Con el espíritu de Chichi Creus, de aquel TDK que hace 28 años protagonizó una sorpresa única en la Copa de Murcia, el ahora Baxi Manresa soñó durante casi 38 minutos en el Carpena. Una gesta en la orilla. Jabari Parker y Laprovittola, pura clase, aparecieron cuando el balón más ardía y con un parcial de 8-0 dieron al Barça el pase a seminifinales, donde este sábado se las verán contra Unicaja o Tenerife. [Narración y estadísticas (102-91)]
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Un alivio para Roger Grimau, que avanza donde el año pasado no pudo Jasikevicius. No brilló su equipo, sin respuesta ante el descaro ofensivo rival, a veces sorprendido ante la dureza y el ritmo manresano. Pero mantuvo la calma en la hora de la verdad y a la siguiente pantalla.
De los ocho equipos en Málaga, el Baxi Manresa es el elemento más inesperado. No está hecho para estas cumbres, pero ahí su primera vuelta, mejor que la de Baskonia o Joventut. Por méritos propios. Y una vez en la fiesta, como hace dos años, pues a bailar, aunque de primeras le toque el Barça. No hubo complejos y sí mucho descaro. Un 9-18 de salida, cuando sólo Jabari Parker daba la talla en los azulgrana, que el mismo domingo les ganaron en el Congost.
Bordeando el desastre
Grimau, debutante, tuvo que dar una vuelta de tuerca a sus pupilos. Con ese nivel de intensidad defensiva no bastaba. Willy y Laprovittola otorgaron alegría en la pintura y Da Silva puso orden atrás. Y la lógica se fue imponiendo antes del descanso, con el dominio del rebote como mejor aliado del favorito.
El paso por vestuarios fue un reinicio para los del Bagès, un morir con las botas puesta. Su retorno fue pura adrenalina, un 2-13 para poner de los nervios al Barça, bordeando el desastre. Se recobraban los azulgrana, con Willy como elemento diferenciador, y allá que volvía el Manresa, con canastas de puro talento de Brandon Taylor. Cinco puntos consecutivos del base elevaron la puja: 87-88 a falta de menos de tres minutos.
Iba a ser el talento el que resolviera la alerta máxima del Barça. Como Campazzo el día antes ante el Murcia, fue Laprovittola el que agarró por la pechera la responsabilidad. La calma argentina y la calidad de Jabari (y dos tiros libres fallados por Badio en ese tramo decisivo). Un parcial de 8-0 en el abismo y adiós al sueño del Manresa.