Milan, tras sufrir un sofocón por un abanico, pone orden en la anarquía de los velocistas

Milan, tras sufrir un sofocón por un abanico, pone orden en la anarquía de los velocistas

Aquellos equipos poderosos que imponían un treno imposible de superar ya pasaron a la historia. Unas formaciones perfectamente coordinadas que comandaban el grupo e imponían una altísima velocidad en los últimos kilómetros para impedir cualquier conato de fuga y, así, lanzar a su sprinters a la conquista de la victoria. Ese aplastante dominio no termina de cuajar en este Giro de velocistas inseguros. En esa anarquía domina Jonathan Milan, que este viernes se anotó su tercera victoria parcial tras solventar un inesperado sofocón provocado por una abanico. Tadej Pogacar, que también suma tres triunfos, continúa líder.

En el desgobierno de las llegadas masiva, el Lidl Trek, el Soudal Quick Step, el Alpecin y el Visma se han repartido responsabilidades sin asumir un gobierno estable. El más fiable, sin duda, es el Lidl Terk de Milan, que antes venció en las etapas cuarta y undécima. El belga Tim Merlier (Soudal) brilló en la tercera jornada y el neerlandés Olav Kooij (Visma), en la novena.

En su escenario preferido, sin dificultades orográficos, con minúsculo desnivel de 150 metros y un recorrido de 179 kilómetros entre Riccione y Cento, algunos de los mejores rodadores quedaron retratados con una valiente ofensiva de Ineos. El equipo de Geraint Thomas, aprovechando un golpe de ciento lateral, aceleró la marcha a falta de 60 kilómetros para la meta y rompió en pelotón en varios trozos. Arensman, Narváez y Ganna se relevaron en la punta y dejaron cortados, entre otros, a Milan y a Fernando Gaviria. También a escaladores como Domenico Pozzovivo yEiner Rubio. La ofensiva terminó con la aventura de los fugados de turno, en esta ocasión el incansable Andrea Petrobon (del Polti Kometa de Alberto Contador) y Alessandro Tonelli y Manuele Tarozzi (ambos de Bardiani), que habían conseguido hasta dos minutos de renta.

Un calentón inesperado para el equipo de Milan, que consiguió enganchar a falta de 37 kilómetros para el final. Una breve tormenta al nerviosismo por ocupar las primeras plazas en el desenlace por las calles de Cento y por neutralizar una nueva fuga, ahora integrada por De Pooter y Marcellusi. Con el Alpecin de Kaden Grove asomando en cabeza. Tensión y sustos y varias caídas antes de un final en el que Milan superó, a los últimos 50 metros, a un soberbio Gaviria. Premio para el italiano y el colombiano, castigados en el tramo final por el Ineos.

Esta ha sido una de las dos últimas balas del cargador de los velocistas, dado que la tercera semana de competición está dominada por la alta montaña, sólo les quedarán las jornadas del viernes, con llegada a Padova y la de la clausura en Roma.

Para este sábado cambio de guion. Nueva y última cita para los expertos en la lucha individual contra el crono. Serán 31 kilómetros en un trayecto llano entre Castiglione delle Stiviere y Desenzano del Garda. Un test de fuerza para especialistas. Más opciones para Filippo Ganna que para Tadej Pogacar.

kpd