Varios aficionado del Madrid increparon al pívot del Barça a la llega del autobús. “Es una cosa lamentable. . Se escuchó mucho hablando de Vinicius. Y esto tiene que para ya”
Nnaji, celebrado el título de liga.ACB PHOTO
La final de la Liga Endesa quedó empañada desde antes del comienzo del tercer -y a la postre definitivo-, tercer partido. A la llegada del autobús del Barça al WiZink Center, un buen rato antes del duelo, el bochorno. Un puñado de aficionados, identificados con camisetas y bufandas del Real Madrid, profirió gravísimos insultos a los jugadores azulgrana. Entre ellos, “negro, hijo de puta” dirigido a James Nnaji o “rata apestosa” a Niko Mirotic.
En la sala de prensa, tras la victoria culé para la consecución de su 20ª Liga, las primeras palabras de Sarunas Jasikevicius tras lograr su segunda ACB como entrenador culé fueron directamente para el horrible episodio. “Quiero hablar sobre lo que pasó sobre James Nnaji aquí. Es una cosa lamentable. No puede ser. Se escuchó mucho hablando de Vinicius. Y esto tiene que para ya. Esto no va con lo que decís aquí de los valores del Real Madrid, tenemos que estar muy enfadados. Esto no puede ser, vamos a pelear contra esto. Es más importante que el título”, pronunció Saras, con gesto de verdadera preocupación: “Ma da igual que sea a un jugador del Madrid, del Barcelona o de otro equipo”.
Dentro de WiZink, ambiente caldeadísimo desde el inicio, presión total sobre unos árbitros que venían cuestionados desde los dos partidos del Palau, también se volvieron a escuchar los habituales insultos a Niko Mirotic. El ala-pívot, MVP y protagonista de la final por su adiós polémico al Barça, habló también sobre estos episodios y confesó que era la razón por la que no traía a sus hijos al recinto madridista.
El lunes, jornada de descanso en el Giro, en mitad de la conferencia ante los medios, Juan Ayuso, que a su lado tiene a Josean Fernández Matxin y un poco más allá a Isaac del Toro -y en su rodilla derecha tres puntos de sutura tras el corte sufrido en la caída en el 'sterrato'-, lanza un avioncito de papel que provoca las risas de su director y su, a priori, gregario en el UAE Emirates. La sensación que pretende transmitir el mejor equipo del mundo en el Giro es de normalidad, hasta de felicidad (justificada, tiene a cuatro de sus corredores entre los 10 primeros). El problema es que el supuesto gregario viste, desde su exhibición por los caminos blancos hacia Siena, de rosa.
El Torito tiene 21 años y ha llegado su hora. Es tímido y no alza la voz ni proclama su derecho a nada. Pero tampoco renuncia: «Mi estrategia es dar lo máximo de mí». Y Matxin, que encontró otra de sus perlas en el insospechada México (un país sin tradición ciclista y con el único referente del pasado de Raúl Alcalá) juega a la ambigüedad. «La situación no cambia. Tenemos dos jefes de filas, Juan y Adam (Yates). Pero el líder merece respeto. La pregunta es para los rivales: ¿cómo nos van a atacar?», desafía, sin despejar la gran pregunta que hoy se hace todo el pelotón.
«Si me llegan a decir que a estas alturas llevó más de un minuto a Roglic y voy segundo de la general, lo firmo», pronuncia Ayuso. Que deja otra frase interesante: «Quiero ganar el Giro. Pero si lo tengo que perder, que el disgusto sea porque lo ha ganado mi compañero».
Isaac del Toro, a su llegada a Siena.LUCA ZENNAROEFE
Juan e Isaac son amigos. Comparten juventud, carácter latino y hacen grupeta dentro del equipo con Igor Arrieta. El asunto es que son dos talentos irrefrenables y el boom del mexicano de Ensenada parece haber llegado en su segunda gran vuelta. "Estoy en una buena posición, pero no creo ser el líder. Para mí, en mi cabeza, ellos son los líderes», dijo tras acabar segundo en Siena por detrás de Van Aert y convertirse en el primer azteca en la historia en vestir la maglia rosa.
La pasión por la bicicleta le viene a Del Toro de su padre y sus tíos. Y de su madre, que siempre quiso que él y su hermano Ángel hicieran deporte. Se enamoró del Tour mientras veía las etapas desayunando antes de ir a clase, especialmente los duelos entre Nairo Quintana y Froome. Pero Isaac no dejaba de ser una rareza. En 2019, con 15 años, tuvo que abandonar el hogar para viajar a Europa, a San Marino, con la oportunidad que le brindaba el AR Monex.
Destacó en mountain bike y ciclocross y pronto Matxin le echó el ojo. También el Caja Rural y el Movistar, que estaban dispuestos a firmarle cuando en 2023 todo se precipitó. Ese verano, a las órdenes de Piotr Ugrumov, Isaac estalla en el Tour del Porvenir, una victoria inolvidable en el Col de la Loze, destrozando a Riccitello, Piganzoli y Pellizzari. Lo que precipita su fichaje por el UAE. En su primera carrera como profesional, al comienzo del 2024, gana la etapa del Tour Down Under y acaba tercero en la general final. La confirmación.
La temporada pasada, con 20 años, debutó en su primera grande, la Vuelta a España. Todo eran lecciones para el mexicano, quien fue intimando con Tadej Pogacar, recibiendo "tips". Ayer mismo confesaba que el esloveno, a quien precisamente ayudó a conquistar la última edición de la Strade Bianche, le había enviado un mensaje instándole a aprovechar su oportunidad, a confiar en sí mismo.
El problema para Ayuso o la bendición para el UAE (y para Matxin) es que todo es tan nuevo para Del Toro que nadie es realmente consciente de lo que es capaz. En el podcast Bajo el maillot confesaba su predilección por la montaña, sin renunciar al resto. «Quiero poder atacar como Alaphilippe y subir con un ritmo impresionante como Froome. Pero también ser polivalente, ir bien en contrarreloj, Ni siquiera sé en lo que soy mejor. Si tienes piernas vas y si no, no». Este martes, en Pisa, se enfrenta a la crono más larga de su corta carrera. Con 1:13 de ventaja sobre Ayuso. «Son buenas personas», despeja Matxin, en medio de los dos, siempre con las mejores cartas en su baraja.
Baloncesto
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Lunes,
7
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2023
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