Romeu, en este caso, se encargó de tomarle finalmente el relevo. El segundo, mientras, fue la dimisión de su entonces director general, Xavier Reverter, en febrero de 2022. Sus funciones, en este caso, se encargaría de asumirlas directamente el propio presidente, quien siempre cuenta con el consejo tanto de Enric Masip, adjunto a la presidencia, como de su ex cuñado, Alejandro Echevarría, una figura que ganó mucho peso en el pasado por su estrecha relación con los jugadores y que, a día de hoy, no tiene vinculación oficial con la entidad.
En la parcela deportiva ha habido también un par de salidas sonadas. Una de ellas, la de Mateu Alemany, el hombre clave en muchos fichajes en esta etapa de Laporta al mando del club, de ida, vuelta y otra vez ida. La de Jordi Cruyff, por su parte, fue también sintomática, dada la veneración del propio presidente por un Johan Cruyff a quien acudía siempre en busca de consejo y a quien, incluso, llegó a nombrar presidente de honor del club. El encargado ahora de dirigir los destinos deportivos de la entidad es un Deco que, junto con el ahora entrenador del filial, Rafa Márquez, y el camerunés Samuel Eto’o, entre otros, le prestó explícitamente su apoyo en los comicios de 2021. En sus manos está ahora determinar quién será finalmente el relevo de un Xavi que, de hecho, llegó al Barça tras superar unas primeras reticencias (siempre negadas)del actual presidente.
Ese año, 2021, fue terriblemente convulso. En agosto se oficializó la marcha de Leo Messi del club. A finales de octubre, Ronald Koeman, después de que el Barça cayera ante el Real Madrid en el Camp Nou y de que se viera superado también por el Rayo en Vallecas, fue finalmente despedido y Sergi Barjuan tomó provisionalmente las riendas del equipo. El gran favorito de todos para convertirse en nuevo técnico era Xavi. De todos, menos de un Laporta cuya relación con él se había enfriado en los meses anteriores. El contacto, con todo, se retomó, gracias también a la intervención de Echeverría, y el de Terrassa, finalmente, fue anunciado oficialmente como nuevo técnico el 6 de noviembre de 2021. El sábado, 812 días después, le puso fecha de caducidad a su puesto dejando a Laporta, al que también rodean los rumores sobre su estado de salud, en una posición incomodísima, ya sólo él como parapeto de un club sumido en una profunda crisis a todos los niveles. Acusado por sus críticos de rodearse de amigos que no le llevan la contraria y que no subsanan sus errores, al presidente se le acaba de caer la última red que lo estabilizaba.