Esta vez sí, esta sí que cuenta. Marc Márquez es el conquistador de Aragón. Con un dominio abrumador, el de Cervera ha logrado su 60º victoria en MotoGP y regresa al trono que sólo un elegido como él puede acceder, pese a que las incontables lesiones tratasen de truncar su carrera durante años.
Desde la salida, el piloto español se ha mostrado muy seguro de sí mismo, sabedor de que de que el Gran Premio de Aragón representaba una de sus mayores oportunidades para alzarse con una victoria en este Mundial. Por ello, en los tres primeros giros, ya sacaba más de dos segundos a sus principales perseguidores, más preocupados en la lucha por la segunda plaza, ante la imposibilidad de seguir la estela de Márquez.
Vuelta a vuelta, Marc reivindicaba su liderazgo. Impenetrable y hambriento de éxito, ni siquiera tuvo la necesidad de mirar por el retrovisor para conocer lo que ocurría a sus espaldas, ya que estaba más preocupado de poder comerse ese sufflé que ha cocinado durante todo el fin de semana a lomos de su motocicleta del año 2023.
Más allá del nuevo hito del hexacampeón del mundo, la batalla por completar el podio era feroz. En los primeros compases de la carrera, Acosta, Jorge Martín y Alex Márquez protagonizaban una lucha sin cuartel, aprovechando la espantosa salida del actual campeón del mundo, Pecco Bagnaia, que se vio relegado a la séptima posición.
El enfrentamiento entre españoles finalizó con el tiburón de Mazarrón (Acosta) en cuarta posición y obligado a verse las caras la Ducati del italiano. Mal compañero de baile para el joven piloto de Gas Gas, que poco pudo hacer ante la aerodinámica de la máquina del equipo de Gigi Dall’Igna y que, con el avance de la carrera, comenzaba a sentirse mejor sobre el recién estrenado asfalto aragonés.
Tanto era así, que rápidamente encaró a Alex Márquez, con el que protagonizó el momento más impactante de la prueba. Bagnaia se comió al de Gresini al intentar adelantarle y ambos acabaron cayendo. El campeón del mundo, que comenzaba el Gran Premio como líder del mundial, quedaba de rodillas sobre la grava y brindaba el liderato a Jorge Martín que, con su gran segunda posición, llegará mandando a San Marino. Ambos pilotos, tuvieron que ser llevados rápidamente ante los servicios médicos debido a la gravedad del golpe.
Acosta fue el otro gran beneficiado del choque y completó un nuevo podio español que ya es historia del motociclismo, por representar la vuelta de Marc Márquez a la senda de la victoria.
Marc Márquez ha sido capaz de cumplir con lo esperado en Aragón y ha culminado un fin de semana perfecto en el que ha liderado todas y cada una de las sesiones. El piloto de Ducati no ha encontrado un rival en MotorLand capaz de poner en duda la posesión de su trono y se ha hecho con octava victoria en este circuito, la séptima en MotoGP.
El de Cervera no ha dado ni una sola opción desde la salida, contundente en cada una de las 17 curvas del circuito. Vuelta rápida tras vuelta rápida, hasta hacer la mejor de la historia del GP de Alcañiz, Marc ha demostrado los motivos por los que el caliente asfalto aragonés se adapta a la perfección a sus capacidades y solo Álex Márquez, quien mejor le conoce, ha sido capaz de mantener su moto cerca de la cabeza durante un pequeño tramo de la carrera.
"En este gran premio tengo que preocuparme de estar más cerca de Marc que del resto", expresaba el menor de los hermanos en los prolegómenos del evento, consciente de la inmensa diferencia existente entre el ocho veces campeón del mundo y los demás pilotos de la parrilla en un circuito como MotorLand, fetiche para él. Y ha conseguido cumplir con la fórmula durante gran parte del fin de semana, mostrándose agresivo en todas las pruebas del evento. El de Gresini ha perdido el ritmo de su hermano tras las primeras cinco vueltas, pero ha terminado la carrera a más de un segundo y con Pecco Bagnaia pisándole los talones. Aún así, logra mantenerse al acecho en el Mundial, a poco más de 30 puntos, y se mantiene vivo en la guerra de trincheras que está planteando con su moto satélite.
Tras la familia Márquez, el propio Bagnaia y Pedro Acosta han mantenido una guerra encarnizada por ser el último piloto en completar el podio, con una sucesión interminable de adelantamientos entre ambos. El italiano, campeón del mundo en 2022 y 2023, tras decepcionar en la carrera al 'sprint', llegaba al domingo con la intención de reivindicarse y demostrar que es capaz de sacar el mejor rendimiento de la poderosa Ducati. Así, ha sido capaz de lograr un tercer puesto que, pese a haber tenido cerca a Álex durante un gran tramo de la prueba, le sirve para cortar la mala racha de resultados que venía manteniendo en citas anteriores.
