Lamine Yamal saca el genio y da la Liga al Barça

Lamine Yamal saca el genio y da la Liga al Barça

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Un golpe de genio de Lamine Yamal, un zurdazo que limpió las telarañas de la portería, las buenas intervenciones de Wojtiech Szczesny y un último gol de Fermín propiciaron que se cumpliera lo que ya parecía inevitable desde el último clásico: el alirón del Barça.

El triunfo, por 0-2, ante un Espanyol incansable durante gran parte del duelo y finalmente condenado por la expulsión de un Cabrera a quien se le fue la mano, literalmente, en los útlimos instantes del partido, selló el tercer título para los de Hansi Flick en una temporada que, para muchos, debía ser de transición y que se ha saldado con un dominio barcelonista únicamente ensombrecido por la eliminación en las semifinales de la Champions ante el Inter. Y al germano no sólo le han acompañado los resultados. También un juego que ha despertado la admiración dentro y fuera de las fronteras españolas.

El Espanyol, cómo no, trató de apretar al máximo a lo largo de los primeros 45 minutos. Su motivación, desde luego, era doble: sellar a la práctica la permanencia en Primera y, de paso, evitar que el eterno rival volviera a celebrar un título en su estadio, tal y como ya pasó hace un par de años. Un encuentro que sentenció la Liga para los azulgrana y condenó a su vez a los blanquiazules a bajar a los infiernos.

Con esas premisas, no es nada raro que el conjunto que entrena Manolo González tuviera las opciones más claras para abrir el marcador. Szczesny, finalmente de nuevo titular por mucho que Flick diera rienda suelta a las opciones de que Ter Stegen volviera a estar bajo los palos, tuvo que estar muy atento a los frecuentes llegadas de los locales. Sobre todo, para frustrar una grandísima ocasión de Javi Puado que a punto estuvo de significar el 1-0 cuando ya se había cumplido el primer cuarto de hora del duelo.

Los azulgrana, por su parte, tras unos primeros instantes en los que el Espanyol rondó con más frecuencia las inmediaciones de su área y tras unos momentos de desconcierto provocados por el anuncio de un atropello masivo instantes antes del partido en los alrededores del estadio, intentaron desplegarse un poco más frente a un rival inasequible al desaliento en tareas defensivas.

Los locales trataron de cerrar todos los pasillos a un equipo visitante que, pese a todo, logró apuntarse algunas llegadas a su casillero, si bien con más intención que puntería. Joan García, uno de los porteros de Primera con más pretendientes a sus espaldas, de hecho, no tuvo que firmar ninguna intervención de mérito en unos primeros 45 minutos en los que el marcador, para descontento de unos y otros, se mostró aparentemente inamovible. Ni Lewandowski, titular finalmente por la baja de un Ferran que tuvo que operarse de urgencia por una apendicitis en la noche del miércoles, espoleado en principio por retomar la pelea con Mbappé por el Pichichi, llegó a mostrarse inspirado.

Quien se encargó de romper de una vez por todas la igualada, en este caso, fue un Lamine Yamal que demostró una vez más estar tocado por los dioses. Con una internada en diagonal arrancando desde la derecha como aquellas que solía firmar en su momento de máxima madurez un Leo Messi que parecía a todas luces irrepetible, se sacó de la chistera un zurdazo que se alojó en la escuadra derecha de la portería de Joan García.

Un nuevo golpe de genio de un futbolista que, según destacó Flick, fue clave para remontar el 0-2 anotado en el primer cuarto de hora por el Real Madrid el pasado domingo en Montjuïc y que, en ese momento, aseguraba el campeonato de Liga para los barcelonistas.

Con el 0-1 en el zurrón, los visitantes pudieron abundar en su búsqueda de control del juego. Y, con ella, dormir un poco un partido en el que la agitación podía remar a favor de los intereses del Espanyol. Pero, pese a su voluntad, los locales aún serían capaces de encontrar alguna posibilidad para volver a meterse en el partido. Su mejor intento, pese a algún que otro titubeo, con todo, se vería frustrado por un casi siempre sólido Szczesny. Y la expulsión de Cabrera, tras un golpe en el estómago de Lamine y a instancias del VAR, acabaría por condenar del todo sus opciones. Unas opciones que Fermín sentenció en el añadido con el 0-2.

kpd