La número 1 más joven de la historia, ahora nº6, repasa sus dos carreras, la deportiva y la académica: “Medicina me ha salvado la carrera de pádel y al revés”, admite a EL MUNDO
En 2019, Marta Ortega (Madrid, 1997), Martita para todo el circuito mundial, se convirtió en la número uno más joven en la historia del pádel. Ganó nueve torneos en apenas unos meses y tocó el techo de su deporte. Tenía sólo 22 años. El éxito en las pistas podría haberle cegado, más todavía en un World Padel Tour que estaba en constante evolución camino de ingresos más suculentos, pero Ortega, empujada por su familia, se administró para mantener una doble carrera deportiva y académica que con el tiempo le ha convertido en La Doctora del pádel mundial. Fue número 1, terminó en paralelo la carrera universitaria de Medicina y cuatro años después es la número 6 del mundo. Sigue en la élite. Desde ahí atiende a EL MUNDO, convencida de que la responsabilidad académica ha sido clave en su éxito.
“A mí muchas veces el pádel me salvó la carrera de Medicina y Medicina me salvó la carrera deportiva“, admite la charla. “Cuando iba a un torneo y las cosas me salían mal, al día siguiente tenía que hacer clic y ponerme a estudiar. Y si terminaba unos exámenes y tenía medio día libre, me centraba en entrenar hasta saber la nota que había sacado para no estresarme”, resume, y confiesa que todo es cuestión de “prioridades”. “Yo sabía que a lo mejor un viernes por la tarde o noche había un cumpleaños que me apetecía mucho, pero el sábado por la mañana tenía un partido o un entrenamiento. No podía disfrutar de eso, pero sabía que si el domingo o cuando fuera salía la lista de la selección y estaba dentro, iba a ser más feliz que lo que habían sido mis compañeros el viernes”.
- ¿Madura antes un deportista que estudia?
- Antes y muy rápido. Siendo una carrera de Medicina y viviendo cosas muy graves, aprendes a valorar qué es lo verdaderamente importante y qué no. Y luego me ha ayudado a gestionar la tensión, porque yo en los exámenes de la carrera me ponía muy, muy, muy nerviosa, mucho más que jugando. De repente se iba el médico y te quedas tú ahí con el paciente, y en ese estrés y en esos nervios te tienes que hacer valer y respetar. Y eso para la competición también viene muy bien, y viceversa. El competir te lleva a un nivel de estrés que luego hace que concentrarte para estudiar sea muy fácil. Mis amigos, por ejemplo, tardaban la vida en concentrarse, y yo en cuanto veía el libro me enfocaba y me cundía.
En un reportaje reciente en este periódico, directivos de varios clubes de fútbol español destacaban la importancia que estaba adquiriendo el estudio para los jugadores de su cantera. Ya no es que aprobar o aspirar a una formación superior les pueda ayudar en su vida, sino que los debutantes de Primera y Segunda División eran, en su mayoría, estudiantes notables. Ese detalle Ortega, atleta de Adidas, lo sabe mejor que nadie: “Marca mucho la diferencia. Un deportista que es desordenado puede tener momentos muy buenos en una temporada o en un torneo, pero a largo plazo quizá sea mucho más irregular, mientras que a lo mejor los que no somos tan talentosos, que yo no me considero una persona con talento sino trabajadora, podemos tener una carrera un poco más regular, sin grandes momentazos, pero más regular”, detalla.
- ¿Hay igualdad en el pádel?
- En la parte deportiva, diría que sí, al 100%. Quizás los chicos juegan más en pista central que nosotras, que es algo que nos gustaría cambiar, o los horarios, que a lo mejor ellos juegan más por la tarde que nosotras, pero también es algo que tiene ventajas y desventajas. A nivel económico hubo igualdad en su momento y ahora no del todo, pero a corto plazo parece que está hecha y firmada. Y bueno, a nivel de patrocinios quizá es donde falta. Los chicos siempre tienen más, llegan a más cosas y a cantidades económicas más altas.
- Cuando se retire, ¿volverá al hospital?
- 100%. Estoy haciendo un máster en medicina deportiva y es más o menos a lo que sé que me quiero dedicar. Del pádel no me voy a desvincular en la vida porque ha sido mi vida y me apasiona, pero tengo la suerte de haber estudiado la carrera que yo quería y es lo que quiero ser cuando sea muy mayor. He estudiado mucho tiempo y me he preparado tanto que es lo que me apetece.