El tiburón de Mazarrón, por su parte, ha hecho una carrera muy seria, con la que vuelve a demostrar que quizá esté para optar a algo más de lo que le permite su KTM. Desde el comienzo vio la posibilidad de hacerse con un jugoso puñado de puntos en Alcañiz y atacó sin reparos en busca del podio. Sin embargo, su moto no da para más y se queda con un gran cuarto puesto que contrasta con el resultado de su compañero, Brad Binder, que se fue al suelo cuando intentaba seguirle el ritmo.
El Gran Premio de Aragón ha vuelto a ser un éxito de público, con hasta 112.633 espectadores que se han pasado por el circuito durante todo el fin de semana. Un dato con el que Alcañiz demuestra que la pasión por el motociclismo es palpable en sus tierras y se posiciona en contra de la posibilidad de que Dorna, la empresa que organiza el campeonato, decida relevarla en el calendario por un destino más exótico.
En la época de los contratos millonarios, los clubes Estado y las batallas judiciales por la organización de las competiciones más importantes, la Copa del Rey se ha convertido en el oasis en el que pueden descansar las ilusiones de las plantillas más humildes. Celebérrimas epopeyas gestadas en vestuarios pequeños de baldosas blancas, con cuatro duchas para 20 jugadores, tres bancos que obligan a media plantilla a quedarse de pie para escuchar al entrenador y un cartel pegado en la pared que reza: "Ganar, ganar y ganar".
Ese podría ser el vestuario de aquel Alcorcón que noqueó al Real Madrid en Santo Domingo o del Mirandés que se plantó a las puertas del cielo liderado por un banquero llamado Pablo Infante, pero, en esta ocasión, es el del Club de Fútbol Ontiñena, el equipo que, en esta edición, tendrá la misión de representar al pueblo más pequeño en los 121 años de historia de la Copa del Rey. Y es que esta localidad, oculta entre las sinuosas carreteras de la comarca del Bajo Cinca, tiene apenas 500 habitantes que, este jueves, tendrán la misión de continuar con la hazaña derrotando a la Unión Deportiva Las Palmas.
Una encomienda que se ha podido asumir gracias al sueño de un grupo de personas del pueblo que, al ver a club a punto de morir tras un descenso a Segunda Regional, decidieron que en su pueblo "el fútbol no podía desaparecer". Así lo comparte Hugo Lax, actual presidente y miembro de aquella directiva que, apoyada en el sector agrario y en la ayuda de los 250 socios que acumula, organizaron una reestructuración total de la institución que comenzó con la contratación de un nuevo entrenador, lo permitió que muchos de los mejores jugadores de los otros pueblos de la zona fijasen su atención en Ontiñena.
Los jugadores del Ontiñena calentando en el estadio municipalToni GalánE.M.
Uno de esos jugadores fue Alejandro Puente, quien estaba "a punto de dejar el fútbol porque es algo muy difícil de compaginar con la vida social", pero al escuchar las aspiraciones de ascender y de terminar jugando la Copa del Rey, no pudo rechazarlo. "Cuando me reuní con el club para organizar mi fichaje y me presentaron un PowerPoint con sus objetivos no me lo podía creer", comenta aún incrédulo al recordar ese instante.
Sin embargo, todo era real y, ahora, no solo es que esté a punto de defender a jugadores de la talla de Moleiro, Kirian Rodríguez o Januzaj, si no que se ha hecho viral en redes sociales con un vídeo en el que se ponía unas chanclas como espinilleras antes de un partido. "En el vestuario tenemos una norma que dice que cuando nos falta algo de material tenemos que pagar cinco euros de multa. Es algo simbólico, pero en cuanto vi las chanclas ahí no dudé en metérmelas en las medias para disimular un poco. No iba a salir a jugar con ellas, pero un compañero me grabó haciéndolo, lo subió a TikTok y, con todo este boom que hemos pegado con la Copa, creo que ya lleva un millón de reproducciones", explica entre risas.
Alejandro Puente, central del Ontiñena, con las chanclas que utilizó como espinillerasToni GalánE.M.
Puente encarna uno de los tantos relatos diferentes que coinciden en el Ontiñena, como el de su portero David Salas, héroe en la anterior eliminatoria al detener dos penaltis en la tanda y que se perderá el partido por estar en Tailandia de vacaciones, su centrocampista Chaka Thiero, quien consiguió traer a su familia de África hace apenas unos años, o su defensa Abdoulaye Bah, nacido en Guinea Conakry y que ejerce como concejal en el Ayuntamiento de Monzón.
Precisamente en esa localidad es donde se disputará el encuentro contra Las Palmas, al no contar El Balsal (campo municipal) con las instalaciones mínimas para cumplir con la seguridad de los espectadores y permitir la retransmisión por televisión. La decisión de jugar en Monzón, pese a tener la oportunidad de competir en un estadio de primer nivel como El Alcoraz (Huesca), fue tomada por el Ontiñena al ser considerada "como la mejor opción de cara a aumentar nuestras posibilidades". Así lo explica el entrenador, Víctor Peinado, quien piensa que "en el Isidro Calderón podemos sentirnos como en casa y hacer que ellos sientan un ambiente hostil, que no estén cómodos durante el partido". En ese sentido, desea que "el césped esté lleno de baches y calvas para que tengan que jugar en largo y se igualen las fuerzas, porque si no, sabemos que estamos años luz de su nivel".
