Real Madrid – Barça (21.00 h.)
El Barça, que este martes podría ser campeón en el WiZink, ha logrado anular al máximo anotador del Madrid
Vuelve el Real Madrid a hacer equilibrios sobre el abismo, a explorar imposibles, en una final ACB en la que el Barça le tiene contra las cuerdas tras las dos primeras citas en el Palau. A la resurrección contra el Partizan en cuartos de la Euroliga, con ese 0-2 que nadie había remontado jamás, se agarran los blancos. A ese precedente temen los azulgrana, sobre aviso del carácter irredento del campeón de Europa. Este martes la serie acude al WiZink (21.00 h., Movistar) y Chus Mateo necesita que algo cambie, pese a que hayan estado realmente cerca en los dos primeros rounds. En el jugador que más puntos ha metido en su equipo durante toda la temporada se posan las miradas.
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Dzanan Musa: “Yo no tuve infancia”
El indudable talento de Dzanan Musa tantas veces colapsa con su propia ansiedad, con sus ganas de protagonismo, con su falta de experiencia táctica cuando las defensas se cierran sobre él. Ese liderazgo sobre un equipo puntero en Europa era uno de los aspectos que más expectación despertaba de su fichaje tras su estupenda temporada pasada de redención en el Río Breogán. El plan de Jasikevicius contra la referencia ofensiva del rival no sólo ha logrado anular al alero bosnio, ha conseguido que Musa sea por momentos un lastre para el propio Real Madrid y no sólo por sus lagunas defensivas.
Con el impecable trabajo de Alex Abrines y Nikola Kalinic sobre él, Musa apenas ha logrado anotar siete puntos en los dos primeros partidos de la final. El domingo tocó fondo, completamente desesperado: sólo encestó uno de sus siete lanzamientos y perdió dos balones para una valoración de -3 en casi 23 minutos en pista. En ninguno de sus más de 70 partidos de blanco había valorado en negativo hasta ahora. «El Barcelona te exige lo máximo y se puede notar cierto cansancio en el equipo. Pero somos ambiciosos, tenemos algún jugador que echamos en falta», ya avisó Mateo tras el duelo inicial, en el que el alero sólo intentó cuatro lanzamientos.
La anulación de Musa no es asunto baladí, pues el Madrid pierde su principal fuente da daño en el aro contrario, tantas veces puntos de la nada cuando los sistemas no funcionan y es la calidad del bosnio la que resuelve en el uno contra uno. El ex del Breogán, MVP de la pasada temporada en ACB y elegido en el mejor quinteto en la actual, ha promediado más de 14 puntos este curso tanto en la Liga Endesa como en la Euroliga. En los actuales playoffs, estaba por encima de los 17: sólo en el segundo de semifinales contra el Joventut no pasó de 16 (se quedó en cinco). Y siempre por encima del 40% en triples.
Con 24 años y después de un inicio de carrera marcado por su prematuro salto sin éxito a la NBA (pasó sin pena ni gloria dos temporadas en los Nets), no es la primera vez que Musa no despliega todo su potencial en un momento de la verdad. En contraste con el carácter ganador de Llull, Rudy, Sergio Rodríguez y compañía, el balcánico tampoco fue capaz de desplegar sus inmensos talentos en la reciente Final Four, siete puntos en semifinales ante el Barça y seis en la final, en la que Chus Mateo sólo le tuvo en pista 15 minutos. Tampoco en la serie contra el Partizán se terminó de encontrar. Si sólo un milagro propiciaría que al Barça se le escapara la reconquista liguera, la reanimación de Musa es el punto de partida del Real Madrid. Porque, como dice Llull, ese espejo en el que mirarse, “rendirse no es una opción”.