GP de EEUU
El asturiano, que remontó hasta la séptima plaza después de un espeluznante accidente con Stroll, cae al decimoquinto puesto.
Casi a las nueve la noche, cinco horas después de que cayera la bandera a cuadros en Austin, un comunicado de la FIA frustraba la “mejor carrera del año” de Fernando Alonso. Los comisarios le impusieron una sanción de 30 segundos por no cumplir las condiciones de seguridad, al disputar el último tramo del GP de Estados Unidos sin su espejo retrovisor derecho. De este modo, el asturiano, que había cruzado la meta en séptima posición tras una gran remontada, se quedaba sin puntos.
Un amargo cierre para Alonso, que había sufrido un espeluznante accidente por un error de Lance Stroll, su próximo compañero en Aston Martin. El volantazo del canadiense en plena recta hizo desestabilizó por completo al bicampeón mundial, que se estrellaría contra las protecciones laterales. Tras cambiar el alerón delantero, Fernando se reincorporó a pista en último lugar. Desde allí, “con el susto en el cuerpo” y en condiciones muy precarias, empezó a ganar posiciones.
Pese a los daños en su A522, adelantó a Nicholas Latifi (Williams) y Daniel Ricciardo (McLaren), se benefició de la sanción a Pierre Gasly (AlphaTauri) y pudo desembarazarse de Alexander Albon (Williams). Unas vueltas después, Alpine ordenó el cambio de posiciones con Esteban Ocon, por lo que Alonso, con unos neumáticos muy degradados, trepó hasta la sexta plaza. Desde allí ya no pudo contener a Lando Norris (McLaren), aunque esos cuatro puntos de la meta recompensaban su valeroso esfuerzo.
Sin sanción para Red Bull
“He empujado como si fueran vueltas de clasificación. Ha sido mi mejor carrera del año y acabar séptimo es increíble”, valoró Alonso en los micrófonos de DAZN. “Aún iba pensando en el accidente y sólo quería llegar a meta”, añadió el ovetense, empeñado en mantener el cuarto puesto de Alpine en el Mundial de Constructores. “Deseaba tanto quedar delante de Lando… Pero lo estaremos después de la última carrera en Abu Dhabi, creedme”, lanzó por la radio. Su encomiable labor emocionó a Otmar Szafnauer, team principal de Alpine, que elogió a Fernando por su “magnífica” carrera y por conseguir unos “merecidos puntos”.
Sin embargo, los ánimos en la escudería francesa empezaron a enfriarse tras la reclamación de Haas, que se consideraba perjudicada por el accidente causado por Stroll. Alonso, acompañado de Alan Permane, director deportivo de Alpine, debió prestar declaración ante los jueces de la FIA, que finalmente le relegaron a la decimoquinta plaza. En su escrito se mostraban “muy preocupados” porque en ningún momento se mostró bandera negra y naranja, ni hubo un mensaje de radio para advertir a Alonso de lo sucedido.
Haas también había protestado contra Sergio Pérez, que siguió en pista pese a perder la pletina de uno de sus alerones. Sin embargo, en esta ocasión, el australiano Garry Connelly, la española Silvia Bellot, el brasileño Enrique Bernoldi y el estadounidense Dennis Dean, desestimaron cualquier sanción para el mexicano. Tras revisar las fotografías presentadas por Red Bull, concluyeron que Checo sí había competido bajo los necesarios estándares de seguridad.
Esta es la segunda vez que Alonso se marcha de vacío después de una decisión postrera de los comisarios. El pasado 9 mayo perdió su noveno puesto en el GP de Miami tras una penalización de cinco segundos, que le apartaba de los puntos por 102 milésimas. Dos semanas más tarde, en la rueda de prensa del GP de España, Alonso calificó aquel castigo de “muy injusto” e incluso acusó a los jueces de “incompetencia”. “No fueron muy profesionales. Tomaron la decisión sin pedirnos las pruebas. Y cuando llevamos esas pruebas tras la carrera ni siquiera estaban reunidos, sino que ya andaban recogiendo”, explicó en la sala de prensa de Montmeló.
Aquel enfado podría redoblarse ahora, dado que en ningún momento Alpine fue avisado de las consecuencias de seguir en pista sin uno de sus retrovisores. Tampoco el director de carrera, Niels Wittich, mostró una bandera negra y naranja a Alonso y Pérez, la que ordena a los pilotos pasar por boxes para las pertinentes reparaciones. Sólo tras la queja de Haas, la FIA decidió actuar investigar lo sucedido. La imagen de Mick Schumacher, retirando de su coche una de las piezas desprendidas tras el accidente entre Stroll y Alonso, terminó por convencer a Wittich.
Esta controversia se produce sólo una semana después de que la FIA excluyese a Eduardo Freitas de su habitual rotación para los directores de carrera. El portugués, señalado por su papel durante el GP de Japón -cuando permitió la salida a pista de una grúa- ya no ocupará su asiento, por lo que Wittich asumirá toda la responsabilidad en las tres carreras restantes.