Conseguir ese ambiente hostil que reclama Peinado no será problema para la afición del Ontiñena, que agotó las 2.000 entradas (ayudados por gente de los pueblos de alrededor) en 48 horas y que en la ronda previa ya movilizó a unas 200 personas para desplazarse hasta Elizondo (Navarra) en un miércoles lluvioso para apoyar al equipo. "La afición está casi más ilusionada que nosotros con todo esto. Para el partido contra el Baztán hicieron un viaje de seis horas para apoyarnos y en el siguiente entrenamiento otro centenar de vecinos nos recibió con fuegos artificiales. Tienen tanta confianza en nosotros que se está tornando casi en exigencia, porque ya nos dicen que tenemos que ganar todos los partidos", comenta, agradecido, Barcos, pese a que no podrá formar parte del encuentro por una lesión en el tendón de Aquiles.
Marc Márquez sacó la bandera de España, esa que llevaba tanto tiempo sin hondear, y puso dirección a la grada, donde no dudó en lanzarse a sus miles de aficionados. Acto que repitió al llegar al pit lane y ver a su equipo. "Fue una carrera increíble. Me resulta increíble ganar delante de esta gran afición. Gestionar la distancia es difícil. He sabido hacerlo y tenía guardado un extra más al final. Gracias Aragón, el año que viene nos volvemos a ver. Esto no ha hecho más que empezar", expresaba un emocionado Márquez.
El español es el conquistador de Aragón. Con un dominio abrumador, el de Cervera ha logrado su 60º victoria en MotoGP y regresa al trono al que sólo un elegido como él puede acceder, pese a que las incontables lesiones tratasen de truncar su carrera durante años.
Desde la salida, se ha mostrado muy seguro de sí mismo, sabedor de que el Gran Premio de Aragón representaba una de sus mayores oportunidades para alzarse con una victoria en este Mundial. Por ello, en los tres primeros giros, ya sacaba más de dos segundos a sus principales perseguidores.
Vuelta a vuelta, Marc reivindicaba su liderazgo. Impenetrable y hambriento de éxito, ni siquiera tuvo la necesidad de mirar por el retrovisor para conocer lo que ocurría a sus espaldas, ya que estaba más preocupado de poder comerse ese suflé que ha cocinado durante todo el fin de semana a lomos de su motocicleta del año 2023.
Márquez se puso de pie tras cruzar la línea de meta para recibir el calor de los cientos de vecinos de su localidad que han acudido a Alcañiz para acompañarle en su regreso. Y es que el circuito aragonés es, prácticamente, su lugar de recreo, debido a los escasos 200 kilómetros que lo separan de su hogar.
Más allá del nuevo hito de ocho veces campeón del mundo, la batalla por completar el podio era feroz. En los primeros compases de la carrera, Acosta, Jorge Martín y Alex Márquez protagonizaban una lucha sin cuartel, aprovechando la espantosa salida del actual campeón del mundo, Pecco Bagnaia, que se vio relegado a la séptima posición.
El enfrentamiento entre españoles finalizó con el tiburón de Mazarrón (Acosta) en cuarta posición, tras tocarse con Martín en el sacacorchos, y obligado a verse las caras con la Ducati del italiano. Mal compañero de baile para el joven piloto de Gas Gas, que poco pudo hacer ante la aerodinámica de la máquina del equipo de Gigi Dall'Igna y que, con el avance de la carrera, comenzaba a sentirse mejor sobre el recién estrenado asfalto aragonés.
Tanto era así, que rápidamente encaró a Alex Márquez, con el que protagonizó el momento más impactante de la prueba. Bagnaia se comió al de Gresini al intentar adelantarle y ambos acabaron cayendo. El campeón del mundo, que comenzaba el Gran Premio como líder del mundial, quedaba de rodillas sobre la grava y brindaba el liderato a Jorge Martín que, con su gran segunda posición, llegará con 23 puntos de ventaja a San Marino. "Fue difícil la salida. Luego he tratado de recuperar posiciones, pero tratando de adelantar a Pedro casi me caigo. He visto que Márquez se estaba alejando, pero he intentado mantener el ritmo. Estoy contento por Marc después de este tiempo de sequía y estoy contento también por mi podio", comentaba el piloto madrileño al finalizar la carrera.
Acosta fue el otro gran beneficiado del choque y completó un nuevo podio que necesitaba tras la mala racha de las últimas semanas. "Sin duda el mejor fin de semana de la temporada. Nos sentimos competitivos y por eso quiero dar gracias a KTM y a todo el equipo. Las últimas semanas no han sido fáciles y vamos a mantener este ritmo porque se lo merecen", auguraba Acosta.
Con todo esto, Aragón cierra un fin de semana histórico, en el que el circuito ha vuelto a superar los 100.000 visitantes y se consolida como una de las mejores pruebas del Mundial de la categoría reina del motociclismo.