Los secretos de las zapatillas de los pilotos: piel de canguro, un peso revolucionario y duras pruebas contra el fuego

Los secretos de las zapatillas de los pilotos: piel de canguro, un peso revolucionario y duras pruebas contra el fuego

GP de Austria

Actualizado

Perzonalizado al máximo, con material ignífugo y un peso que ronda los 100 gramos, el calzado de los pilotos no está a la venta.

Sainz y Leclerc, junto a sus zapatillas.PUMA

Un alerón trasero más grande, o más pequeño, o más alto, o más bajo. Un suelo diferente, con otro dibujo. Un nuevo chasis. En la Fórmula 1 sólo los ingenieros son capaces de hablar de rendimiento. Si un piloto va más rápido tiene que ser porque su equipo ha colocado en su monoplaza una pieza complejísima que llevó mil horas de análisis en el túnel del viento. Pero al final, todo consiste en pisar más el acelerador y menos el freno que los rivales. Y por eso hay muchos elementos que también rodean a los pilotos del Mundial, que pueden hacerle más veloz y que atraen menos miradas que el coche. Por ejemplo, las zapatillas.

Exageradamente específicas, hechas a medida y con mucho trabajo de laboratorio detrás, el calzado de los pilotos es uno de los mayores secretos del paddock. De los zapatos que le hacía el zapatero italiano Ciccio Liberto a Niki Lauda al calzado actual de Puma, Sparco o Alpinestars hay un mundo con muchos detalles.

«Un piloto necesita estar muy concentrado. Si te suda el pie, o te molesta algo, pierdes esa concentración. Nadie habla de la importancia que una bota tiene para un piloto», comenta el ex piloto Mark Webber, ahora comentarista. Hechas por dentro de Nomex, el mismo material ignífugo que se utiliza en las monos, y por fuera de piel de canguro o cuero, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) obliga a que pasen ciertas pruebas, como una que las empapa de gasolina, y eso impide que haya diferencias enormes. Pero igualmente las marcas lo intentan.

Menos peso que un velocista

En los últimos años, con la revolución de los materiales que se ha vivido en el atletismo, se han visto innovaciones que han llevado a las zapatillas de Fórmula 1 a un peso muy, muy bajo, en la frontera de los 100 gramos. Es menos de lo que pesan las zapatillas de un campeón de velocidad (125 gr.), la mitad de las de un ciclista del Tour (220 gr.). «Ese es el objetivo. Las zapatillas deben ser cómodas y resistentes, pero también súper ligeras. Los pilotos miden cada gramo y exigen ligereza», explica Gregor Huebner, responsable de márketing deportivo de Puma, que viste los pies de los pilotos de Ferrari -como Carlos Sainz-, Mercedes o Alfa Romeo. Fernando Alonso calza unas Alpinestars y Max Verstappen, unas Sparco.

Estos pilotos cuentan con su propio molde de pie, pueden pedir el ajuste de los dedos, el empeine y el talón que deseen y personalizar también la mediasuela, normalmente finísima, de un par de milímetros. Algunos incluso tienen un modelo de carrera, más robusto, y un modelo liviano para la qualy. De peticiones raras hay varias: un referente de la NASCAR, Brad Keselowski, reclamó que le partieran la suela para poder mover el dedo gordo del pie porque embragaba con él. Por todo ello, estas zapatillas no se venden.

Los pilotos utilizan unos 20 pares por temporada, a veces piden cambios durante el año, y con esa personalización es imposible una fabricación en masa. Hace 20 años, Puma y Sparco se unieron para crear con éxito unas zapatillas de calle inspiradas en la Fórmula 1, las Puma Speedcat by Sparco, pero la moda no se mantuvo. Algunas marcas ofrecen ediciones limitadas de sus modelos para pilotos, pero no son personalizables y su precio ronda los 300 euros.

kpd