Los límites de MotoGP

Los límites de MotoGP

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Caída de Pecco Bagnaia en Montmeló.Alejandro GarciaEFE

El Mundial de MotoGP también tiene sus límites. Aspirar a lograr victorias, récords e hitos estadísticos, resulta motivador y legítimo, pero puede tropezarse con los intereses de otros rivales, o con la propia regulación de este deporte, que ni pilotos, marcas, ingenieros y equipos pueden rebasar, so pena de sanciones que administra el panel de comisarios. ¿Por qué se ha llegado al nivel sancionador actual?

En primer lugar, antes no se producían tantos conflictos en carrera, porque la competición era muy diferente, pues no existía una lucha tan cerrada ni tanta igualdad entre tantos pilotos, y además se abrían diferencias más amplias entre las distintas posiciones de batalla.

Actualmente, los pilotos de MotoGP atacan con más agresividad a sus rivales, debido a que las oportunidades de adelantarse son cada vez más escasas por culpa del llamado efecto rebufo y el sobrecalentamiento del neumático delantero. Por eso los pilotos quieren estar siempre bien posicionados desde el primer momento y, por el mismo motivo, la clasificación y la salida se han vuelto tan determinantes.

Además, antes solía haber mayor ‘indulgencia’ con las penalizaciones porque las acciones polémicas se producían hacia el final de carrera, o en las últimas vueltas, entendiéndose como parte del espectáculo. No se consideraba que hubieras fastidiado la carrera a tu rival, o no tanto como ahora en que todo sucede prácticamente desde la salida.

De ahí que las sanciones deban ser más estrictas que antes, pues las acciones antirreglamentarias o fallos de cálculo en el pilotaje pueden perjudicar claramente la actuación de cualquier piloto. Es la igualdad la que fuerza que los incidentes se produzcan mucho más a menudo.

Si ahora se fuese indulgente, el descontrol sería absoluto, pues cada uno vería como justa su acción, nunca la de su rival. Aunque sus veredictos suelan moverse en una línea muy fina y delgada, considero que la toma de decisiones en dirección de carrera debe basarse siempre en una lógica sólida, aclarando de forma adecuada lo que está bien o mal, partiendo de un programa bien definido sobre las sanciones que pueden aplicar. Porque del mismo modo que la acción de un piloto puede perjudicar a otros, una mala decisión de dirección de carrera puede cambiar el curso de la misma y la del piloto. Es así como se sienta ‘jurisprudencia’ y se evitan revuelos o malentendidos.

Las reglas y restricciones no tienen porqué ser un handicap, al contrario, pueden servir de acicate para perfeccionar o depurar tu técnica. Al margen de esas líneas verdes que marcan los límites de pista y suponen sanciones, las verdaderas líneas rojas de MotoGP las venía marcando este año Pecco Bagnaia y su Ducati, pero su desgraciado accidente de Cataluña rompe una dinámica arrolladora y abre de nuevo el Mundial, pero no sus límites…

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